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Trabajadores de Hiriko temen no poder recuperar hasta un 85% del dinero que les adeudan los promotores

El prototipo del Hiriko, en la puerta de Brandenburgo de Berlín

Iker Rioja Andueza

Hace unos días, coincidiendo con las noticias de que la Audiencia Provincial de Álava había tumbado las causas penales abiertas por los fracasados proyectos automovílísticos de Hiriko y Epsilon, impulsados políticamente por el PNV y que en conjunto se tragaron más de 60 millones de euros en ayudas públicas, la veintena de antiguos trabajadores del consorcio Hiriko, que desarrolló un vehículo eléctrico llamado a revolucionar la movilidad mundial pero que ni siquiera arrancó en su presentación, recibieron un correo electrónico inesperado. El administrador concursal de la matriz quebrada, la entidad sin ánimo de lucro llamada Afypaida, les informó de que, seis años después, se les empezaría a devolver el dinero que se les adeuda, aunque únicamente un 15%.

Fuentes de los trabajadores explican a este periódico que la administración concursal ha podido hacer frente a ese abono fruto de la recuperación de 535.000 euros tras el juicio mercantil que se celebró en 2017. Aquella fue una condena parcial. La Fiscalía y la Abogacía del Estado aspiraban a que los promotores, a cuyo frente estaban el empresario Jesús Echave y el exedil del PNV en Vitoria Iñigo Antia, devolvieron la totalidad del dinero perdido, una suma millonaria, pero la magistrada María Teresa Trinidad Santos únicamente vio como irregularidad flagrante que Hiriko se gastara esos 535.000 euros (más IVA), que procedían de una subvención pública, en la compra de un monoplaza (sin motor) de Epsilon, la igualmente fallida escudería vasca de Fórmula 1.

Los empresarios arguyeron que se trataba de un vehículo necesario para desarrollar el Hiriko. Sin embargo, ni la Fórmula 1 tiene nada que ver con la movilidad eléctrica a nivel de ingeniería ni el objetivo de la compra era ése. El monoplaza simplemente pasó a engrosar la colección particular de Echave, que tiene otros modelos clásicos y de competición. Existen fotografías de cómo fue expuesto y no llevado al taller.

La Audiencia de Álava, por el contrario, ha interpretado que estas anomalías no constituyen un delito y acordó que no se celebrara un juicio por la vía penal contra los empresarios. Ocurrió exactamente lo mismo en el caso de Epsilon, que todavía engulló más dinero público. El tribunal, compuesto por los mismos magistrados, apostilló que “la solución la ha ofrecido en ambos casos la jurisdicción mercantil”.

Los trabajadores de Hiriko -muchos de ellos procedían de Epsilon-Euskadi- lamentan que esa “solución” sólo cubra una pequeña parte de las deudas, que cada año crecen por los intereses de demora. Las fuentes consultadas ven con pesimismo la posibilidad de recuperar el otro 85% del principal -una cantidad de cinco cifras- y los intereses. El que se ha formalizado ahora es el primer ingreso que han tenido seis años después del ERE de extinción de Afypaida.

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