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El Gobierno evita hacer balance del Plan para la Igualdad al presentar el nuevo

La directora de Emakunde, Izaskun Landaida. /Ricardo Del Val.

Aitor Guenaga

Vitoria-Gasteiz —

El consejo de Gobierno vasco aprobó ayer el VI Plan para la Igualdad de Mujeres y hombres, el documento que orientará la actividad de los poderes públicos vascos en materia de igualdad durante la presente legislatura. El documento tiene como ejes el cambio de valores y empoderamiento, las organización social corresponsable y la erradicación de la violencia contra las mujeres, pero en su presentación ayer por parte del lehendakari y luego de la directora de Emakunde no se hizo ninguna valoración de lo conseguido en el plan anterior, con una vigencia de 2010-13, la etapa de los socialistas en Ajuria Enea. El primer plan se elaboró en 1991.

Una de las novedades del plan es que para avanzar hacia la igualdad real, también en materia laboral -donde las mujeres cobran menos por el mismo trabajo que hacen los hombres- el plan pretende “incorporar cláusulas para la igualdad en la contratación”, aunque no se detalla de qué tipo. Además, pretende modificar la cultura y la práctica empresarial para lograr una “conciliación corresponsable” e incrementar el grado de satisfacción de las mujeres y hombres con las medidas de conciliación existentes.

Pero no se queda solo en actuaciones en la esfera pública: el plan pretende fomentar una mayor corresponsabilidad de los hombres en la realización del trabajo doméstico y de cuidado, al mismo tiempo que pretende contribuir a aumentar el tiempo que las mujeres destinan al disfrute del ocio, así como al trabajo remunerado y a la formación como vía para conseguir la autonomía económica, paso fundamental para el empoderamiento progresivo de las mujeres, según todos los análisis.

La lucha contra la violencia ejercida contra las mujeres está también en el centro de los objetivos del plan. Ese objetivo estratégico prevé aumentar la detección precoz de conductas violentas por parte de los profesionales del sistema educativo, sanitario, policial, judicial, laboral y social, así como a aumentar el número de mujeres víctimas de violencia que reciben información que les facilite unas expectativas ajustadas antes, durante y después del proceso de atención integral.

A partir de las directrices que marca el plan, todas las administraciones públicas, tanto el Gobierno Vasco como las diputaciones forales y los ayuntamientos deben elaborar y aprobar sus propios planes de igualdad en los que determinarán y concretarán los procesos, plazos y recursos con los que contribuirán al cumplimiento de los objetivos señalados en el documento aprobado ayer por el consejo de Gobierno. Desde septiembre, el equipo que encabeza Izaskun Landaida ha estado recogiendo aportaciones de numerosos grupos e instituciones, aunque el plan se empezó a elaborar a principios de 2013 y se comenzó a contrastar con los agentes entre los meses de marzo a mayo.

El lehendakari, Iñigo Urkullu y la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, lo presentaron ayer tras el último consejo de Gobierno del año. Forma parte del Programa de Planes Estratégicos aprobados por el Gobierno vasco para esta X legislatura. De hecho, Urkullu destacó ayer que “más del 80%” de las 617 iniciativas fijadas por su gabinete como hoja de ruta de la acción gubernamental están “en marcha”.

“Cambio de valores”

El lehendakari subrayó que el plan, con vocación transversal, supone “un nuevo avance a favor de la igualdad efectiva de mujeres y hombres en nuestro país” y destacó que para lograr esa igualdad real un paso “imprescindible” es el “necesario cambio de valores y la eliminación de los roles de género y los estereotipos que persisten en nuestra sociedad”. Por su parte, la directora de Emakunde ha señalado que este plan es un “instrumento guía que marca los objetivos que son necesarios cumplir para garantizar la igualdad de mujeres y hombres en la sociedad”. “Tenemos el instrumento, el compromiso del Gobierno y necesitamos el trabajo y la voluntad de toda la sociedad para conseguirlo”, ha reiterado.

El elemento central del documento es el “impulso al cambio de valores como sustrato para que las medidas propuestas sean efectivas y puedan sostenerse en el tiempo, desde la convicción de que, sin cambio de valores, no se puede dar ninguna transformación social”. “Los valores sostienen y justifican cualquier modelo de sociedad y para contribuir al paso de un modelo androcéntrico y machista, a uno igualitario y equivalente, es preciso desarrollar otros valores, otros principios de carácter filosófico, ético y político por los que deba regirse nuestra sociedad”, indicó Landaida.

El diseño de las políticas de igualdad para los poderes públicos incluye 13 medidas para el impulso de la integración del principio de igualdad en la Administración Pública Vasca, entre ellas, crear y fortalecer unidades administrativas para la igualdad, incorporar cláusulas para la igualdad en la contratación o integrar la perspectiva de género en estadísticas, estudios, normativa y presupuestos.

En el eje de intervención en materia de igualdad presenta ocho programas específicos para actuar en el cambio de valores y empoderamiento, la organización social corresponsable y erradicación de la violencia contra las mujeres. Para el compromiso con el cambio de valores, el Plan sitúa el foco en niños y jóvenes, como garantía de un cambio social a largo plazo, valorando la importancia del entorno educativo-formativo, así como de los medios de comunicación y las redes sociales.

La “complicidad de los medios”

Los medios de comunicación vuelven a estar en el centro de este tipo de planes. Se quiere buscar su “complicidad” para avanzar hacia esa igualdad real, aunque también se apela a otros agentes sociales y otras organizaciones y entidades que sirvan para el logro de una sociedad en la que mujeres y hombres se encuentren en una situación de igualdad. Como objetivo operativo para mejorar el tratamiento informativo de la violencia, el plan buscará que se visibilice la desigualdad de género como elemento central en todo lo relacionado con la violencia contra las mujeres y también para que se presente a las mujeres como agentes activos en su lucha.

Para impulsar la erradicación de la violencia contra las mujeres, el texto de Emakunde subraya que para luchar contra esta violencia, es necesario promover un cambio de valores de la sociedad porque “sólo a través de esta transformación, se eliminará y se resolverá de forma adecuada y permanente”. El primero de sus objetivos estratégicos está dirigido a impulsar el desarrollo de modelos de comportamiento no violentos entre todas las personas, y especialmente entre los chicos y los hombres y a aumentar la percepción social sobre las diferentes formas de violencia contra las mujeres.

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