China ya no es lo que era para las empresas vascas
¿Ha dejado China de ser una tierra de promisión para las empresas vascas? O, más bien, ¿en algún momento llegó a serlo? La necesidad para las empresas vascas de implantarse en China resulta de la globalización de la economía y del potencial que presenta un mercado como el chino, con 1,3 billones de habitantes y con el acceso de 300 millones de chinos a la clase media. El estancamiento de la economía europea como consecuencia de la crisis económica que se inicia en septiembre de 2008 ha puesto las miras en este mercado, pero aunque ofrece numerosas oportunidades y las empresas vascas disponen de recursos para poder implantarse y desarrollarse en él, lo cierto es que se enfrentan a “una serie de obstáculos de índole político-administrativo, socioeconómico, cultural y lingüístico que conviene no infravalorar”.
Eguzki Urteaga, profesor de Sociología de la Universidad del País Vasco, ha analizado el papel de las empresas vascas en China y el desafío que este país representa y su conclusión es que se enfrentan a una serie de obstáculos. “A las dificultades para comprender el tamaño y la diversidad de China, se añaden las diferencias culturales y las distintas formas de gestionar los negocios; la menor seriedad en los pagos manifestada por las empresas chinas; el escaso desarrollo de la gestión de la calidad; el creciente proteccionismo y las peores condiciones ofrecidas a las empresas extranjeras; la dificultad para contratar y retener al personal cualificado, asociado a la volatilidad de la mano de obra; las dificultades para lograr la involucración y participación de los empleados en la gestión; o la fuerte burocracia”. Un laberinto que ha hecho que varias empresas empiezan a volver a mirar hacia Euskadi para volver a producir.
La consecuencia de esas trabas es que para algunas compañías China ya no es lo que era. Los salarios han comenzado a crecer, así que la mano de obra ya no es tan barata como antes. Además, para las empresas que dedican una parte importante de su producción al área dólar se enfrentan a los aranceles que Estados Unidos aplica a los productos chinos, que son superiores a los que se aplican para los productos fabricados en Europa.
La presencia vasca en ese país-continente aumentó notablemente a partir de 2005 antes de verse afectada por la crisis financiera y posteriormente económica de 2008. En ese sentido, “la decisión de las empresas vascas de implantarse y desarrollarse en el principal país asiático no resulta de la crisis sino que es anterior a ella. Con un crecimiento económico anual que ha superado el 10% durante numerosos años y una tasa de crecimiento del 7,7% en 2013, China se ha convertido en la segunda potencia económica mundial, detrás de Estados Unidos. ”En un intento para adecuar su modelo socioeconómico, para que sea más sostenible social y económicamente, el Gobierno chino desea fomentar el consumo interno y lo está consiguiendo poco a poco. De hecho, en 2013, el 54,4% del crecimiento del PIB en la primera mitad del año estaba impulsado por el consumo privado y público. Esto significa que el mercado chino, ya de por sí importante, se irá incrementando conforme avance el tiempo, lo que convierte la implantación en China en un reto estratégico para numerosas empresas europeas, y, entre ellas, las vascas“, asegura Urteaga.
187 empresas implantadas
187 empresas implantadasHoy en día, 187 empresas vascas están implantadas en China, entre las cuales figuran el grupo MCC, Orbea, Forjas Iraeta, Gestamp, Orkli u Ormazabal. Según un estudio realizado por la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial (SPRI) en 2009, la mayoría de las empresas vascas se concentran en las regiones de Shanghai, Jiangsu y Beijing (Pekín). Las empresas productivas se ubican mayoritariamente en la región de Jiangsu, mientras que las sociedades comerciales prefieren implantarse en Shanghai y, en menor medida, en Beijing. Las empresas de servicios privilegian las dos principales metrópolis chinas. Así, la práctica totalidad de las empresas vascas están ubicadas en la costa oeste de China que es la más dinámica y próspera del país.
En cuanto al periodo y ritmo de implantación de las empresas vascas en China, las instalaciones crecen de manera pausada 1990 y 2004 antes de aumentar repentinamente a partir de 2005 para decrecer de nuevo en 2008. “Los años 2005, 2006 y 2007 fueron especialmente propicios a la instalación de dichas empresas en el principal país asiático. Estas implantaciones se produjeron en un contexto de fuerte crecimiento, tanto en Euskadi como en China, y de deseo de las compañías vascas de conquistar nuevos mercados. En ese sentido, China aparece como un mercado donde es fundamental implantarse y desarrollarse dado el fuerte potencial y las expectativas de crecimiento que ofrece ese país”.
Con el tiempo, se ha producido un cambio progresivo y rápido a la vez en los productos fabricados por las plantas chinas de las empresas vascas. “Durante mucho tiempo, se asociaba China con la fabricación y posterior exportación de productos de nulo o escaso valor añadido y que exigía una amplia mano de obra. Nada más lejos de la realidad, dado que si el 21% de las empresas vascas solo monta o produce componentes intensivos en mano de obra y el 16% fabrica productos completos, pero de tecnología menos avanzada, el resto, es decir el 63%, recurre a tecnología avanzada”, matiza Urteaga.
De esta forma, el 40% fabrica productos complejos y tecnológicamente avanzados, con tecnología desarrollada por la matriz vasca; el 11% fabrica productos completos y tecnológicamente avanzados, con tecnología desarrollada en China; y el 11% restante fabrica productos completos y tecnológicamente avanzados, desarrollada conjuntamente entre China y la matriz vasca.
