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Dimite el único alcalde socialista de Álava, agobiado por un revés judicial contra el Ayuntamiento y por un positivo en un control de alcoholemia

El socialista Javier Martínez dimite como alcalde de Iruña de Oka por "el clima de desgobierno" en el Ayuntamiento

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El alcalde de Iruña de Oca, el socialista Javier Martínez, ha dimitido por el “desgobierno que algunos se han empeñado en trasladar a la gestión municipal”, lo que provoca una “falta de mayoría estable” para gobernar en el consistorio. Martínez es el único alcalde que los socialistas tenían en Álava. Iruña de Oca tiene alrededor de 3.400 habitantes y está a menos de 20 kilómetros de Vitoria.

En una comparecencia pública en la que no ha aceptado preguntas, Martínez ha anunciado su dimisión, pero no ha mencionado las causas por las que la oposición municipal ha pedido su cese y que le han venido agobiando en las últimas semanas. Por una parte, un revés judicial: una sentencia que obliga al Ayuntamiento a pagar 840.000 euros por una cuestión urbanística. Y en segundo lugar, el accidente de tráfico leve que protagonizó el propio Martínez hace unos días y en el que dio positivo en el control de alcoholemia.

Martínez, quien llevaba 16 años como alcalde, fue reelegido el pasado mes con el voto de Podemos, la abstención de PNV y PP y el rechazo de EH Bildu. Ahora, los socialistas intentarán mantener esta Alcaldía, cuestión que se decidirá en un pleno que podría celebrarse dentro de algo más de un mes.

“Esta dimisión”, ha recalcado durante su comparecencia, “viene motivada por el clima de desgobierno que algunos se han empeñado en trasladar a la gestión municipal”. Así, ha responsabilizado de la situación a quienes “han permanecido parapetados y escondidos, y han aprovechado diferentes hechos, incluso al margen de la gestión municipal, para sacar a relucir sus navajas de envidia y de afán por ocupar el sillón”.

Sin mencionar ninguna sigla política les ha acusado de orquestar un “envenenamiento público” para deteriorar su imagen, de tener “falta de ambición, de lealtad y de ideas políticas”, además de defender “exclusivamente sus intereses” particulares.

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