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Herramientas ciudadanas contra los 'incendios' xenófobos

Las 'guías contra incendios' de CEAR Euskadi

Alba Díaz de Sarralde

70 millones de personas se encuentran desplazadas forzosamente en el mundo. Más de la población total de España, Portugal y Grecia. El 1 % solicita asilo en Europa. En España, solo 30.000 de ellas. En numerosas ocasiones se han encontrado un clima de rechazo allá donde representantes políticos han lanzado mensajes que los criminalizan: el presidente de la República Checa se refirió a las personas refugiadas como “una invasión organizada”, en Gran Bretaña “pakistaníes británicos están violando chicas blancas”... Y los incendios se propagan.

La ciudadanía tiene numerosas vías de emergencia y CEAR Euskadi las ha puesto a su disposición. Este jueves, en el idóneo parque de bomberos de Nanclares de la Oca, se ha presentado el 'Manual de Instrucciones' contra los discursos políticos xenófobos, así como la 'Caja de Herramientas', en la segunda edición de su 'Guía contra incendios'. “¿Cuál es el origen de todo el miedo que existe en la sociedad?” se preguntaba Rosabel Argote, responsable de la organización en Vitoria: “Los discursos públicos, que acaban provocando incendios”.

El objetivo de las guías elaboradas por CEAR Euskadi es claro: orientar sobre cómo actuar contra la gasolina -ámbito jurídico, institucional, político y asociativo y ciudadano-, la chispa, el aire enrarecido -ámbito mediático- y la reacción en cadena -también a través del ámbito mediático-. La veintena participantes que ha acudido a la jornada pertenecía a los diferentes campos.

De esta forma, en dos manuales se recoge la importancia de que la ciudadanía conozca los medios de los que dispone para ahogar esos incendios a través de un total de 19 herramientas. Desde el envío de un escrito a la Fiscalía hasta quejas a los órganos de control de los medios de comunicación.

Porque el fuego existe. También en Euskadi, que es la cuarta comunidad con más delitos de odio. Desde pueblos como Sestao hasta la capital. Por ejemplo, en 2014, el entonces alcalde de Vitoria Javier Maroto acusó al colectivo magrebí, sin aportar datos, de “vivir de las ayudas sociales”. Esto fue recogido en un informe del Consejo de Europa, que analiza las medidas contra el racismo y la intolerancia en España. La generalización sobre los inmigrantes de Maroto fue que “algunas nacionalidades viven principalmente de las ayudas sociales y no tienen ningún interés en trabajar o integrarse”.

En el informe se incluye también al popular Xavier García Albiol, que vinculó la pobreza, el desempleo y la falta de seguridad con la llegada de migrantes y el terrorismo islámico. También difundió en sus redes que el multiculturalismo en Europa es un problema.

CEAR Euskadi no ha dudado en utilizar sus herramientas. En la presentación de las guías, Argote ha comentado que solicitaron un dictamen a la Federación de Asociaciones de Prensa Española -FAPE- por los comentarios que un periodista de Telebilbao hizo sobre los magrebíes, afirmando que roban “y el Gobierno vasco les ayuda”.

Contra la gasolina

Las 19 herramientas que CEAR Euskadi con la colaboración de SOS Racismo Gipuzkoa recoge en sus guías están destinadas a la actuación en cinco ámbitos: jurídico, institucional, político, asociativo y ciudadano, y mediático. Tras la presentación, la jornada ha continuado con una serie de debates por mesas sobre los diferentes campos por parte de los participantes.

Dentro del ámbito jurídico, las herramientas de las que CEAR Euskadi informa son el envío de un escrito a la Fiscalía, la denuncia como miembro de un colectivo en riesgo, la acción popular, el litigio estratégico o la querella por calumnias y/o injurias. El abogado y secretario general de SOS Racismo Mikel Mazkiaran, que ha participado en la elaboración de este apartado, ha afirmado en la presentación que “no son las más eficaces frente a discursos de odio”, pero que se deben tener en cuenta.

