“Cuando las cosas están complicadas hay que salir”
La internacionalización de las empresas vascas ya ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad. Es una de las consecuencias de la crisis. Así de rotundo se expresa el consejero delegado de Elkargi, Pedro Oyarzabal, quien ha inaugurado la jornada “Los procesos de internacionalización en las Pymes: factores clave; casos y experiencias prácticas” en los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV) en el Palacio Miramar de Donosti. “Cuando las cosas están complicadas, hay que salir”, subraya el responsable de Elkargi, una sociedad dedicada a apoyar la financiación de las pymes.
Isabel Aguilera, consultora y consejera de empresas, aunque en la actualidad es Presidenta del Consejo Social de la Universidad de Sevilla, ha profundizado en esta idea insistiendo en que antes de salir al extranjero hay que tener “los deberes hechos en casa”. “Y para eso hace falta una planificación inteligente y un equilibrio rentable en la organización de la empresa. La información es de vital importancia. Si algo aprendí en la multinacional Google (en la que trabajo como directiva), es que no basta con exportar, tenemos que conocer a los clientes”.
Aguilera, que fue elegida por el Financial Times como una de las 25 directivas más brillantes de Europa, ha incidido en que “exportar es sólo el primer paso, y más en tiempos de incertidumbre”. Uno de los nuevos mercados que más interés le suscita es el que ha denominado como la “nación inmigrante”. Se trata de la “cuarta población mundial”, que está formada por 250 millones de consumidores. “Se trata de gente que no vive en su entorno de nacimiento, por lo que quien esté vendiendo productos a inmigrantes está en un buen sector”.
Para que España siga mejorando su nivel de exportraciones, Aguilera aboga por seguir con una reindustrialización centrada en el mercado internacional, ahondar cada vez más en la flexibilidad laboral, en la competitividad y en la reactivación del crédito. “De las 60 empresas que crearon empleo para 25.000 jóvenes, pocas eran multinacionales”. Por eso, hay que “pensar a lo grande”.
