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“Por responsabilidad o por vergüenza se va a conseguir que no haya reválidas”

Ramón Ruiz, consejero de Educación del Gobierno de Cantabria. | Fotos: JOAQUÍN GÓMEZ SASTRE

Rubén Vivar

Ramón Ruiz (Suesa, 1952) es desde el 10 de julio del año pasado el máximo responsable de la Educación en Cantabria. En este casi año y medio no ha perdido el tiempo. Nada más ser nombrado revirtió buena parte de los recortes llevados a cabo por el anterior Gobierno, especialmente los relacionados con las condiciones laborales del profesorado. Su talante y su predisposición a negociar le hicieron ser acogido con los brazos abiertos por la comunidad educativa, que venía de sufrir una “etapa negra” con su predecesor, Miguel Ángel Serna (PP), un político muy parecido en el fondo y en la forma a José Ignacio Wert. Su gestión tampoco ha pasado desapercibida a nivel nacional. Este verano impulsó un calendario escolar pionero en España que fija cinco bimestres y cuatro periodos no lectivos frente a los tres trimestres habituales. Esta revolución situó a Ruiz en primer plano mediático a nivel nacional. “Cuando 23 países de Europa tienen un parón en otoño, por algo es”, apunta. 

A diferencia de su 'superior', el ministro Íñigo Méndez de Vigo, que reconocía en una entrevista al poco de acceder al cargo que de educación sabía lo justo, Ruiz lleva una vida dedicada a este campo. Es maestro y pedagogo, ha sido director de un colegio público e inspector. También fue entre 2003 y 2011 director general y mano derecha de la entonces consejera de Educación, Eva Díaz Tezanos, quien actualmente es vicepresidenta de Cantabria y líder del PSOE en esta comunidad. Su perfil es claramente más técnico que político. Se aprecia en su discurso. Tras consolidar el nuevo calendario, que “ha llegado para quedarse”, se marca como principales retos modernizar los procesos pedagógicos, formar equipos directivos que sean realmente líderes y potenciar la convivencia en los centros.

La primera pregunta es casi obligada después de haberse reanudado las clases tras la primera semana de vacaciones del nuevo calendario escolar. ¿Cuáles son las sensaciones del consejero?

El calendario está implantándose con absoluta normalidad. Las actividades culturales y de ocio programadas por la Consejería para esa semana han sido un éxito, se ha llenado prácticamente todo lo que hemos propuesto, y también lo que habían programado los ayuntamientos. Respecto a la apertura de comedores escolares se han cubierto el 50% de la plazas. Por tanto, tenemos la sensación de que ha salido bien. Ahora estamos recabando la información del resto de sectores de la comunidad para ver si nuestros objetivos se han cumplido, que eran dos fundamentalmente: un mayor seguimiento del alumnado y una mejora física y emocional del alumno con periodos lectivos más cortos.  

Independientemente de las actividades lúdicas, en su opinión, ¿esos objetivos pedagógicos se han logrado?

Creo que ha ido bien, pero sí me gustaría contrastar con los que tienen más información, que son los centros. Este calendario surge de una negociación con las organizaciones sindicales, pero también de unas necesidades reales del alumnado. Las familias y los centros achacaban un gran cansancio al final del trismestre; se constaba que había mayores dirrupciones y mayores partes de alumnos de Secundaria, y luego cuando queríamos ajustar la ayuda pedagógica a los alumnos, a veces era muy tarde porque empezábamos en enero. Esto es lo que ha hecho que acortemos el periodo lectivo para intentar que estos dos objetivos se cumplan.  

Usted ya ha anunciado que el nuevo calendario “ha llegado para quedarse” pero “con retoques”. ¿Qué cambios estudian introducir?

La Inspección está haciendo un seguimiento exhaustivo en todas las variables organizativas y pedagógicas en 21 centros y nos hemos comprometido, en abril o mayo, a hacer una jornada en el Consejo Escolar sobre tiempos escolares y horarios. Pero yo me refería, fundamentalmente, a la organización de los periodos no lectivos que, visto cómo se han desarrollado, podría reducirse el número de plazas para comedores escolares y ampliar el número de oferta lúdica, creativa y cultural. Nosotros abrimos los centros para el servicio de comedor por el problema de alimentación infantil, pero es mucho mejor ofrecer actividades a los niños que les saquen de su entorno cotidiano. Por otro lado, los ayuntamientos han asumido que el tiempo no lectivo también es una oportunidad para dinamizar el municipio, y lo que haremos este año será una mayor coordinación. 

