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“Hiriko no era como hacer un Seat Ibiza, era una cosa innovadora”

Iñigo Antia, con el resto de los acusados de Hiriko

Iker Rioja Andueza

La primera sesión del juicio se celebró allá por el 15 de septiembre y este 4 de diciembre exactamente a las 12.51 horas la pieza mercantil del 'caso Hiriko' -aún está pendiente la causa penal- ha quedado vista para sentencia. En la jornada de conclusiones de este lunes ha quedado constatado que en estos casi tres meses ninguna de las partes ha modificado un ápice sus posiciones a pesar de los 26 testigos y media docena de peritos que han tomado la palabra. Mientras para las acusaciones el sueño del coche eléctrico 'made in Basque Country' y que se tragó 18,9 millones de euros en ayudas públicas sin que los vehículos llegaran a comercializarse es poco menos que “de los proyectos peor gestionados que han existido” y una máquina para “dilapidar dinero público”, las defensas de los promotores insisten en hablar de “revolución”, “éxito” e “innovación”, incluso de que el fracaso se precipitó cuando la Administración cerró el grifo de las subvenciones.

La pelota está ahora en el tejado de la magistrada María Teresa Trinidad Santos. Sobre la mesa tiene tres peticiones para declarar “culpables” a los promotores de Afypaida, la entidad sin “ánimo de lucro” que encabezó el engranaje societario detrás del proyecto Hiriko. Son Jesús Echave, empresario alavés cercano al PNV, el exconcejal en Vitoria de esta formación Iñigo Antia -el único que ha asistido a todas las sesiones- y los también empresarios José Luis Bengoechea y Fernando Achaerandio. Administración concursal, Fiscalía y Abogacía del Estado coinciden en que el cuarteto y algunos socios agravaron con su gestión la insolvencia de Afypaida y aceleraron la quiebra del proyecto. Difieren, sin embargo, a la hora de cuantificar el perjuicio económico que generaron a los acreedores y que deberían devolver en caso de condena: la administración reclama a los acusados 197.000 euros, el ministerio fiscal 15,7 millones y el Estado -quien puso el grueso del dinero de Hiriko- hasta 18,9 millones.

En la sesión de este lunes, trasladada a una sala de menores dimensiones por las obras que ya se llevan a cabo en los juzgados de Vitoria ante el inminente arranque del juicio del 'caso De Miguel', la magistrada ha controlado cronómetro en mano -hasta que se ha quedado sin batería en el teléfono móvil- las últimas intervenciones de las partes. Ha abierto fuego el administrador concursal, quien ha hecho énfasis en que en abril de 2013 Hiriko ya estaba en quiebra si bien los promotores no declararon el concurso de acreedores hasta 2015. “El retraso es causa de culpabilidad”, ha zanjado antes de recordar también la polémica compra por 600.000 euros de un prototipo de Epsilon-Euskadi para engrosar la colección de Echave.

“Mala gestión absoluta”

La fiscal Cristina Vicente ha hecho hincapié en la “mala gestión absoluta” del proyecto Hiriko y ha enumerado a velocidad de vértigo -para no agotar el tiempo máximo fijado por su señoría, algo que ha cumplido- todas las operaciones dudosas que, a su entender, dañaron la situación económica de Afypaida. Como ejemplo, Vicente ha recordado que Hiriko se instaló en el Edificio Alas, propiedad de Echave, y que se solicitaron subvenciones al Ministerio de Ciencia para cubrir el alquiler y las reformas del local. Otras empresas de Echave ocupan esa misma sede sin pagar nada, ha revelado. 

La Fiscalía ha señalado el papel determinante de DenokInn, entidad impulsada también por personas vinculadas al PNV, a la hora de poner en marcha Hiriko. Según Vicente, DenokInn conoció en el prestigioso MIT de Massachussets “una maqueta” de coche eléctrico urbano, pero ha insistido en que aquello era solamente “una ilusión”. “Ni siquiera era homologable”, ha reiterado para preguntar en voz alta: “¿Se puede financiar eso con fondos públicos? Sí, pero el problema es el uso de esos fondos públicos. [En Afypaida] Se iba improvisando sobre la marcha el modelo de negocio. Es uno de los proyectos peor gestionados que ha existido. Se dilapida dinero público de manera negligente por unos gestores que no han salvaguardado el buen interés del proyecto”.

