La parte vieja de Donostia huele a orín
Tras la semana grande, algunas zonas de la capital guipuzcoana se han convertido en urinarios públicos que invitan a la falta de civismo en la parte vieja donostiarra. La Plaza de Lasala, la calle Mari, el Muelle o la subida de la Trinidad lucen desde hace días un aspecto de dejadez derivado de los orines de los ciudadanos habitualmente en las noches de fiesta.
Tal y como ha señalado el portavoz del PSE en el Ayuntamiento, Ernesto Gasco, “no es un problema de ahora, aunque en los últimos tiempos se está generalizando, creando molestias al vecindario afectado y dañando la higiene e imagen de la ciudad”, e incluso, “en ocasiones, son los propios portales los que se convierten en urinarios, con la consiguiente molestia a las comunidades de vecinos”.
Por todo ello, los socialistas donostiarras han instado al Gobierno municipal de Bildu a “realizar campañas para evitar que estas situaciones sigan proliferando”, comenzando por “la colocación de señales horizontales que disuadan a los ciudadanos de orinar en la vía pública”. “Sabemos que es complicado poner un policía en cada calle”, apunta Gasco, “aunque cuando se detecten casos de comportamientos incívicos deberían ser sancionados”. Las multas podrían oscilar, según la ordenanza municipal, entre 50 y 200€.
Los próximos domingos se celebrarán las jornadas de las regatas de La Concha, “que atraen a muchas personas a la ciudad y generan un gran ambiente”, indica Gasco. El portavoz socialista en el consistorio ha planteado que podría resultar idóneo “aprovechar esta celebración para arrancar con esta campaña cívica”.
