Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Alonso busca influencia para un PP vasco en declive electoral

Alonso: Hay que sustituir bronca educativa entre gobiernos por colaboración

Iker Rioja Andueza

El líder del PP en Bizkaia, Antón Damborenea, porfió en un mitin delante de Mariano Rajoy con que la candidatura de Alfonso Alonso sale “a por 30 escaños” en las elecciones del domingo. El propio Alonso, más pegado a la realidad, rebajó esas expectativas minutos después. El éxito para el PP ya no es, como en aquel 2001 con Jaime Mayor Oreja, ser una alternativa de Gobierno. De hecho, el CIS reveló que un 70% de los vascos jamás votaría a esas siglas, lo que es tanto como decir que nunca ganarán unas elecciones si no son en Álava.

El objetivo de salida es mantener el listón de 10 escaños y el 10% de voto y ganar en influencia política en el Parlamento para los grandes temas en caso de que PNV y PSE-EE, como previsibles socios de Gobierno, no alcancen la mayoría absoluta. Hasta los 150.000 votos de las generales de junio se antojan complicados en unos comicios en que se manejan otras claves. El empuje de Álava, que aporta el 50% de los escaños al partido, será fundamental, aunque la competencia es tan feroz que podrían incluso caer a la cuarta plaza en su feudo.

“Nos va a ir mejor de lo que parece”, contrarresta un veterano del PP vasco con las encuestas en la mano, que rebajan a 7-8 escaños su peso en la futura Cámara vasca. Como en el caso del PSE-EE, en las filas 'populares' creen que los sondeos infrarrepresentan a las fuerzas no nacionalistas. Esta fuente entiende que en los últimos días están ganando en “cercanía” al dedicar menos tiempos a “globitos” -y gildas, habría que añadir- y más al contacto con comercios o, como esta noche, a estar con pensionistas.

La idea-fuerza es presentar al PP como la garantía constitucionalista frente al nacionalismo -repiten que Iñigo Urkullu acabará imitando a Artur Mas- en contraste con un PSE-EE aliado del PNV y un Ciudadanos que ven irrelevante. En un vídeo han tratado de hacer ver que votar naranja es tan útil como una bufanda en Puerto Rico o unas chancletas en Groenlandia. Sus 40.000 papeletas en las generales de junio constituyeron cero escaños, insisten, y el PP defiende que el voto moderado no se puede dispersar más.

En el flanco económico, Alonso se está esforzando en colar varios datos que dibujan una Euskadi “a remolque” de España. En el debate de candidatos, echó en cara al lehendakari y candidato del PNV, Iñigo Urkullu, que Euskadi sólo haya recuperado el 30% del empleo destruido en la crisis mientras en el conjunto de España ese porcentaje se eleva hasta el 50%. Dijo también que 11 comunidades crecen más que las vascas. El exministro de Rajoy busca así desprenderse del lastre de cuatro años (casi ya cinco) de gestión de la crisis muy mal valorados por el grueso de la sociedad vasca.

Con todo, la imagen de la campaña y gran problema para Alonso fue su silencio cruzado con Pilar Zabala, candidata de Elkarrekin Podemos hermana de una víctima de los GAL, tras negarle su condición de víctima del terrorismo tras una pregunta directa en el debate televisado. Eclipsó toda su intervención anterior y le obligó a rectificar al día siguiente en Twitter y en varias entrevistas. Ahora, además, vuelven a perseguir al PP los recursos del Gobierno central a las OPE de la Ertzaintza, necesitada de relevo generacional.

En definitiva, Alonso asume un reto mayúsculo en su carrera cuando tenía encauzada su trayectoria en Madrid en el núcleo duro de Rajoy y su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. En el partido, que ha vivido con convulsión las salidas de María San Gil y Arantza Quiroga (y algo menos la de Antonio Basagoiti) ven en Alonso un referente político e institucional sólido, pero nadie se atreve a apostar por que este 'sorayo' vaya a completar los cuatro de legislatura como portavoz de la quinta fuerza política en el Parlamento Vasco.

Etiquetas
stats