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Ibone no quería ser alcaldesa de Bilbao (Ortuzar tampoco)

La teniente de alcalde del Ayuntamiento de Bilbao, Ibone Bengoetxea.

Aitor Guenaga

Bilbao —

“El PNV apuesta por Ibone Bengoetxea como candidata a la Alcaldía de Bilbao” (El Correo). Euskadi entera se despertó el 8 de diciembre de 2013 con esta noticia, y todo el mundo dio por hecho que los peneuvistas ya tenían sustituto para Iñaki Azkuna. Y que un rostro de mujer sería la encargada de mantener el legado del alcalde, si no tan alto electoralmente como en 2011 (74.377 votos, 15 ediles, mayoría absoluta), al menos con 11-12 ediles. Todos lo dieron por hecho, menos el presidente del PNV, Andoni Ortuzar. Y algunos destacados dirigentes jeltzales más. La información, que bebía de fuentes solventes jeltzales del propio consistorio, entró finalmente sin firma en rotativa. La aguantaba el periódico, que se suele decir en el argot.

Ortuzar, en contacto con los responsables del rotativo aquella noche, intentó sin éxito convencerles de que la decisión, en realidad, no estaba tomada. Algo que formalmente todo el mundo sabía. Y que era muy arriesgado dar por hecho una información de ese calado. Dio igual. La aguantaba el periódico.

El mismo día de su publicación, la presidenta del PNV escribía a primera hora en su facebook: “El Correo conocía, antes de la publicación de esta noticia, nuestro desmentido tajante. Pese a ello ha optado por publicarlo. El PNV no ha decidido quién será el candidato/a a la Alcaldía de Bilbao. Lo hará, como ya habíamos hecho público, dentro de un año, siguiendo nuestro procedimiento reglamentario, conjuntamente BBB [Ejecutiva vizcaína] y OOMM de Bilbao [Interjuntas de la capital vizcaína]. Supongo que teniendo como tenemos, afortunadamente, un abanico amplio de posibles candidatos y candidatas las especulaciones serán incesantes. Paciencia. Falta un año. Egunon”.

Y así ha sido. Las especulaciones han sido incesantes en todos estos meses, pero los posibles candidatos se podían contar con los dedos de una mano e incluso sobraba uno: además de Ibone Bengoetxea y del finalmente elegido, Juan María Aburto, han estado en las quinielas Josu Erkoreka -que se autodescartó la pasada semana a preguntas de los periodistas- y en algún momento hasta el propio José Luis Bilbao. Y punto.

Conforme se aproximaba la fecha del 7 de octubre, fijada en aquella comparecencia en la que las organizaciones municipales y la Ejecutiva vizcaína nombraron a Ibón Areso como sucesor inmediato de Iñaki Azkuna, se han ido precipitando los acontecimientos. El propio Areso ha apostado abiertamente y en público por Bengoetxea. Pero advirtiendo de un matiz que, entre otros, ha inclinado la balanza a favor de Aburto: “No es lo que más le seduce a ella. No está dando codazos para ser alcaldesa”, aseguró en agosto de este año. Pero seguía siendo su candidata y la de Andoni Aldekoa, el hombre fuerte por el que pasa en el consistorio bilbaíno toda la información y buena parte de las decisiones de fondo que impulsa el PNV en la capital. Aldekoa es consciente de que la continuidad le mantenía como puntal en el consistorio. No es que Sabin Etxea esté pensando en prescindir de él -sería un sorpresa mayúscula dado el conocimiento y capacidad demostrada en todos estos mandatos en la villa- pero con el nuevo candidato vendrá también un nuevo equipo y, probablemente, nuevas formas de trabajo.

En círculos próximos a Aburto siempre se ha mantenido viva la candidatura del todavía consejero de Empleo y Políticas Sociales. Incluso durante los meses que estuvo fuera de la política -más de un mes en el hospital tras una operación que le mantuvo apartado del trabajo político en Lakua.

¿Y qué pensaba Andoni Ortuzar de todo esto? Aunque la decisión formal la han tomado la Ejecutiva vizcaína (Atutxa) con las Interjuntas de Bilbao, el asunto ha pasado por la mesa del presidente del PNV. Y diversas fuentes aseguraban hace ya muchos meses que Bengoetxea no era la candidata preferida en la planta noble de Sabin Etxea. Los que aseguraron esto -hace ya tiempo- se han terminado por imponer a los que desde el consistorio defendian la candidatura de Bengoetxea, de 45 años, diez de los cuales los ha pasado en el Ayuntamiento de Bilbao en el círculo de máxima confianza de Azkuna y al frente del área de Cultura y Educación, hasta ser nombrada teniente de alcalde tras el fallecimiento del regidor. Dos días antes de que se difundiera la noticia sobre la nominación de Aburto para la alcaldía, Ibone Bengoetxea cambió su foto de perfil en su facebook, colocando una con enorme sonrisa y su abundente melena rubia suelto, retrato que hubiera sido un buen cartel electoral. El autor de la foto es Enrique Moreno Esquibel. Para entonces, la cosa ya estaba hecha y la alegría que lucía en el retrato casi daba a entender que si, que se había quitado un peso de encima.

A falta de conocer el resto de candidatos y despejar definitivamente la variable Podemos-Ganemos-Independientes, la batalla se presume dura en la plaza de Bilbao, donde el PNV ha gobernado desde 1979, con todo tipo de acuerdos, hasta lograr la mayoría absoluta última. Con un PP en mínimos históricos, un PSE-EE tocado y un EH Bildu que no parece terminar de despegar en la capital, frente a lo que ha sucedido para la coalición soberanista en otras ciudades y territorios (Álava). En el consistorio, algunos consideran que la decisión adoptada finalmente por el partido es “arriesgada”. Y quieren tener todas las variables posibles encima de la mesa antes de atreverse a hacer una previsión de resultados. Queda mucha partida y los legados, incluido el de Azkuna, aunque poco a poco, se va difuminando. El PNV potenciará el perfil social de Juan Mari Aburto para intentar retener el voto que el fallecido alcalde pescó en los caladeros del los populares y socialistas. Y no se presume una tarea fácil.

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