La principal crítica al nuevo calendario partió de las familias, que cuestionaban la dificultad de conciliar la vida laboral y familiar durante este parón. Sin embargo, como usted ha mencionado, la ocupación de los comedores ha sido relativamente baja. ¿A qué lo achaca?

Cuando una familia manda a su hijo al centro educativo es porque tiene una necesidad imperiosa. Como he dicho antes, el incremento de la Renta Básica y de los tickets alimenticios ha hecho que algunas familias para lo básico puedan defenderse mejor que antes, y eso ha hecho que algunos alumnos no vayan. En segundo lugar, creo que también ha habido una reacción más emocional, quizá por no haber negociado con ellos suficientemente el calendario, que una demanda racional.  

¿Le han llamado de otras comunidades para interesarte por este sistema de cinco bimestres?

Ha habido reacciones muy positivas. Otras comunidades me han preguntado por el funcionamiento porque consideran que es un calendario teóricamente más racional. Lo que pasa que cualquier cambio, en cualquier cosa, implica alguna reacción, algún malestar, pero cuando 23 países de Europa tienen un parón en otoño, por algo es. No comparto las declaraciones del presidente de CEAPA España, que dijo que el calendario no estaba pensado en los niños, porque justamente es al revés, y especialmente para los más pequeños. Fíjese que los más pequeños tienen el mismo horario que un joven de 16 años. Los niños de 3, 4, 5, 6, 7 años pasan 5 horas en la escuela. En España tenemos casi el tiempo más largo de permanencia en el centro y eso hace que los niños lleguen realmente cansados y agobiados al final de trimestre.  

Los sindicatos y algunos partidos de la oposición han denunciado que este inicio de curso ha sido un tanto atropellado, en parte porque al adelantarse el inicio de las clases había alumnos que todavía no tenían asignado el centro al no haberse resuelto la convocatoria extraordinaria de exámenes de septiembre. ¿Se prevé tomar algún tipo de medida para que esto no se repita?

Nosotros ya hemos anunciado que no habrá pruebas de recuperación en septiembre, por tanto la organización de los centros educativos se podrá hacer en julio en una mayor proporción. Queremos seguir adelantando el calendario porque todo el mundo reconoce que el verano es excesivamente largo. En Primaria ya está consolidado y se puede empezar bien el día 8; la ESO la vamos a adelantar también, y todavía habrá quizá unos días de ajuste en Bachillerato mientras no llevemos las pruebas a junio o julio, pero eso hay que hacerlo en sintonía con la Universidad. Quizá este año no se pueda todavía, pero al siguiente esperemos que sí. No obstante, creo que se ha puesto el foco en el nuevo calendario escolar y lo que antes era normal, este año se ha mirado como extraordinario.

En los últimos años la Educación parece estar en un torbellino de idas y venidas. Primero el Gobierno de Rajoy aprobó la LOMCE en contra de toda la comunidad educativa; luego Wert fue cesado y Méndez de Vigo anunció que se retrasaba su entrada en vigor. Después aprobó el decreto de reválidas estando en funciones y ahora Rajoy anuncia en el pleno de investidura que deja sin efecto académico las pruebas. ¿No cree que los políticos están dando una imagen muy poco educativa? 

Esto no es bueno para la comunidad educativa. La LOMCE es una mala ley, es conservadora, segregadora y no aporta calidad a los procesos de aprendizaje. Aunque hable de mejora, es todo lo contrario. El ministro Wert la sacó adelante en contra de toda la comunidad y de todos los partidos políticos, y ya está implantada en su totalidad, salvo las reválidas, porque se cambió el ministro pero el nuevo tampoco hizo caso a las negociaciones con las comunidades. Ahora las reválidas, que son el último punto de la ley, van para adelante con una irresponsabilidad tremenda. Estamos a mitad de noviembre y los alumnos y profesores no saben exactamente del currículum del que se van a examinar. Me parece que nunca había ocurrido una irresponsabilidad tan grande desde los gestores de la Educación. Por eso hemos pedido la inmediata paralización de las reválidas, que es fácil paralizarla con un Decreto Ley en el Parlamento.

Como dice, las comunidades gobernadas por el PSOE han presentado al ministro un escrito pidiendo que se anulen. ¿Tienen esperanzas de que esas reválidas vayan a quedar finalmente derogadas? 

