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Muere el alcalde de la transformación de Bilbao

El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna.

eldiarionorte.es

Bilbao —

El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, ha querido despedirse de los bilbaínos a través de un último mensaje en el que dice textualmente: “Gracias a todos por haberme ayudado y soportado. Habéis sido estupendos”. A través de la redes sociales, el director delegado del gabinete del alcalde, Andoni Aldekoa, dio a conocer, pocas horas después de la muerte del regidor municipal, su último mensaje a la ciudadanía, a la que ha dado las gracias por su ayuda y apoyo.

El mejor alcalde del mundo ha dicho agur definitivamente. Iñaki Azkuna, el alcalde de Bilbao, falleció ayer a los 71 años de edad tras padecer una larga enfermedad que le ha mantenido apartado de la vida municipal desde el pasado 13 de febrero. El regidor bilbaíno, que estuvo al frente del Ayuntamiento durante la mayor transformación urbana de la capital, nació en la también vizcaína localidad de Durango el 14 de febrero de 1943 y ha sido alcalde de Bilbao durante los últimos 15 años, casi cuatro legislaturas consecutivas.

El funeral está previsto que se celebre el próximo lunes a las doce del mediodía en la catedral de Santiago de la capital vizcaína. La Junta de Portavoces del consistorio se reunirá antes de que se celebre, a las doce del mediodía, un pleno extraordinario del Ayuntamiento de Bilbao. Pero Azkuna había dejado claro a sus allegados que quería unas exequias privadas, en la intimidad de la familia y de las personas que compartieron con él su vida.

El estado de salud de Azkuna se agravó el pasado 14 de marzo, cuando Azkuna tuvo una recaída de la que ya no ha podido reponerse. Sus familiares y allegados y su partido, el PNV, estaban desde entonces preparados para un desenlace que se ha produjo finalmente ayer. Pese a que pasó la noche anterior tranquila, su salud se agravó durante la mañana de jueves y Azkuna, que la última semana ha estado consciente, no ha podido más. El furgón fúnebre con los restos mortales de Azkuna abandonó anoche el domicilio del alcalde para dirigirse al tanatorio Nuestra Señora de Begoña.

Poco minutos antes, sobre las 21 horas, en la fachada principal del Ayuntamiento de Bilbao un empleado municipal colgó un enorme pendón de la balconada consistorial. A esa hora, la gente que caminaba por la capital vizcaína prácticamente no conocía la noticia. Fueron las redes sociales y los primeros informativos de televisión y radio los que empezaron a difundir el fallecimiento del regidor peneuvista, una noticia que desde la tarde de ayer ya se esperaba en círculos políticos. Para entonces, la ikurriña ondeaba a media asta en Sabin Etxea, la sede del PNV en Bilbao.

“Iñaki, Alkate Jauna, ha sido todo un honor”

El Gobierno vasco expresó su “más sentido pesar” ante el fallecimiento de Azkuna y transmitió sus condolencias a familiares y allegados. El Gobierno vasco se ha unido a la “tristeza que en estos momentos vive la Villa de Bilbao”. El lehendakari mandó un mensaje desde su cuenta personal de Twitter en el que se podía leer: “Tal y como nos dijimos hace unos días al despedirnos: ”Iñaki, Alkate Jauna, ha sido todo un honor“. Los principales partidos políticos destacaron la figura ”irrepetible“ del alcalde bilbaíno y fueron numerosas las muestras de condolencia enviadas desde todo tipo de estamentos sociales, empresariales, sindicales, religiosos, deportivos...

Durante sus mandatos, la villa del Nervión ha experimentado una revolución urbana y social sin precedentes, pasando de ser una urbe industrial a una capital de servicios. Este cambio, cuyo gran icono es el museo Guggenheim, ha convertido a Bilbao en una ciudad modelo para la transformación de otros espacios urbanos y el reconocimiento del propio Iñaki Azkuna como el 'Premio al mejor alcalde del mundo' 2012 o la distinción de 'Caballero de la Legión de Honor de Francia'.

Azkuna padecía un cáncer de próstata desde 2003 que especialmente en el último año había mermado considerablemente su salud. Se sometió a varias intervenciones quirúrgicas para que le extirparan un riñón y corregir problemas renales y secuelas de los tratamientos contra la enfermedad. Fue ingresado en abril del pasado año y estuvo hospitalizado casi tres meses. Tres días después de recibir el alta, Azkuna reapareció en silla de ruedas el 14 de junio en la clausura del Foro Mundial de Alcaldes, junto al Príncipe de Asturias y el lehendakari, Iñigo Urkullu. Azkuna hizo un esfuerzo por estar presente en el acto, pero para entonces su estado de debilidad era patente. Su voz sonó apagada, aunque aun pudo retomar sus trabajos como regidor de la Villa.

Sin embargo, tuvo que pasar de nuevo por el quirófano el pasado 4 de julio, cuando le fue extirpado el riñón, y no recibió de nuevo el alta médica hasta mes y medio después, el 20 de agosto. En septiembre, volvió a sufrir una infección que le llevó de nuevo unos días al hospital.

En los últimos meses, se fue recuperando ligeramente, lo que le permitió reanudar su actividad pública, aunque a un ritmo mucho menor y con limitaciones de movilidad. Con todo, él mismo decidió mantener los actos diarios que consideraba oportunos y manejó su agenda pública hasta el final, con inauguraciones, rueda de prensa y otro tipo de actos, muchos de ellos de fuerte contenido social.

El pasado mes se sintió de nuevo indispuesto mientras celebraba su cumpleaños en una comida en un restaurante y desde el 25 de febrero permanecía en su domicilio de Bilbao, frente a la Ría un muy cerca del museo Guggeheim.

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