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El Estatuto de las Mujeres Agricultoras defrauda al sector

Una baserritara en su explotación/ Foto ENHE.

Natalia González de Uriarte

A poco más de un mes de la aprobación definitiva en el Parlamento vasco del Estatuto de la Mujer Agricultura, el sindicato mayoritario en el sector, ENHE, considera que la normativa no cumple con sus expectativas ni servirá para arreglar la situación discriminatoria que sufre la mujer campesina. La redacción final del texto les ha sorprendido, pero para mal. Se sienten, según sus palabras, defraudadas.

Han sido varios años de larga espera desde que se comenzó a gestar en el 2011 esta iniciativa legislativa y gobiernos diferentes, el dirigido por el PSE y el del PNV, los que han liderado el proceso en el que han participado las mujeres afectadas con sus aportaciones. Ahora, a las puertas de la aprobación definitiva en la Cámara vasca, el documento final que han conocido nace, a su juicio, defectuoso. “Faltan medidas concretas para promover la incorporación y permanencia de mujeres a este ámbito laboral. Y no recoge un listado de derechos y sanciones sobre los incumplimientos de la Ley”.

Idoia Arrazola, responsable del área de igualdad de ENHE, asegura que el articulado es “un copia y pega” de Ley de Igualdad y de la Ley del titularidad compartida de explotaciones agrarias del 2011, que ha demostrado en la práctica muy poca efectividad. “Según los datos que manejamos, existen alrededor de 100.000 mujeres en todo el estado que podía optar a esa titularidad compartida y han sido 82 las que se han acogido a este régimen. Los números hablan por sí solos”, sostiene Arrazola.

Un regalo con un gran lazo pero vacío

Desde EHNE aseguran que sobre todo en los dos últimos años han advertido a los legisladores que no se estaba encauzando la norma de forma correcta. “No reconoce a la mujer agricultora y ganadera como trabajadora. Reclamamos un texto jurídico vinculante para la mujer trabajadora, dado que el propuesto no logra que la mujer agricultora y ganadera tenga igualdad de condiciones en la participación en las instituciones y ante la sociedad: queremos un estatuto que implique a todos los agentes de la sociedad, para que no sea solo un estatuto dirigido a los agentes del sector”.

Relatan que durante todo el desarrollo del Estatuto han apuntado la necesidad de otorgar de un presupuesto económico a esta legislación, con el fin de que se puedan llevar a cabo las acciones de información, promoción y concienciación así como otras iniciativas. “Cada administración -añaden- según quien ha estado en el poder, ha modificado este estatuto siguiendo sus propios intereses, siempre con fines propagandísticos y desde el desconocimiento; ni este estatuto, ni los que se plantearon en un principio, recogen la realidad del sector, ni los datos de desequilibrio cuantitativo y cualitativo de quienes somos protagonistas”.

Desde ENHE también se han referido a la retirada de ayudas por parte de la Administración a las organizaciones agrarias sin mujeres en su dirección- un compromiso recogido en la Ley. Aceptan la medida pero insisten en que es un parche cuando quedan sin resolverse las prioridades del sector. “En como un paquete de regalo adornado con un gran lazo pero que lo abres y está vacío”, declara la portavoz de ENHE.

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