Primero hemos intentado negociar y hemos pedido una conferencia sectorial, pero también hemos presentado una proposición de ley que este mismo martes se va a debatir. En el Congreso hay una mayoría que está a favor de que estas reválidas no se celebren y creo que se ganará esa votación. Espero que el Ministerio sea sensible a lo que dice la mayoría de la Cámara. Por otro lado, creo que simplemente por responsabilidad o por vergüenza se va a conseguir que este año no haya reválidas.

¿Qué le ha parecido el nombramiento de Íñigo Méndez de Vigo como ministro?

Es un ministro que en el plano corto es cordial. Tiene muy buenas maneras y es afectuoso, pero de ahí no pasamos. Es cierto que cuando llegas no hay una violencia verbal en las reuniones, pero sigue manteniendo los mismos objetivos que tenía el ministro Wert.

Todos los grupos políticos de la oposición se comprometieron a derogar la LOMCE si tenían mayoría en la cámara, como así sucede. Además del decreto para anular las reválidas, ¿su partido tiene pensando presentar alguna iniciativa en este sentido?

Sí, sí. Esto de las reválidas es lo inmediato, lo urgentísimo, pero luego hay que luchar por cambiar la LOMCE. Y para cambiar una ley, hay que hacer otra. Eso es a lo que aspiramos, pero mientras eso sucede, queremos cambiar los aspectos más segregadores. 

Ahora que el Gobierno de Rajoy está en minoría, ¿confía en que se pueda alcanzar un Pacto de Estado por la Educación o con el PP en el Ejecutivo hay poca esperanza?

Lo desea toda la comunidad educativa. El PSOE y las comunidades autónomas estamos dispuestos a abrir espacios de reflexión, de ver hacia dónde va la Educación en el siglo XXI, pero tengo la sensación de que cuando habla de un Pacto Educativo, el PP piensa en una relectura de la LOMCE, nada más. Nosotros estamos dispuestos a abrir ese diálogo, pero no queremos a una relectura de la LOMCE. Lo que queremos es derogarla.

Ya dentro de nuestra comunidad autónoma, después de haberse tomado medidas como la recuperación de la jornada completa en las aulas de dos años, la eliminación de los tercios de jornada o la convocatoria del 100% de la tasa de reposición, ¿cuáles son los principales retos que tiene la Educación en Cantabria?

En Cantabria tenemos un buen sistema educativo. Cada vez que hay una comparación con otras comunidades vemos que hay una tasa de éxito importante, que tenemos un abandono escolar temprano muy reducido y una escolarización temprana muy elevada. Lo que ahora queremos trabajar es, especialmente, en tres campos. Primero, una mayor atención a la convivencia escolar. Queremos demostrar a la sociedad que realmente nuestro clima en los centros es positivo. Estamos trabajando un nuevo decreto de convivencia, con nuevos protocolos, y elaborando una investigación junto a la Universidad para que diga cuál es la realidad y trabajar con eso. Otro elemento que nos parece importante es que tenemos que mejorar los procesos metodológicos y de innovación. Hay unos profesores magníficamente cualificados pero a veces la propia organización de los centros y del currículum, con estándares de aprendizaje y con fragmentación en las materias, les lleva a tener unas dinámicas de aula que no incorporan elementos metodológicos vanguardistas. Y el tercer tema es que queremos que nuestros equipos directivos sean realmente líderes pedagógicos y educativos, no solamente profesionales de la gestión. Este es el elemento que daría andamiaje al resto de las otras dos cuestiones. 

Respecto a la evolución del proceso metodológico, ¿cómo se va a fomentar ese cambio de modelo?

Se trataría de ir trabajando un modelo didáctivo y pedagógico más acorde a las necesidades sociales del alumnado y con la evolución del conocimiento. Evidementemente, en Cantabria hay diversidad de situaciones, no todos los centros parten del mismo punto. Ahora hemos sacado un programa de innovación integral para un periodo de tres años y hemos seleccionado 21 centros, los cuales ya tienen un proyecto de innovación y de cambio y nosotros lo vamos a apoyar con formación. Lo que queremos es que las conclusiones que vayamos sacando se vayan generalizando a otros centros, y además vamos a ir ampliando ese programa el año que viene a otros centros. No queremos imponer un modelo porque no funcionaría, sino que queremos potenciar todo lo bueno que ya van haciendo muchos centros, y a partir de ahí seguir creciendo con equipos directivos formados e innovadores. La LOMCE es una ley pensada para caminar justo en el sentido contrario. Un cambio metodológico tiene que ir a una mayor globalización de los contenidos, a trabajar por proyectos, a tener una visión holística de la realidad, a que los chavales puedan ser protagonistas... Sin embargo, muchas de las medidas que hay debajo de la LOMCE llevan a lo contrario.

