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El Gobierno Vasco prepara a la economía para el impacto del coronavirus

Protesta de los operarios de producción de Mercedes-Benz en Vitoria

Eduardo Azumendi

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La industria vasca podría quedar paralizada en cuestión de días. Algunas de las principales empresas (Mercedes Benz, Michelin, CAF) han cerrado directamente sus fábricas y otras ya van a medio ritmo a causa de la crisis del coronavirus. Por ejemplo, el fabricante de trenes CAF ha parado la producción en sus plantas guipuzcoanas de Beasain e Irún, donde emplea a 2.900 personas, ante la imposibilidad de que los operarios puedan mantener la distancia de seguridad que aconsejan las autoridades sanitarias para evitar la propagación de la COVID-19. Lo mismo ha ocurrido con Mercedes Benz (la mayor factoría de Euskadi), pero en este caso han sido los trabajadores los que han forzado el cierre ante la inacción de la dirección en los primeros momentos. ¿Cómo se van a compensar las horas no trabajadas? Pues aún está por ver, pero los trabajadores de CAF las compensarán con medidas de flexibilidad incluidas en el convenio colectivo. Pero en todos los casos parece inevitable negociar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE).

La patronal vasca Confebask y sus asociaciones miembro – Adegi, Cebek y Sea - aseguran que a día de hoy la práctica totalidad de las empresas vascas están afectadas por la crisis sanitaria del coronavirus, si bien hay empresas y sectores que más están notando el impacto. La industria demanda liquidez, financiación, ayudas a inversiones y la revisión de los plazos para las devoluciones de ayudas reintegrables, pagos fiscales y obligaciones con la Seguridad Social. Según la patronal, hasta un 25 % del empleo en Euskadi podría estar ya en cuestión, lo que supone alrededor de 250.000 trabajadores. Este empleo se concentraría, sobre todo, en los negocios de hostelería, una parte de los comercios, turismo, colegios, academias y otro tipo de actividades.

El Gobierno Vasco ya se ha reunido con agentes económicos y sociales para analizar la situación que atraviesan las empresas de la comunidad como consecuencia del coronavirus. De momento, el lehendakari Iñigo Urkullu ya ha anunciado la puesta en marcha de un fondo extraordinario dotado con 300 millones de euros, que estaría destinado a reforzar el sistema sanitario y educativo, así como para impulsar medidas de apoyo a familias, empresas y al empleo ante la epidemia del coronavirus.

La intensidad del impacto del COVID-19 en la economía vasca dependerá de la duración de la crisis sanitaria y de su intensidad. Aunque los impactos principales vienen desde el exterior, a ellos se pueden sumar también la crisis de confianza, sobre todo si el proceso se alarga en el tiempo. En marzo se debe revisar la previsión de crecimiento de la economía vasca, que es del 1,9 %.

La preocupación se centra, especialmente, en las empresas más pequeñas y las que dependen de mercados internacionales, ante la incertidumbre que genera no saber cuándo se va a restablecer la actividad económica.

La crisis del coronavirus arrancó en China, ahora se centra en el mercado europeo, con especial virulencia en Italia, y se desconoce cuál será la evolución de la enfermedad en los distintos países europeos, lo que traerá una desestabilización de los mercados y, un nuevo contexto de incertidumbre con elementos desconocidos.

Cuentas saneadas

El Ejecutivo de Urkullu ha intentado tranquilizar a los agentes económicos con el argumento de que Euskadi dispone de unas cuentas saneadas para responder a un escenario negativo, pero el miedo se ha desatado, sobre todo, en el ámbito económico más sensible a la crisis, como los comercios. De momento, muchos han tenido que cerrar de manera temporal, pero el fantasma del cierre definitivo es muy real en algunos casos.

El Ejecutivo de Vitoria asegura que con el cierre de 2019, se encuentra en “situación cómoda” para poder afrontar las necesidades que surjan. “La política de reducción del endeudamiento desarrollada estos últimos cuatro años hace que las cuentas públicas estén en buena situación para abordar la situación de forma más calmada”, se apunta desde el Gobierno.

Por otra parte, asegura la financiación discrecional de los gastos del Departamento de Salud y la rapidez en la respuesta de las prestaciones de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), la ayuda social más importante con la que cuentan los ciudadanos con menos recursos.

Ante un hipotético escenario de impacto negativo, contrastable y medible, y en caso de que se diera una restricción del crédito, “se podría formular líneas de financiación, reforzando las ordinarias o, incluso, emitiendo líneas extraordinarias puesto que se cuenta con margen en los límites de garantía que ya contempla la ley de presupuestos”, recalca el Gobierno.

Y se tendrá en cuenta orientar una parte substancial del superávit de 2019 para la realización de inversiones que impulsen la actividad y que potencien los efectos de respuesta a la baja de actividad.

El Gobierno Vasco va a mantener encuentros periódicos con el conjunto de clúster que representan a la mayoría del tejido empresarial de Euskadi. “Existen determinados efectos que, aún planeando en el entorno internacional, todavía no se han producido en la economía vasca y no tendrían por qué producirse en un escenario base, pero tampoco deben descartarse ante un posible empeoramiento del escenario, como consecuencia de la extensión de esta enfermedad”, señala el Gobierno.

Transformación digital de Euskadi

La crisis de COVID-19 está suponiendo una revolución en las organizaciones empresariales debido a la inexistencia de precedentes de los que poder obtener protocolos de acción o manuales de actuación. Y esta revolución está impactando en una nueva cultura del trabajo telemático y en la aplicación de las nuevas tecnologías en diferentes procesos de la producción empresarial. “La necesidad de mantener distancias prudenciales entre las personas ha puesto a prueba las condiciones técnicas y de infraestructuras de las empresas, así como el conocimiento y la cultura de las organizaciones para llevar adelante las tareas ordinarias, o extraordinarias de la actividad”, apuntan desde el clúster GAIA (la Asociación de Industrias de Conocimiento y Tecnología Aplicada de Euskadi, que aglutina a más de 260 empresas de este sector).

El Gobierno Vasco también comparte la oportunidad que esta crisis sanitaria supone para la transformación digital y cultural de Euskadi. La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, Arantza Tapia, tiene claro que desde el punto de vista productivo, “probablemente sea la crisis que marque un antes y un después en el desarrollo digital de nuestro país”.

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