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Sobre este blog

A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.

Caos

Pedro Gómez Damborenea

Para cuando lean este artículo, si son capaces de leerlo, ya habrán pasado por sus ojos sesudos análisis políticos, se habrán hecho su composición de lugar sobre el futuro nacional y europeo y habrán visto como los partidos políticos se mueven ante el fracaso o el éxito. Con anuncios de dimisión incluidas. Quiero analizar tres cuestiones: el voto, el futuro y la frase.

El voto. La abstención no ha sido la anticipada por los analistas y encuestadores varios. Es probable que no lo haya sido por la irrupción de formaciones nuevas que han generado ilusión y han encauzado parte del desasosiego. Ha sido la habitual en las elecciones europeas. Me gustaría que hubiera habido más participación, pero tampoco desdeño que en estos tiempos oscuros el ciudadano siga interesado por la res publica.

El futuro. En España nos va la teatralidad, pasar del blanco al negro y crear cátedra. La gran verdad de estas elecciones, por lo leído en los medios de comunicación, es que el bipartidismo ha muerto. El nuevo líder de la izquierda emergente, Pablo Iglesias, de Podemos, cuenta con un nombre cargado de historia, y eso sin duda ayuda. Se llama igual que el fundador del PSOE y la UGT. Es un hombre mediático que ha adoptado para su formación el eslogan que el presidente demócrata de EE UU, Barak Obama, utilizó en su primera campaña y que luego un canal televisivo español utilizó para promocionar el mundial de fútbol de hace cuatro años. Nada es baladí.

No me gusta por populista que llame “casta” a las gentes de otros partidos. La discrepancia es sana, pero el ‘buenismo’ emboscado me parece peligroso. ¿Es el objetivo de un partido echar a otros partidos o transformar la sociedad conforme a sus ideas? La mezcla de ambas cosas en un único objetivo es cuando menos dudoso y me inquieta. Será que soy casta y no me avergüenzo de ello.

Mucho tienen que cambiar las cosas los populares y los socialistas, pero aún no han desaparecido, ni es tan fácil que lo hagan. Son malos tiempos para los partidos centrales de la política española en un país que se siente castigado porque lo está y con una tasa de paro y de pobreza excesiva. Es mucho más fácil para quienes viven en los flecos del sistema y siempre encuentran en socialistas y populares la causa del problema y al corrupto. Aun así, populares y socialistas deberán aplicarse en volver a conectar porque el riesgo del abismo es real.

Pero, ¿alguien cree que Francia será presa final del Frente Nacional? Puede que sí, pero espero que no, porque hacerlo supondría renunciar al sueño europeo que, mejor o peor, ha dado a Europa los mejores años de bienestar. La crisis hace olvidarlo todo y es normal, pero no hay que perder la perspectiva. Hay que reconstruir y renovar, pero no creo que las soluciones lleguen de los movimientos nacionalistas o proteccionistas. Sigo siendo optimista y creo que de la crisis se saldrá, pero hay que hacerlo sin dejar a nadie en el camino.

La frase. En esta campaña se ha hablado mucho de la frase que hizo a Cañete un machista o de la que llevó al alcalde de Sestao a ser un xenófobo, pero ha habido otra que parece que solo a mi me indigna o es que la aceptamos con normalidad. “Este es de los que cree que ongi etorri significa felpudo”. En muchos felpudos del País Vasco estaba escrito “bienvenido” en euskera (ongi etorri) y con ello se hacía el siguiente chiste: “¿Sabes cómo se dice felpudo en euskera? Ongi etorri”. Era malo a rabiar, pero es peor cuando un dirigente político lo utiliza para hacer ver que otro dirigente no es vasco.

El atacado fue el delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo, natural de Llodio, y la atacante fue la candidata, hoy eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao. Será que como no es de los suyos o no piensa como ellos no es vasco de verdad. Son esas perlas nacionalistas recurrentes las que me dan miedo. Me recuerda a Román Sodupe y su “ETA ha matado a un abertzale de verdad, a uno de los nuestros” cuando la banda asesinó a José Mari Korta, o a Xabier Arzalluz asegurando que en caso de independencia los no nacionalistas vivirían como los alemanes en Mallorca.

Son tres puntos dispares, pero creo que de alguna manera confluyen. Sería bueno saber qué nos depara el futuro y que la economía mejorará y creará empleo, mucho empleo. Sin embargo, el camino no será fácil, pero no creo que la solución llegue por el populismo político. Llegará por la renovación y la refundación, pero no por las opciones que vestidas de izquierda, derecha o identidad nacional tienen su mayor refugio en el populismo fácil, en decir lo que queremos oír y que el responsable siempre es un tercero. Es un camino demasiado fácil para soluciones difíciles. La lógica me dice que si fuera tan sencillo cambiar las cosas, ya se hubieran cambiado. Ya me lo han leído muchas veces. No apuesto por telepredicadores, por pueblos con destinos o comunidades trasgresoras. Apuesto por ciudadanos cuyas voluntades, las que nos gustan y no nos gustan, conforman las democracias, el ‘rule of law’ (Estado de derecho) que tanto admiramos de las democracias anglosajonas. En España sencillamente vivimos un momento político y económico complejo, pero es un momento de un proceso que no acaba de comenzar y que aún no ha terminado.

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A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.

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