9 de Marzo (Todos los días cuentan)

-Me encanta despertarme por la mañana sin saber qué va a ocurrir, a quién conoceré o dónde me llevará la vida. Hace unas noches dormía bajo un puente y ahora estoy aquí en el buque más grande del mundo bebiendo champagne con personas distinguidas. Creo firmemente que la vida es un regalo y no pienso desperdiciarla. Nunca se sabe que cartas te repartirán la próxima vez, aprendes a aceptar la vida tal como viene. Así cada día cuenta.

-Bien dicho, Jack

-Sí, sí.

- (Alzando la copa) ¡Por que cuente!

- (Todos brindando) ¡Por que cuente!

('Titanic', de James Cameron)

Dicen algunos por ahí que los pequeños gestos, muchas veces, cambian el mundo de manera más determinante que las grandes decisiones tomadas por equipos de asesores trajeados y bienpagados. Lo que resulta indudable es que para millones de personas en el mundo el 8 de Marzo, el Día Internacional de la Mujer, no puede quedarse en un mero numero de color lila marcado en el calendario.

Como en la película de James Cameron en la que Leonardo Dicaprio comparte mesa y mantel con la familia y amigos de Kate Winslet, las administraciones se han persuadido (o están en ello) de que o todos los días cuentan en relación las políticas de igualdad entre hombres y mujeres o la marea lila -algo más de la mitad de la población mundial-, pueden imponer una agenda que para muchas de ellas es obligada por pura supervivencia.

Los estudios sociológicos que cada año en torno al 8 de Marzo se difunden desde las instituciones más variopintas para conocer el estado de la igualdad, su retroceso o el camino andado, muestra una realidad que es necesario conocer. Sobre todo para poder actuar sobre ella y modificarla.

El problema es cuando se baja a lo concreto. Y cuando año tras año se comprueba que los pasos dados en el largo y tortuoso camino por la igualdad entre sexos apenas si tienen un reflejo en las estadísticas. Y mucho menos en la vida real de las mujeres. Si a eso añadidos factores como el origen (inmigrantes), el continente y el país donde viven, el poder adquisitivo, la religión, el sesgo del Gobierno de turno, el trabajo y la crisis que todo lo inunda -por citar solo algunos de ellos- la foto fija que queda puede paralizar a cualquiera.

La botella medio vacía: Daré tres datos en un ámbito como el educativo en Euskadi, en el que la presencia de la mujer entre el profesorado es amplísima. En las dos redes, pública y concertada, la mujer supera el 71% del profesorado. Sin embargo, las mujeres que han accedido a las direcciones de los centros caen hasta el 47% e inspectoras solo el 38%. Y otro dato más relacionado con la brecha salarial que se mantiene: el hecho de que las mujeres ganen en Euskadi 11.800 euros menos que los hombres por el desempeño del mismo trabajo. Aunque es precisamente en el sector de la Educación (96,5) y en la Administración pública (87,9) donde la brecha es menor.

La botella medio llena: Los consejos de administración de las 35 compañías que permanecen en el Ibex, las principales que cotizan en la Bolsa española, siguen siendo mayoritariamente masculinos. Pero la distancia se ha reducido en apenas siete años. De sus 470 integrantes, 78 son mujeres, un 16,6% del total, el porcentaje más alto registrado en España en su historia. Un estudio elaborado por IESE Business School e Inforpress revela que en 15 meses ese porcentaje se ha incrementado en tres puntos. Sin embargo, España aun está muy lejos del 40% de representación femenina, objetivo de la Comisión Europea para 2020.

Las realidades y los datos siempre hay que verlos en su contexto. Lo importante con la botella es no emborracharse de éxito -harto difícil dado el camino que queda aun por recorrer en esta materia-, ni pensar que dentro de ella no queda ni una gota de líquido. Tal vez toque desempolvar de nuevo aquel magnífico libro de la escritora y activista Arundhati Roy, 'El dios de las pequeñas cosas' y ponerse a la tarea. Y ponerle banda sonora. Hoy, 9 de Marzo, puede ser un gran día, como cantaba Joan Manuel Serrat, para hacer que cuente, como decía Dicaprio en la película alzando su copa de champagne. Y mañana. Y al otro, y al otro...