Alcohol y cannabis, reyes de las drogas en la noche vasca
“¿Un cigarro?” “No, gracias. Yo solo petas (porros) y alcohol”, así entablan conversación un sábado de madrugada dos personas a las afueras de un pub del Casco Viejo de Bilbao. El diálogo podría ser fácilmente asociable a jóvenes de veinte años, aunque esta pareja ronda los 'veintimuchos', sino la treintena. Justamente se sitúan en la media de edad (28 años) del millar de personas atendidas en la carpa de información sobre drogas, instaurada en Portal de Zamudio en Bilbao durante los dos últimos meses de 2013. Un programa, financiado por el Ayuntamiento de la Villa y el Ministerio de Sanidad, cuyo objetivo es “sensibilizar a la gente joven sobre los riesgos del consumo de estupefacientes” y que, dada la acogida, se retomará a lo largo del mes de febrero.
Y es que en Euskadi más de 28.000 vascos fuman diariamente algún porro y la cifra de los que consumen, al menos, una vez a la semana se dispara a los 45.000. El alcohol, por su parte, sigue siendo el rey de la fiesta nocturna. De hecho, se sitúa como el principal motivo de atención por parte de los tres profesionales en drogodependencias de la organización Sasoia que frecuentan la carpa.
Según han informado desde el área de Salud y Consumo del Consistorio bilbaíno, de las 956 personas que pasaron por el punto de atención de drogas durante finales de 2013, el 62,6% fueron hombres y el resto mujeres. “Ocho de cada diez tenían menos de 35 años y, entre ellos, la mitad de los que acudieron dieron un resultado positivo en el test de alcoholemia”, al que podían someterse voluntariamente.
Pese a que los últimos estudios oficiales referentes a 2012 revelan un descenso en el consumo generalizado de drogas, el abuso en la ingesta de alcohol se dispara durante los fines de semana. A falta aún de la publicación de los datos de la encuesta 'Euskadi y Drogas 2013' elaborada por la Comisión de Salud del Parlamento vasco, los respectivos al ejercicio anterior mostraron “un escenario de peligro” durante las noches de viernes y sábado.
En este punto, las cifras revelan que “más del 11% de la población puede considerarse bebedora excesiva o de riesgo, un porcentaje que llega al 25% en el caso de los jóvenes entre 15 y 24 años”. Asimismo, un 17% de los jóvenes afirma que hace botellón en la calle con sus amigos al menos una vez al mes y otro 5% reconoce que lo hace todas o casi todas las semanas. Por su parte, “la tasa de consumo excesivo y de riesgo de los hombres se situó en casi el 16%, mientras que entre las mujeres se rebajó hasta el 7%”, un dato que, del mismo modo, se refleja en la superior demanda masculina atendida en el punto de información de drogas del Ayuntamiento de Bilbao.
Por otro lado, el consumo de tabaco y cannabis se sitúa en segunda posición y continúa a la baja entre semana. Sin embargo, Euskadi sigue posicionándose entre las regiones y países con mayores índices de consumo registrados en la Unión Europea con cifras que aumentan de cara al fin de semana. Prueba de ello son los 50 clubes que agrupan a 10.000 personas que gestionan plantaciones colectivas de cannabis para consumo de sus socios.
Repunte de la heroína
Repunte de la heroínaA pesar de que las cifras generalizadas muestran un descenso, lo cierto es que la heroína no sigue esta tendencia. La repentina muerte del actor Philip Seymour Hoffman por una posible sobredosis de esta sustancia ha levantado la alarma social en Estados Unidos, donde el consumo de esta droga ha crecido un 79% en los últimos cinco años.
En Euskadi las valoraciones de la última encuesta sobre adicciones de la CAV desprenden un “leve” repunte en el consumo de heroína. Según los datos aportados, “en 2012 un total de 11.700 personas declaró haber consumido en algún momento de su vida esta sustancia”. Por el contrario, entre los encuestados “la conducta que se considera más arriesgada es tomarse 5 o 6 copas cada día, por encima del consumo semanal de heroína”.
En Bilbao, la Sala de Consumo Supervisado gestionada por Munduko Medikuak se dirige a mejorar la calidad de vida de estas personas usuarias de drogas por vía intravenosa, esnifada o fumada, que se encuentran en riesgo o situación de exclusión social. Este servicio lleva ya más de diez años trabajando en el centro de la Villa, atendiendo a usuarios con adicción a la cocaína y heroína. En el último año un millar de personas ha pasado por el centro.
Según cuenta su presidenta Teresa Maura, en sus inicios recogieron “tempestades por la suspicacia de algunos vecinos” que aseguraban que este servicio no se trataba más que de una “narcosala”, donde perpetuar las carencias de quienes habían caído en las redes de la droga. Sin embargo, en este tiempo han demostrado que su tarea va mucho más allá. En el centro además de llevar un control supervisado de todos los usuarios, “se trabaja también en el ámbito psicológico, médico y social con los consumidores”, explica.
Asimismo, la labor que desempeña el voluntariado resulta esencial en la actualidad. “Lo que buscan estas personas es que se las trate como tal, intentamos que se sientan bien, dignificarlas”, cuenta una voluntaria de la sala, quien destaca el empeño diario de los trabajadores. “Lo que hacemos es vigilar, les ofrecemos infusiones o galletas, les acompañamos porque están solos y hablamos con ellos”, detalla. “En caso de que lo soliciten les llevamos a los hospitales para que se sometan a un programa de desintoxicación”, apunta. En estos más de diez años de trayectoria, la Sala de Consumo Supervisado de Bilbao ha contabilizado un total de 265.043 consumos y más de 3.000 personas atendidas, mayoritariamente hombres.
