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“En Euskadi, un niño que nace pobre puede estar condenado de por vida a serlo”

Natalia Quiroga/ Save the Children

Eduardo Azumendi

Aunque Euskadi pasa por ser una de las comunidades más prósperas de España, los niños que nacen en un hogar pobre prácticamente están condenados a perpetuarse en esa situación. Es la demoledora conclusión de Eva Silván, responsable de Save the Children en Euskadi, apoyada en los datos del informe ‘Desheredados’, elaborado por su organización para el conjunto de España y que ha desmenuzado por comunidades autónomas. “En Euskadi, un niño que nace en un hogar pobre puede estar condenado de por vida a serlo. Las administraciones no están permitiendo que los niños tengan las mismas oportunidades. Al contrario. Les pone zancadillas a quienes peor están. Ni las políticas públicas de protección social ni el sistema fiscal están diseñados para reducir la desigualdad y acabar con la pobreza”, declara tajante.

Entre los principales resultados, el informe refleja que un 9% de los niños y niñas en Euskadi vive en situación de pobreza severa. Entre 2008 y 2014, este porcentaje ha aumentado en cinco puntos, mientras que el porcentaje de niños y niñas en situación de pobreza relativa se ha incrementado en 8,3 puntos. La mayor tasa de pobreza se concentra en los hogares monoparentales y de origen extranjero. En el caso de las familias monoparentales (donde la cabeza de hogar es a menudo una mujer), el 26% de los niños y niñas están en situación de pobreza real. En cuanto a los niños y niñas de origen inmigrante, que representan el 8% de la infancia en el País Vasco, el 39% vive en situación de pobreza.

En el País Vasco, el 20% de la población más rica tiene una renta media superior 4,2 veces a la renta del 20% más pobre. Según la Encuesta de Necesidades Sociales 2014, elaborada por el Gobierno vasco, entre 2008 y 2014 los ingresos medios del 10% más rico de la población vasca aumentaron un 1,1%, mientras que los del 30% menos acomodado bajaron un 4% y los del 10% más pobre se redujeron un 13,4%. Es decir, la sociedad vasca cada vez es más desigual. Y en las sociedades más desiguales, el éxito de los niños está condicionado por la herencia económica y social de los padres.

“Mi padre está en el paro porque la fábrica cerró. Mi madre está en casa buscando trabajo. Si mis padres dicen 'no', sé que es por algún motivo. Mis padres quieren que seamos felices, si dicen no es porque no tienen dinero”, explica Ana, una niña de 12 años de Vitoria. Se trata de un testimonio recogido en el informe que refleja la crudeza de la situación y que la desigualdad está directamente ligada con el empleo.

“El trabajo de los padres juega un papel fundamental en el desarrollo de los niños. Es la principal fuente de ingresos, especialmente, en el caso de las rentas más bajas, que son más vulnerables al desempleo y la precarización. La destrucción de empleo durante la crisis ha afectado de forma desproporcionada a las familias más pobres y con hijos en nuestro país. Euskadi ha destruido empleo temporal, emparejado a rentas medias-bajas y colectivos vulnerables”, resalta el trabajo.

Sistema educativo a la deriva

El sistema educativo vasco, que hasta hace unos ejercía de ‘ascensor’ en la escala social, ya no sirve para igualar las diferencias de origen de sus alumnos debido, entre otras causas, a la reducción de la inversión pública por alumno, que disminuyó en 888 euros de 2007 a 2012, mientras el gasto de los hogares aumentó un 38,79%.

¿Consecuencias? “Pues la existencia de una gran brecha de rendimiento escolar según el origen socioeconómico y cultural del alumnado: el nativo tiene una puntuación media 1,2 veces superior al de origen extranjero. El Informe PISA alerta de que las diferencias en Euskadi entre los resultados de niños y niñas del percentil de renta más alto y el más bajo es de 330 puntos, por encima del dato estatal (289) y de la media de la OCDE (287)”, explica Silván.

Las posibilidades de salir de la pobreza de un niño o niña que crece en un hogar pobre se ven frenadas si el sistema educativo no garantiza la igualdad de oportunidades. En su día, el Consejo Escolar de Euskadi ya alertaba de que los principales recortes registrados en el sistema educativo vasco afectan especialmente a la educación pública. Los datos de repetición en Euskadi revelan una alta concentración de repetidores en ciertos centros educativos, superiores a los del resto de comunidades autónomas. “La posibilidad de repetir para un niño de ingresos bajos es 2,4 veces superior a la de un niño con ingresos altos, incluso aunque ambos tengan las mismas competencias de lectoescritura y matemáticas”.

Las recomendaciones de Save the Children para intentar mejorar la situación de los niños más desfavorecidos pasa por:

1-Profundizar y extender el sistema de rentas mínimas y ayudas a la vivienda para mejorar las necesidades específicas de los niños y niñas que provienen de los colectivos más vulnerables.

2-Equiparar las ayudas y apoyos de las familias monoparentales a las de las familias numerosas.

3-Recuperar el nivel de inversión pública en educación anterior a la crisis e incrementar la dotación dirigida a la escuela pública.

4- Impulsar medidas encaminadas a incrementar la escolarización temprana (Educación 0-3) para los colectivos con menos recursos.

5-Impulsar un plan de política educativa de lucha contra la segregación escolar, que garantice la equidad en el acceso a la educación de los alumnos y alumnas del País Vasco, independientemente de su origen o condición, mediante políticas concretas.

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