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El Gobierno diseñará un programa para “reintegrar” a los presos de ETA sin esperar a Madrid

Aitor Guenaga

El plan de Paz y Convivencia 2013-2016 diseñado por el Gobierno vasco impulsará un programa propio orientado a facilitar “la reintegración social” de los presos de ETA. Pese a que el Ejecutivo vasco no tiene transferidas las competencias en materia penitenciaria, el lehendakari Iñigo Urkullu ha decidido pasar a la acción, después de estar exigiendo en el último año tras el cese definitivo de la violencia de ETA una política penintenciaria más ágil y flexible, acorde con la nueva situación. “Tiene que haber una política penitenciaria diferente” que tenga como objetivo precisamente la reinserción social de ese colectivo, ha defendido.

El lehendakari ya le planteó al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en su última entrevista celebrada en La Moncloa un plan en ese sentido, pero obtuvo la callada por respuesta. Ahora quiere sellar un consenso parlamentario, interinstitucional y sociopolítico para ponerlo en marcha. Y entre otras medidas exige “medidas de sentido común” para los condenados por actividades políticas “antes ilegalizadas y ahora legales”, en clara alusión a los condenados por el caso Bateragune, como Arnaldo Otegi y Rafa Díez.

El plan de Paz y Convivencia, presentado este martes por el lehendakari con la presencia de casi todo sus consejeros y del secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, prevé el desarrollo de este programa (denominado Hitzeman-dar la palabra) que se iniciaría con la adhesión al mismo de los presos que tenga un “compromiso de consolidación definitiva de la paz y la convivencia”. Esta iniciativa busca expresamente que el recluso “asuma la responsabilidad del pasado”, mientras que se espera también de toda la sociedad que asuma “la responsabilidad de la normalización social”.

El programa definirá, dentro del marco legal, “itinerarios de contribución a la paz y la convivencia” de forma que al ser asumidos por el preso condenado por delitos de terrorismo ésto facilite y agilice el informe favorable a los precesos de reintegración social. El plan reitera la exigencia de que la competencia de Prisiones sea transferida a Euskadi, el acercamiento de los presos a la cárceles de la comunidad autónoma y explorar las posibilidades que ofrece la ley en materia de reinserción. También pide “soluciones humanitarias” para los presos enfermos y que se continúen con los encuentros restaurativos entre presos etarras y victimas.

“Desarme y final efectivo de ETA”

La propuesta del Gobierno vasco, que fue entregado ayer a la presidenta de la Cámara vasca, está estructurada en tres partes: proyecto, 'Del malestar al bienestar'; proceso, 'De la desconfianza a la confianza'; y programa, 'del desencuentro al encuentro'. Y cuenta con un total de 18 iniciativas. Con este texto, el Gobierno vasco espera en el año 2016 poder ver cumplidos los siete objetivos del plan de actuación que pasan por el desarme y final efectivo de ETA, constatación de todas las vulneraciones de derechos humanos, reconocer y reparar a todas las víctimas, impulsar una política pública de memoria, promover acuerdos para una nueva política penitenciaria, alcanzar consensos básicos de encuentro sociopolítico y avanzar en una cultura de encuentro social. La metodología que se empleará para avanzar en los objetivos del plan es lograr “microacuerdos” plurales de forma que reconociendo el daño causado, la dignidad de las víctimas y con una valoración crítica del pasado, se logre un país parecido a una “plaza pública en la que quepamos todos”.

El plan mantiene, entre otras, la iniciativa impulsada por el anterior gobierno socialista de llevar a la aulas a las víctimas del terrorismo y de la violencia, programa que se había congelado en los últimos meses.

Preguntado por las reticencias del PP a participar en la ponencia de Paz y Convivencia, el lehendakari ha señalado que el consenso “no será fácil” y ha admitido las “dificultades de inicio de andadura” de la ponencia. Pero ha mostrado su “esperanza y confianza” en que finalmente entrará en el consenso. “Tenemos que hablar claro, hablarnos claro”, ha apuntado Urkullu, al tiempo que ha pedido a todos “altura de miras, compromisos y sentido de Estado”. El PP ha exigido que el plan deslegitime especialmente a ETA y cree que el documento es “muy mejorable” y tiene muchas cosas que corregir“, en palabras de su secretario general, Iñaki Oyarzabal. El PP anunció que presentará ”muchas aportaciones“, porque ”es imprescindible que el PP aporte su visión“

EH Bildu también valoró ayer el plan. El parlamentario y miembro de la ponencia de Paz y Convivencia, Julen Arzuaga, ha afirmado que el texto presenta algunos elementos “altamente positivos”, pero que ciertos contenidos son “muy discutibles”. En concreto, ha criticado que el texto “se centra principalmente en las consecuencias del conflicto”, en lugar de hacerlo en las “causas y motivaciones”. A su juicio, la consolidación de la paz y la convivencia requieren de una “lectura integral” de lo ocurrido en Euskadi, de forma que se analicen las “causas y las consecuencias” del mencionado “conflicto”. Arzuaga ha recordado que EH Bildu defiende la tesis de construir el futuro desde el rechazo a toda “violencia” y a toda “imposición”. UPyD, por su parte, consideró que el plan “diluye” la responsabilidad de la organización terrorista y exigió un plan para “deslegitimar y derrotar definitivamente a ETA”.

El documento de base puede ser enmendado por los partidos y asociaciones durante los próximos tres meses, exactamente hasta el 20 de septiembre. El documento definitivo será presentado en octubre.

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