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21 establecimientos cántabros están autorizados para almacenar o vender material pirotécnico
Cinco de los establecimientos con permiso para vender estos artículos cuentan con autorización permanente. Se sitúan en Boo de Guarnizo (El Astillero), Hazas de Cesto, Quijas (Reocín), Igollo de Camargo y Sobremazas (Medio Cudeyo).
Los 16 restantes, es decir, los que cuentan con autorización temporal, se encuentran en Santander (8 establecimientos), Torrelavega (2), Santa Cruz de Bezana (2), Laredo (1), Colindres (2) y Castro Urdiales.
La Delegación del Gobierno en Cantabria, ante el incremento de la venta de material pirotécnico en Navidad, recuerda que existen una serie de normas que regulan su comercialización en los establecimientos autorizados, que en caso de no ser respetadas suponen la incoación de expediente sancionador por infracción “grave o muy grave” contra la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana.
Delegación también señala que esta “terminantemente prohibida” la venta ambulante, mientras que los establecimientos autorizados deberán cumplir “numerosos requisitos” en materia de seguridad, tanto ciudadana como de carácter industrial.
“Es muy importante adquirir estos productos en establecimientos autorizados, ya que sólo así se garantiza que el material está en perfecto estado y que se acompaña de las instrucciones necesarias para una adecuada manipulación y, por tanto, evitar accidentes”, subrayan desde la Delegación, para indicar que todos estos establecimientos disponen del indicativo 'Pirotecnia Segura' que certifica su autorización para la venta de petardos y resto de productos pirotécnicos.
RECOMENDACIONES
Debido a que la manipulación irregular de estos productos puede provocar “lesiones muy graves”, es “imprescindible” adoptar todas las medidas de precaución que establecen los fabricantes de estos productos.
Entre las mismas destaca no encender nunca productos pirotécnicos en interior, salvo los específicamente diseñados para ello; no disparar contra personas, vehículos, edificios y animales; no sostenerlos con las manos una vez encendidos, a excepción de las bengalas; no guardarlos en bolsillos o bolsos de mano durante mucho tiempo y comprobar siempre la dirección del viento antes de encender un producto, evitando hacerlo con rachas superiores de los 25 kilómetros por hora.
