'Hondar 2050': un grito de auxilio de las playas vascas que se ahogan por la contaminación

“Nuestro residuo, nuestro problema”. Ese es el lema que acompaña a 'Hondar 2050', una película dirigida por Cesare Maglioni en la que un artista vasco se adentra en un viaje que le lleva a descubrir cómo los residuos plásticos y la basura marina afectan a los mares, y, más concretamente, al Cantábrico. La cinta ha sido ahora seleccionada para participar en el Greenpeace International Film Festival, el más influyente del mundo de los dedicados a los documentales sobre ecología.

Grabada a caballo entre Bilbao y Baiona, la cinta tiene como protagonista a Carlos Arrola Marés, un artista vasco al que le gusta surfear. Abrumado por la cantidad de basura que se encuentra al acudir a las playas, se sumerge en una investigación para tratar de dilucidar de dónde proceden todos esos materiales y cómo llegan a las aguas que los arrastran hasta la arena. En ese viaje, plasmado en 45 minutos de metraje, el artista se entrevista con personas que trabajan para diferentes empresas y organizaciones comprometidas con el ecologismo y el medioambiente. “Las costumbres de cada uno pueden llegar a ser el problema de todos”, señala el realizador del documental, Cesare Maglioni, en su ficha.

Del 13 al 27 de enero, el documental —al que cualquier persona puede dar su voto— se cuenta entre los quince metrajes sobre ecología que compiten en el Greenpeace International Film Festival. La organización recalca que se trata de “una película original y positiva, que destaca la responsabilidad de todos e invita a la acción”. Asimismo, subraya que es “ideal para audiencias jóvenes” y que “ofrece soluciones”.

Premiado en varios certámenes

No es la primera incursión de Cesare Maglioni en el tema de la contaminación marina, ya que en 2018 ya presentó 'La Plakisteria', un cortometraje rodado en Bakio. El director, afincado ahora en San Sebastián, lanzó ese mismo año una campaña de micromecenazgo para financiar la producción de 'Hondar 2050'. Al final, obtuvo más de 9.000 euros para su proyecto, a los que se sumó la ayuda de la Diputación Foral de Gipuzkoa y el apoyo de diferentes fundaciones e instituciones.

El documental se ha proyectado en colegios y ha participado también en varios festivales internacionales. Así, en 2018 recibió el premio al mejor documental de longitud media del Festival de Cine y Derechos Humanos de Madrid y fue seleccionado como la mejor película con mensaje ecológico del Ciclo de Cine Submarino de Donostia.