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Lanbide tan solo interviene en el 2% de los contratos que se cierran en Euskadi

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

El Servicio Vasco de Empleo-Lanbide apenas intermedia en el 2% de los más de 700.000 contratos que el año pasado se formalizaron en Euskadi. Una cifra testimonial al hablar de las colocaciones de desempleados, la principal preocupación en estos momentos de la sociedad vasca. El resto de la intermediación corresponde a las empresas de trabajo temporal, a las agencias privadas de colocación y, sobre todo, a los contactos. La asunción de la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) la pasada legislatura ha colocado a Lanbide ante una encrucijada: ¿debe seguir desgastándose en la intermediación a pesar de su escasa eficiencia en este campo o volcar sus esfuerzos en ayudar a las personas en paro a ser más empleables?

El propio consejero de Empleo y Políticas Sociales, Juan María Aburto, ha reconocido en el Parlamento vasco que Lanbide no presta un “servicio de calidad” y ha defendido que deben introducirse cambios para mejorar su labor de intermediación laboral. En Europa, la tasa de intermediación ronda el 4%, prácticamente el doble de los registros del servicio vasco.

Envuelto en la maraña burocrática de la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos, Lanbide es incapaz de satisfacer la demanda del mercado de trabajo ante fenómenos como el incremento de empleo temporal y a tiempo parcial, demanda de servicios de colocación especializados y el desarrollo de las nuevas tecnologías. Todo ello ha generado un mercado en el que el Servicio Vasco de Empleo compite prácticamente con todos, desde empresas de trabajo temporal hasta las agencias de colocación pasando por los centros de formación y las propias universidades que cuentan con sus servicios de intermediación. Lanbide no es el primer método de búsqueda de empleo en Euskadi. Sus pobres resultados en la intermediación laboral (un mal común en todos los servicios de empleo de las comunidades españolas) son fruto de la poca confianza que despiertan en la actualidad en desempleados y empresarios.

La gestión de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) “se ha comido a Lanbide”, ha lamentado el consejero, quien ha anunciado que el próximo año la orientación laboral que presta este organismo estará dirigida solo a colectivos con dificultades de inserción, al tiempo que se dará prioridad a la formación ligada a compromisos de contratación.

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