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“La Ley de Mutuas nos convierte en trabajadores de usar, exprimir y tirar”

Mutuas como la de la imagen se ocupan ahora del seguimiento de las las bajas laborales causadas por enfermedades comunes.

Natalia González de Uriarte

Vitoria-Gasteiz —

El exresponsable de Salud Laboral de Comisiones Obreras, Jesús Uzkudun, ha alertado en una charla ofrecida por EB Berdeak en Vitoria sobre el “enorme poder” que tienen las Mutuas Patronales de Accidentes y Enfermedades Laborales para ocultar las enfermedades profesionales.

La autoridad que el sindicalista atribuye a las mutuas les viene conferida con la entrada en vigor del anteproyecto de Ley de Mutuas aprobado por el Gobierno de Rajoy con el objetivo de reforzar la lucha contra “el absentismo laboral injustificado” y conseguir mejorar la competitividad de las empresas. “No voy a negar que haya fraude. Todos sabemos que no es lo mismo trabajar en la hostelería, un gremio en el que si te coges una baja o te mueres de hambre o te despiden, que trabajar como funcionario, que cobran el 100% estando de baja. Pero la práctica irregular no se combate así. La debe controlarla la Inspección sanitaria”, insiste Jesús Uzkudun.

El exresponsable de Salud Laboral sostiene que la nueva normativa concede mayores competencias a estos organismos - más amplias que la cobertura de los accidente de trabajo y las enfermedades profesionales- pero en detrimento de la salud de los trabajadores. A partir de la ley, las mutuas tienen barra libre. Asumen el control desde el primer día de todas las bajas de los trabajadores enfermos, incluida la enfermedad común, la maternidad o el accidente no laboral. Podrán denegar, suspender o anular la prestación económica, sin perjuicio de los partes de alta o baja emitidos por los médicos de la sanidad publica. Cuando consideren que el beneficiario podría no estar impedido para el trabajo, realizarán propuestas de alta a través de sus médicos, dirigidas al facultativo de la sanidad publica. “Los médicos de la Seguridad Social disponen de solo cuatro días para contrarrestar los argumentos de los profesionales de las mutuas. Si ya estaban saturados, ahora lo estarán más. El resultado será que al verse desbordados desistirán de realizar contrainformes de respuesta y la mutua impondrá su criterio siempre en favor de la empresa y no del trabajador, claro”, advierte Uzkudun.

De esta forma reducirán el absentismo mediante “la presión y el maltrato” a los enfermos. “Imponiendo estas condiciones lograrán una gestión rentable, pero convirtiendo a los trabajadores en mano de obra de usar, exprimir y tirar cuando dejemos de ser productivos, tal y como quieren la patronal y el Gobierno”.

Otras de las consecuencias negativas apuntadas por el conferenciante es que las listas de espera para intervenciones quirúrgicas se verán alteradas. “Se favorecerá al trabajador de baja para su rápida incorporación laboral, mientras eternizaran la espera de los desempleados o pensionistas con lesiones similares”.

Tendiditis o túnel carpiano, enfermedades profesionales tramitadas como comunes

Desde la entrada en escena de estos nuevos agentes, a juicio de Uzkudun, se ha generalizado el “presentismo laboral”, la práctica de acudir enfermo al trabajo para evitar ser despedido o para eludir la reducción del sueldo que implica la baja al quedar suprimidos ciertos los complementos salariales. “Quien conozca sus prácticas sabe que han supuesto un aumento automático del presentismo por parte de los trabajadores enfermos, ante el riesgo de ser despedido o declarado no apto en las empresas”.

Uzkudun no esconde su preocupación ante lo que califica de intentos sistemáticos de las mutuas de ocultar el origen profesional de ciertas dolencias. “El control de la incapacidad temporal por las mutuas favorecerá su estrategia de ocultar el origen profesional de las enfermedades. Esto les permitirá eludir los costes del tratamiento de dichas enfermedades y se verán aún más deteriorados los presupuestos de la sanidad pública, hasta hacerlos insostenibles”.

Al hilo de esta reflexión se detiene en Euskadi. La comunidad tiene el mayor índice de mortalidad por cáncer de toda España, según los datos aportados por el sindicalista. “Esto no es casualidad. Tiene relación directa con nuestro pasado industrial. A pesar del reconocimiento de muchos procesos provocados por el uso de amianto sigue la pelea por demostrar esta relación en otros muchísimos casos”. Las enfermedades más habituales provocadas por el trabajo son las músculo esqueléticas como tendiditis o túnel carpiano muy habitual entre las mujeres trabajadoras. “Se destrozan las muñecas y los brazos debido a los movimientos repetitivos que implica su puesto. Desde aquellas que pasan largas horas frente al ordenador o las charcuteras. pero la mayoría de estas enfermedades se tramitan como enfermedades comunes”.

El dirigente sindical ha denunciado durante años que las mutuas “no pueden seguir siendo gestionadas únicamente por las organizaciones empresariales porque nos encontraremos con la ocultación de las enfermedades profesionales y continuas demandas en este terreno”. En la actualidad y tras un proceso de fusión conviven 20 mutuas en España: Fremap, Asepeyo, Universal, Fraternidad, MC Mutual, Ibermutuamur, Umivale, Maz, Activa, Mutualia, Unimat, Gallega, Balear, Egasart, Montañesa, Intercomarcal, Mac, Cesma, Navarra y Solimat, que en su conjunto obtienen unos ingresos anuales de 10.189.467.670,25 euros, por cotizaciones de las empresas, disponiendo de una plantilla de 20.730 empleados, según datos aportados por el sindicalista.

Uzkudun considera de urgente necesidad activar una rápida respuesta sindical y social. “Las amenazas y recortes de prestaciones a los enfermos no pueden abordarse como un problema individual. Urge la respuesta colectiva en defensa de la salud y la defensa de la sanidad pública”.

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