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Mondragón llora

Socios de Fagor Electrodomésticos en una concentracion por el futuro de la cooperativa. /EDN.

Eduardo Azumendi

Mondragón —
  • El posible cierre de Fagor Electrodomésticos afectará a 1.800 empleos directos en Euskadi, aunque en total podrían destruirse hasta 4.000 contando los indirectos.

Los socios cooperativistas de Fagor Electrodomésticos han vuelto a tomar las calles de Mondragón. Miles de personas se han manifestado en la localidad guipuzcoana para exigir el mantenimiento del empleo. Fagor Electrodomésticos, que se encuentra al borde del concurso de acreedores, vive sus peores días. Y junto a él, sus 1.800 socios y toda la empresa auxiliar, que vive gracias al trabajo que le deriva la cooperativa.

La marcha ha sido mucho más numerosa que la que se celebró el pasado 18 de octubre, tras conocerse la situación de preconcurso de la cooperativa. Esta vez han tomado parte los alcaldes de la comarca del Alto Deba. La manifestación ha sido convocada por el Consejo Rector -órgano de gobierno de la cooperativa- y el Consejo Social -que representa a los socios-trabajadores- de Fagor Electrodomésticos y se ha celebrado cuando la Corporación Mondragón, a la que pertenece la empresa, ha decidido no destinar más fondos a rescatar la empresa. Esto aboca a la cooperativa al concurso de acreedores.

El posible cierre de Fagor Electrodomésticos afectará a 1.800 empleos directos en Euskadi, aunque en total podrían destruirse hasta 4.000 contando los indirectos. Los trabajadores no han podido contener su malestar con los rectores del propio Fagor Electrodomésticos, a los que acusan de falta de transparencia en todo el proceso, y con los dirigentes de la Corporación Mondragón, a los que reclaman que acudan al rescate.

“No nos han dicho la verdad sobre lo que estaba ocurriendo”, se quejan los socios cooperativistas, que, además de quedarse sin empleo, se enfrentan a la posible pérdida de 45 millones en aportaciones voluntarias y 42 en préstamos de capital social. “Son las aportaciones que en su momento hizo mi padre y ahora las mías”, se lamenta Rakel R., una socia de la cooperativa. Al tratarse de copropietarios de la compañía, los socios cooperativistas serán los últimos en cobrar con el concurso de acreedores.

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