Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Un hombre se cae por el balcón

Marcos Díez

Andrés quitó los libros de las estanterías y los guardó de manera desordenada en maletas y bolsas de viaje. Cuando las maletas y las bolsas de viaje estuvieron llenas introdujo los libros en cajas y cuando las cajas se acabaron metió los libros en bolsas negras de basura. Al mover algunos muebles encontró bolas enormes de polvo que le recordaron a los algodones de azúcar de las ferias. Miró con extrañeza la suciedad acumulada tras el cabecero de la cama o bajo el sofá. Al vaciar los armarios se dio cuenta de que hacía años que no usaba la mayor parte de la ropa. Fue drástico e hizo dos montones: en uno colocó las prendas que había utilizado al menos una vez en los últimos doce meses; en el otro, el resto. Cuatro pantalones, cinco pares de calzado, cuatro jerséis, cinco camisas, tres abrigos y un puñado de camisetas habían conformado su vestuario en el último año. Pensó que el otro montón, mucho más voluminoso, debería entregárselo a la beneficencia.

Andrés observó la casa desmantelada: las paredes sin cuadros, sus cosas amontonadas en el suelo, la nevera abierta y desenchufada. Después, comenzó a bajar todo a la calle. Era un quinto piso céntrico, antiguo, sin ascensor. Había optimizado bien cada bolsa, cada maleta, cada caja y ahora todo pesaba demasiado. Los libros, su ropa y algunos pequeños muebles comenzaron a amontonarse en la acera. Resultaba muy difícil aparcar en la zona y había estacionado la furgoneta de alquiler en los alrededores, iría a por ella cuando tuviese todas las cosas en la calle. Al principio fue cuidadoso. Por ejemplo, sobre la mesilla de noche colocó una lámpara, el despertador, dos libros sueltos y una foto de sus padres que una mujer se detuvo a observar con curiosidad durante unos segundos. Andrés sudaba y resoplaba arrastrando escaleras abajo los bultos. A medida que aumentaba su cansancio su descuido a la hora de dejar todo en la acera era mayor.

Cuando depositó la última caja sus cosas formaban una montaña desordenada de ropa, cajas medio desfondadas, bolsas, maletas y pequeños electrodomésticos: una batidora, el televisor, la cafetera, un exprimidor amarillento, altavoces con los cables enredándose aquí y allá. Los viandantes ralentizaban su paso y miraban. Andrés subió de nuevo a la casa para comprobar que las luces estaban apagadas, cortar el agua, bajar los plomos y coger las llaves de la furgoneta de alquiler. Pero al llegar al quinto piso encontró la puerta de la vivienda cerrada. Comenzó a buscar las llaves en sus bolsillos y no las encontró. Repitió la operación muchas veces, introduciendo las manos en los bolsillos y rastreando meticulosamente en su interior. Finalmente, llamó a la puerta de la vecina de enfrente. Perdone, dijo, creo que una corriente ha cerrado la puerta de mi casa y me he dejado las llaves dentro, ¿le importa que acceda al piso desde su balcón?

Las dos terrazas estaban separadas por un muro de ladrillo. Tenga cuidado, le rogó la vecina. Andrés tenía las manos sudorosas y las intentó secar frontándolas contra sus pantalones. Se agarró con firmeza a la barandilla y sacó con cuidado su cuerpo al exterior. Con decisión soltó su mano derecha, la pasó al otro lado del murete y agarró la barandilla de su terraza. Pasó posteriormente su pierna derecha. Se quedó así unos segundos, con una mitad de su cuerpo agarrado a su balcón y otra mitad agarrado al de su vecina. Cuando soltó su mano izquierda aprovechó para girar levemente el cuerpo y echar un vistazo a todas las cosas que había dejado en la calle. Desde lo alto vio como un par de jóvenes le estaban robando el televisor y el equipo de música. ¡Ehhhhhhhhhhhhh!, gritó con todas sus fuerzas. Y al hacerlo su mano derecha se resbaló de la barandilla metálica. Intentó agarrarse de nuevo pero su cuerpo estaba demasiado inclinado hacia el vacío. No pudo hacerlo.

Sobre este blog

Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Etiquetas
stats