Dos de las banderas educativas del anterior Gobierno de Cantabria del PP fueron la FP Dual y el sistema bilingüe. ¿Cuál es su opinión sobre el resultado?

Nosotros no nos negamos a ninguna de las dos cosas. Creo que el error es cómo se puso en marcha. Se quiso avanzar muy rápidamente en la FP Dual cuando el sistema empresarial de nuestra región está formado por una gran cantidad de PYMES y, por tanto, no se podía ofertar tal cantidad de plazas porque la realidad era que de un ciclo formativo iban un alumno o dos. Hay que repensar la FP Dual, hemos hecho ya un año de reflexión y tenemos una orden preparada que verá la luz dentro de muy pocos días. Y en el bilingüismo no me duelen prendas decir que vamos un poco lentos en hacer un proyecto más integrado. El bilinguismo le pusimos en marcha los socialistas en la legislatura 2003-2007, pero era para unos pocos centros. Ahora ya se va generalizando. La experiencia que desarrolló el PP de empezar por Infantil está bien, con profesorado más joven que salía con una mayor capacitación en el idioma, pero cuando ha llegado a 1º de Primaria se ha encontrado que hay una continuidad muy escasa. Nosotros estamos reflexionando sobre un proyecto de bilingüismo de carácter más intengral y trasversal.

Mientras no se derogue la LOMCE, ¿el Gobierno mantendrá los conciertos del Torrevelo y Peñalabra que segregan a sus alumnos por sexo?

Como he dicho antes, una de nuestras reivindicaciones es que la LOMCE retire el proyecto de segregación. El año que viene toca renovar conciertos y nosotros lo que esperamos es que para entonces haya cambiado la LOMCE en este aspecto. Si cambia la ley, volveremos a hacer lo que hicimos, retirar el concierto a un colegio que separa niños y niñas, lo que es un anacronismo en el siglo XXI. 

Y si no ha cambiado, se mantendrá. 

Se mantendrá. 

¿Convocarán nuevamente el 100% de la tasa de reposición?

Tenemos una tasa de interinos muy elevada y nos gustaría poder rebasar el 100% porque un factor de calidad es que haya equipos estables, de profesores implicados y con un liderazgo pedagógico, ese es el éxito de cualquier sistema educativo.

Para cerrar el capítulo educativo, ¿qué opinión le merece el llamamiento a la rebelión que se ha hecho desde la CEAPA contra los deberes?

Nosotros ya nos hemos pronunciado: no vamos a regular los deberes, pero creo que el debate 'deberes sí o deberes no' es erróneo. Los deberes deben ser parte de un proyecto educativo de centro. En función de ese proyecto puede haber centros que consideren que no debe haber ninguna actividad; otros que crean que deben reforzar unas actividades de un tipo determinado, como la lectura, o en algunos casos puede haber una actividad que refuerce y consolide algún aprendizaje. Pero eso tiene que ser una reflexión del equipo docente. Por tanto, los mal llamados deberes tienen que hacerse en función del proyecto educativo de cada centro, nunca de un profesor aislado, y debe haber coordinación. Lo que los deberes no deben producir nunca es desigualdad.

Como número dos del PSOE en Cantabria, ¿le parece que el próximo verano es un plazo adecuado para celebrar el Congreso del PSOE y designar nuevo secretario general?

Ahora mismo hay una dirección que está trabajando para que el partido salga lo más fortalecido posible, tanto desde el plano organizativo como ideológico, y creo que hacerlo antes del verano es razonable. Tenemos una dirección que ha sido fruto de un comité federal, que es la gestora, y hay que dejarla trabajar para que marque los tiempos.

En el plano político, las discrepancias públicas entre los socios de Gobierno parece que empiezan a ser una constante. ¿Le preocupa que no haya esa comunicación tan fluida como en la anterior etapa de coalición PRC-PSOE?

Tanto el presidente como la vicepresidenta lo han dicho en diversas ocasiones: aquí hay un Gobierno estable y firme. Yo diría que tanto o más que la otra vez. Soy miembro del Consejo de Gobierno y no veo ningún problema dentro del seno del Ejecutivo. Hay fluidez y se aprueban por unanimidad las cosas. Lógicamente, es normal que cada uno queramos conseguir gestionar el mayor presupuesto posible, pero eso en un marco general que hay que analizar. Seguro que tomamos las decisiones y las aceptamos todos.

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