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Juicio contra tres mandos de la Ertzaintza por los “disparos desproporcionados” que mataron a Cabacas

Los padres de Íñigo Cabacas, en uno de los homenajes a su hijo.

Iker Rioja Andueza

La juez de Bilbao Ana Torres, en una resolución judicial que se conoce a pocos días del quinto aniversario del fallecimiento de un joven seguidor del Athletic de Bilbao en una carga policial con pelotas de goma de la Ertzaintza, ha decidido procesar a tres mandos intermedios de la Policía vasca por “homicidio por imprudencia profesional”.

En un auto tremendamente duro que abre la puerta al juicio largamente demandado por la familia de la víctima, Íñigo Cabacas Liceranzu, la magistrada asume que un lustro de investigación no ha permitido determinar qué funcionario de los muchos que dispararon mató a Cabacas, pero sí entiende que hay base para juzgar a los tres ertzainas a cargo de las tres furgonetas antidisturbios que intervinieron en aquel callejón de María Díaz de Haro, en los aledaños del estadio de San Mamés.

Del agente con más galones sobre el terreno, un oficial con código profesional 3389, la juez asegura: “Bajo su mando, inicialmente con total inacción, permitió que los agentes disparasen con pelotas a pesar de no cumplirse las condiciones precisas para hacer uso de tal material, generando un riesgo inadmisible que se materializó en un fatal resultado”. Sobre el suboficial 1283, la juez Torres asegura que ordenó cargar al grito de “disparad, disparad”. Y del suboficial 5351 asegura que también empleó con su brigada pelotas de goma tras una primera intervención con salvas y tiros en vacío, ruidosos pero inofensivos.

La juez acota en ese rango las responsabilidades penales, aunque cita en su resolución que el agente 1026 “se encargó de la supervisión directa” del dispositivo especial que se montó aquel Jueves Santo de abril de 2012 en el que el Athletic jugaba un partido europeo de alto riesgo contra el Schalke 04 en el viejo San Mamés. 1026, entonces comisario de Bilbao, fue ascendido en 2013 por la actual consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, y desde entonces es jefe de la Ertzaintza.

Durante la fase de instrucción han estado imputados tres ertzainas de base que tenían asignadas escopetas de pelotas de goma aquella noche. Para los tres se les retira la acusación de homicidio imprudente al no haberse hallado pruebas de cuál de ellos disparó realmente. De hecho, la magistrada asume que muchos más ertzainas que ellos lanzaron pelotas de goma. La diferencia es que éstos fueron los únicos que lo reconocieron en la investigación inicial de Asuntos Internos.

La magistrada, en cambio, entiende que el hecho de que no haya un responsable directo del homicidio no evita las culpas 'in vigilando'. “Los referidos disparos se efectuaron con infracción de los principios básicos de proporcionalidad, prudencia, necesidad y seguridad”, concluye la juez Torres.

Las partes personadas en el procedimiento pueden recurrir este auto por dos vías, ante la propia instructora (reforma) o ante la Audiencia Provincial (apelación). La familia está representada por la letrada Jone Goirizelaia, parlamentaria de EH Bildu, y los seis ertzainas hasta ahora implicados disponen de letrados pagados por el Departamento de Seguridad.

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