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“Ojalá se pudiera cambiar el mundo con una canción”

Amaral presentará en La Campa de La Magdalena de Santander su último trabajo discográfico.

Cristina Sobremazas

No es lo mismo decir Eva y Juan que Amaral. Y es que el dúo con nombre de apellido, pues Eva se apellida de ese modo, llevan, musicalmente hablando, 20 años juntos y cuentan con gran reputación a nivel nacional e internacional. La banda tocará el próximo lunes 25 de julio a las 23.00 horas en la Campa de La Magdalena en Santander gracias a los conciertos del Festival Música en Grande. Allí presentarán su último disco, 'Nocturnal', además de tocar alguna de sus canciones más míticas.

El grupo llegó ya hace muchos años a los oídos de los españoles y han ido ganándose al público con temas como 'Sin ti no soy nada', 'Toda la noche en la calle' o 'El universo sobre mí' que, con solo leer su nombre, generan en la mente un hilo musical propio. Eva Amaral ya había formado parte de grupos como Bandera Blanca, al mando de la batería, y Lluvia Ácida, donde ejerció como vocalista. Pero también Juan Aguirre había hecho sus pinitos musicales con el grupo Días de Vino y Rosas.

En 1998 salió a la venta su primer álbum, de nombre homónimo, pero no fue hasta 2004 cuando tuvieron su mayor éxito con 'Estrella de mar', que a día de hoy no ha sido superado a pesar de los múltiples galardones que cosechan.

¿Qué ha pasado en estos cuatro años de silencio sin disco en el mercado?

Ha pasado más tiempo del que nosotros teníamos previsto para editar 'Nocturnal', pero fruto de una falta de organización nos embarcamos en un viaje sin fin, en lugares en los que nunca habíamos tocado como Alemania, Suiza, Países Bajos… Hicimos giras largas y cuando parecía que entraríamos al estudio con las canciones listas nos propusieron una gira de festivales y... la aceptamos. Estos años han sido fruto de la vida desordenada y caótica de la banda, pero también nos han dado curiosidad y ganas de explorar ritmos y sonidos.

¿Qué trae este nuevo disco que quizá otros no aportan?

Hay elementos comunes como la forma de tocar y la voz reconocible de Eva, pero también es un disco físico, porque las bases rítmicas son potentes y eso se experimenta tocando en directo.

'Ratonera' iba cargada de contenido político y un ilustrador les ayudó a crear imágenes que plasmaban la canción. Fue muy polémica, pero ¿cómo se sintieron? ¿Tuvo más apoyos o más críticas?

Generó un debate positivo porque en el fondo la canción nace para expresar un sentimiento personal, con relaciones entre personas. Por un lado estaba la canción, con su sentimiento, porque intentamos que las canciones sean reales, como pequeños cortometrajes. Y, por otro, estaba el vídeo, como una sátira humorística y la prueba de ello es que todo lo que originó enseguida se desinfló. Lo que queda finalmente es el debate. A veces estamos acostumbrados a que las canciones hablen de cosas concretas pero, en realidad, cualquier sentimiento humano puede crear una canción. Si tenemos en cuenta todos los mensajes recibidos, fue muy positivo.

“Donde no tenga miedo a decir lo que pienso” es una de las frases de la canción 'Revolución', y a la famosa Isabel la echaron del trabajo pero estaba sin contrato, así que celebraron el despido... ¿Creen que se puede hacer justicia e intentar reivindicar derechos a través de canciones?

No tenemos una respuesta clara. Obviamente una canción habla de cualquier sentimiento, pero hablamos de Marta, Sebas, Guille… Hablamos de Zaragoza, hablamos de nuestro barrio. Todos los personajes existen y queríamos hacer una canción que no fuera poética sino lo más narrativa posible, casi un escáner de lo que rodeaba a la gente que estaba cercana a nosotros. En aquel momento les teníamos un poco idealizados, porque estábamos empezando a llevar una vida de giras y de viajes fuera de Zaragoza. Es la distancia con nuestra ciudad la que nos lleva a hacer una foto de lo que nos cuentan, por eso sentíamos que era una canción que estaba viva y, desde entonces, empezamos a pensar que era imposible saber si una canción estaba bien o mal, porque somos malos analistas de nosotros mismos, pero sí sabemos cuándo una canción tiene vida propia. A partir de ahí el público hace preguntas difíciles. Ojalá se pudiera cambiar el mundo con una canción. Aunque no sé si eso sería bueno, porque todos haríamos canciones... Una canción intenta expresar algo tan profundo que es difícil verbalizarlo.

¿Y 'Nocturnal' tiene algo de reivindicación política?

'Nocturnal' habla de encuentros, premeditadamente no es social o político, sino que habla de encuentros vitales para las personas, de las historias cotidianas de la gente. Pero en todas nuestras canciones, cuando fotografías a un protagonista, se cuela el entorno. Viajamos mucho y, por eso, cuando nos paras un poco y desplegamos las antenas vemos un punto de incertidumbre. Tenemos muchos amigos fuera de España dedicados a la música y, en todas partes, te dirán que estamos en un periodo cambiante, con ese punto de no saber hacia dónde vamos.

¿Cuál ha sido la evolución a lo largo de sus discos? Y sobre todo, en su caso, desde que empezaron hasta cómo son ahora...

Hay cosas que permanecen y cosas que han cambiado. Lo que permanece es la filosofía de la banda. Si cuando Eva y yo tocábamos en pequeños bares de Zaragoza alguien nos hubiese preguntado por qué lo hacíamos no habríamos sabido bien por qué... Quizá como una necesidad de expresión. La música tenía un gran poder de seducción para nosotros, sin saber por qué, así que empezamos a tocar en bares e ir a Madrid y, poco a poco, tocábamos frente a más gente. Aun así solo hemos publicado siete discos que, comparado con bandas de referencia, realmente muestra que estamos empezando en esto de la música.

La diferencia es que hemos aprendido mucho a nivel rítmico, la tecnología al servicio de la música y la mayor amplitud de las audiencias frente a las que tocamos. Pero entender la música como lo más puro va a seguir así hagamos lo que hagamos, eso se mantiene desde el principio.

¿Han contado con colaboración en la composición de las canciones?

Ha habido colaboraciones de amigos que se pasan por el estudio y aportan algo. En el equipo que hace el disco somos muchos amigos, pero es un disco hecho por gente que se conoce y comparte actitudes vitales respecto la música. Y de fuera, mencionamos a Abraham, cantante y compositor de León Benavente, que ha aportado un órgano a la canción 'La ciudad maldita', todo por casualidad.

Hay gente que, tras casi 20 años, sigue sin saber por qué se llaman Amaral. ¿Cómo fue que se decidieron por el propio apellido de Eva?

Fue una decisión tomada cinco minutos antes de apuntarnos a un ciclo de grupos nuevos que había en mi barrio. Hicimos una maqueta en un fin de semana y teníamos que elegir un nombre... Pensamos pero no teníamos y el apellido de Eva no era un apellido al uso. A mí (Juan) me sonaba a un lugar misterioso como una isla de Julio Verne. A ella le pareció extraño porque le recordaba al colegio: “Amaral, salga a la pizarra”. Pero no teníamos un nombre mejor así que hasta hoy. El nombre, como todo lo que nos ha pasado, tiene mucho que ver con las casualidades y las decisiones rápidas y poco meditadas.

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