El método biopsicosocial de la obesidad infantil y juvenil tiene una eficacia del 95%, según un catedrático

El seminario que se celebra en la Facultad de Derecho de la sede de Santander aborda las claves del éxito de una metodología que se fundamenta en técnicas psicológicas adaptadas para su aplicación en niños y adolescentes y que les estimula para que practiquen alguna actividad física y les motiva para evitar hábitos sedentarios.

El método no incluye dietas hipocalóricas que pueden ser peligrosas a esas edades sino que se limita a regular el régimen de comidas, suprimiendo los picoteos y evitando alimentos y bebidas con excesivas grasas o azúcares, ha explicado el catedrático en Pediatría.

Según García Fuentes, lo más importante es “enganchar” al paciente, “interesarlo”, que él vea por sus propios ojos “por qué y para qué sirve todo esto” porque generalmente “son adolescentes que llegan muy quemados de otros tratamientos y porque han pasado hambre”.

“Es indispensable motivarles”, ha reconocido el doctor ya jubilado, que también considera “esencial” el apoyo de los padres, “que salgan con ellos a pasear al menos una hora diaria”, y que ha reconocido que el fracaso muchas veces se da en familias desestructuradas, “con progenitores separados”.

En el curso han participado expertos y profesionales en la materia como Cristina Domingo Rico, Montserrat Matilla Barba, Roberto Valdés, Jesús Lino Álvarez Granda, Alberto Bercedo, Laura Bertholt, María Jesús Cabero, Germán Castellano, Miguel García, Ricardo Lanza, Serafín Málaga, Beatriz Paya, Raúl Pesquera y Juan Carlos Zubieta.

Las pruebas del tratamiento biopsicosocial han demostrado su eficacia, ya que un alto porcentaje de los pacientes que finalizaron el tratamiento redujeron el índice de masa corporal. Además, en el trabajo presentado en la UC se constató “una marcada mejoría tanto de los parámetros antropométricos relacionados con la obesidad como en los correspondientes al estilo de vida”.