El discurso de odio es un delito y, por tanto, está penado en el Código Penal. Concretamente, en el artículo 510, que protege a colectivos vulnerables como inmigrantes, LGTBI, diversidad funcional, religión, género, etcétera. Castiga con una pena de 1 a 4 años a quien favorezca, promueva o incite, directa o indirectamente, al odio, la hostilidad, la discriminación o la violencia, contra un grupo vulnerable o miembros de ese grupo. A quien lesiona la dignidad de las personas mediante acciones (también verbales) que humillan, menosprecian o desacreditan a estos grupos, se le castiga con penas de 6 meses a 2 años.

Para actuar en el ámbito institucional, la guía contempla entidades que quizá sean desconocidas a la ciudadanía, según Argote, pero a las cuales hay diferentes maneras de acceder o contactar: la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el Consejo Estatal o la Red Autonómica Eraberean, una red impulsada por el Gobierno vasco para luchar contra la discriminación por origen racial, étnico o nacional, a través de la cual CEAR Euskadi remitió su queja a la FAPE.

En el ámbito político, CEAR Euskadi informa en sus guías sobre los buzones para que la ciudadanía remita directamente escritos a los paridos políticos. Sin embargo, los y las participantes han coincidido en los posteriores debates que ello “seguramente caiga en saco roto” o que esos buzones “no son públicos”, por lo que sería más adecuado dirigirse a las demás fuerzas o promover campañas. La otra herramienta es interna de cada partido: los Comités de Disciplina.

El último de los ámbitos que serían capaces de ahogar el combustible de esos incendios es el asociativo y ciudadano. CEAR Euskadi destaca el ejercicio del voto, personal o cedido, a la hora de no llevar al cargo a políticos que mantengan discursos racistas desde sus campañas. Además, encuentran la acción directa en la movilización social y las plataformas, e incluso en grafitis en espacios públicos.

Acciones en el ámbito mediático

La presentación de las guías ha contado con la ponencia de Raúl Martínez Corcuera, que trabaja temas de migración, racismo, etcétera desde los medios de comunicación en la Universidad de Vic, Barcelona.

“Imaginemos una Europa que no quiere refugiados. Cuesta, pero intentadlo. Imaginad ahora que somos guionistas de una serie de televisión. ¿Qué hacemos? Vamos a transformarlos en terroristas” ha comenzado Martínez Corcuera.

Martínez ha explicado la distorsión que ha tenido lugar en los medios de comunicación sobre los refugiados desde el inicio de la crisis humanitaria: “Si la noticia es que se rechazan refugiados porque 'alguno' puede ser yihadista, ¿quién quiere refugiados?” se preguntaba. Remarcaba, además, que los medios pueden servir para modificar el lenguaje, contribuyen a difamar, a marginar, a estigmatizar... “La pirámide del odio tiene como base los estereotipos, las bromas... En la cima tenemos lo más grave”.

Para actuar en el ámbito mediático, CEAR Euskadi recuerda a la ciudadanía que puede escribir cartas al director o artículos de opinión para los periódicos. Ambos textos son publicables. En cuanto a contenidos que incurren en el discurso racista, la ciudadanía puede dirigir quejas a los órganos internos de los medios. La organización que se encarga de cuidar la ética de los medios, la FAPE, emite dictámenes que vinculan a los redactores, como por ejemplo, con el mencionado periodista de Telebilbao.

Aparte, se propone financiar mediante crowdfunding publirreportajes de las organizaciones que ocupen páginas contra los incendios, utilizar las Maldito Bulo y Maldita Hemeroteca y eliminar o denunciar contenidos en las redes sociales.

Los y las participantes han debatido sobre todas estas herramientas y han propuesto más en las mesas que han seguido a la presentación. Con el fin de ampliar la guía en una posible tercera edición, CEAR Euskadi seguirá propiciando la acción ciudadana contra los discursos públicos xenófobos y racistas que causen incendios, ahogando la llama desde el origen y luchando contra el combustible.

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