Vicente ha realizado una estimación tan detallada que ha cifrado en unos 2 millones de euros las cuantías manifiestamente irregulares y que directamente contribuyeron a la insolvencia de Afypaida. Durante sus réplicas, los letrados de los acusados casi sin excepción han interpretado que la Fiscalía rebajaba de 15,7 a esos 2 millones el dinero que solicitaba reintegrar a los acusados e incluso han utilizado ese viraje que no ha sido tal para denunciar la inconsistencia de las acusaciones del ministerio público Vicente, que ha acudido a la sala con un libro sobre los escritos de acusación en la jurisdicción mercantil, ha llevado hasta el final su petición inicial.

El abogado del Estado, Roberto Hernández, que a su vez cubrió la baja de Macarena Olona, no ha asistido a la sesión y ha sido reemplazado por una compañera que ha leído su informe de conclusiones. En él, el Estado reclama la devolución de 18,9 millones, el total de fondos públicos manejados por Hiriko. “No estamos enjuiciando si el proyecto merecía la subvención, sino el modo en que ellos gestionaron el dinero”, interpreta la representación del Ministerio de Ciencia, principal benefactor de Hiriko fruto de las acuerdos del PNV con el entonces presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y que condujeron también a subvenciones para Epsilon-Euskadi o la planta de purines de Carranza, ambos también bajo la lupa de la Justicia.

Según la Abogacía del Estado, el Ministerio de Ciencia no es corresponsable de este fiasco. “Hiriko era un vehículo que sólo era una investigación llena de ilusiones, era irreal. Esto no es mala suerte, algo que sale mal. Es simplemente mala gestión de los administradores. Si el Estado hubiera sabido [la verdadera naturaleza del proyecto], no habría dado las subvenciones”, sostiene la representación del Gobierno central. El Gobierno vasco, que también puso fondos para el proyecto, ha sido el gran ausente en el proceso mercantil.

“Sólo un necio confunde valor y precio”

Para el letrado de Afypaida las acusaciones son poco menos que fabuladas, “opiniones”. Ha reiterado que existen pruebas de que la situación económica en 2013 y en 2015 era similar y que el retraso en la declaración del concurso de acreedores no agravó la insolvencia de la entidad. El letrado ha enfatizado que los pagos bajo sospecha son “intachables” y ha quitado valor al fiasco empresarial porque desde el punto de la investigación fue un proyecto muy avanzado: “Esto no era hacer un Seat Ibiza, era una cosa innovadora”.

Respecto al aparente sobrecoste en la compra del coche de Epsilon-Euskadi por 600.000 euros, ha desechado que sea adecuada la comparación con el prototipo gemelo, que se traspasó por 60.000, porque “como decía Antonio Machado, sólo un necio confunde valor y precio”. Se ha remitido a las palabras del que fuera gerente de Epsilon-Euskadi, Joan Villadelprat, quien declaró en el juicio que semejante monoplaza tenía un valor altísimo en el mundo del motor. En la misma línea, el abogado de los gestores de Afypaida ha apostillado que “el prototipo se adquirió a un precio bastante inferior del precio de tasación”.

Desde la defensa de DenokInn se ha puesto el acento en que Hiriko no era “irreal” y en que venía avalado por el MIT. “Los ingenieros del MIT no eran precisamente becarios, como se ha dicho”, ha remarcado para recordar a continuación el interés que mostraron en los coches eléctricos del Alas el Ejército de Estados Unidos o la Deutsche Bahn, aunque nada de eso cuajó. “Estamos hablando de un proyecto de referencia en Europa”, ha apuntado el letrado.

 

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