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“El PNV lleva más de 100 años con un modelo de gestión basado en el clientelismo”

Arantxa Abecia, candidata de Podemos a la Diputación de Álava

Eduardo Azumendi

Arantxa Abecia (Vitoria, 1962), candidata de Elkarrekin Podemos a la Diputación de Álava, tiene muy claro que el gasto social es fundamental en cualquier gobierno y es lo que diferencia a un partido progresista del que no lo es. La actual portavoz de Podemos en la Diputación alavesa apuesta por un programa social, verde y feminista que arrope al conjunto de la sociedad. Esta licenciada en Geografía e Historia tiene una obsesión: revertir la reforma fiscal que pactaron en 2018 el PNV, el PSE y el PP en busca de un IRPF “justo y progresivo”.

A lo largo de la entrevista, la candidata desgrana con pasión de un programa sociosanitario de cuidados a domicilio para personas mayores que quieran llevar una vida autónoma en sus hogares, un plan de energía sostenible volcado en energías renovables, la supresión de privilegios fiscales......

¿Teme que le pase factura entre los votantes las crisis internas vividas por el grupo juntero esta legislatura?

No. En las elecciones generales no se ha notado. Aquello es pasado. La ciudadanía valorará el trabajo que hemos hecho y el programa que presentamos. Al menos, eso espero.

¿Qué ha logrado Podemos desde la oposición en las Juntas Generales de Álava?

El PNV tiene una forma de trabajar donde no cuenta la participación. No es algo que le interese. Cuando hablan de su gestión, lo hacen como si fuera una empresa o un batzoki. Y eso ya no vale, tienen que gestionar con los ciudadanos y eso es algo que hemos introducido continuamente en nuestro discurso esta legislatura. Todo lo que importa tiene que ser consensuado desde el principio. Hemos trabajado las cuestiones de igualdad de manera transversal, el equilibrio territorial….Para que la gente viva en los pueblos no vale con dar ayudas especiales a los que tengan un hijo en localidades de menos de 4.000 habitantes. Más vale crear planes de empleo por comarcas.

¿Hay un riesgo real de una Álava vaciada?

Hay algo que preocupa mucho: en el sector primario la media de edad de las personas que llevan explotaciones es muy alta y no hay relevo generacional. Una persona sola que se quiera poner a trabajar la tierra tiene que tener, en primer lugar, vivienda y no resulta tan sencillo.

¿Estamos ante una Álava de dos velocidades?

Así es, pero el Gobierno foral no lo quiere ver. Lo que vende es recuperación económica, pero las 25.000 personas que pasaron en 2018 por Cruz Roja cuando oyen eso, ¿qué piensan? El PNV sigue haciendo lo mismo que hace 20 años y cree que a la sociedad le va bien, pero es que a todos no les va bien. Ha instalado un mensaje de que gestiona muy bien, pero lo hace como si esto fuera una empresa, sin pensar en las personas.

¿Es un mito lo de la buena gestión del PNV?

Sí. Lleva más de 100 años estableciendo su modelo de gestión a base de clientelismo. El PNV tiene formas muy sutiles de hacer las cosas. Por ejemplo, a través del plan foral de obras y servicios. Se trata de las obras que necesitan los pueblos. Todos los años de la legislatura ese fondo ha rondado los 15 millones y este año, que no hay presupuesto, cuenta con 23 millones de euros. Curioso ¿verdad?

La Diputación aspira a un paro técnico, es decir, que se quede en torno a un 3 % por debajo del cual es imposible bajar

Pues será a golpe de contrato basura. Hablar de paro técnico viendo la precariedad en la que vive la juventud es no querer ver la realidad.

Álava depende en gran parte de las empresas de automoción, un sector cuestionado.

Hay que afrontar que las empresas deben cambiar.

¿Cree que las instituciones se pliegan a los deseos de las grandes empresas de automoción del territorio?

Se trata de sentarse y hablar claramente de cómo están las cosas. Mercedes sabe perfectamente cuál es la situación. Hay que pedirle que cumpla las normas medioambientales, salarios dignos para los trabajadores, que cumplan con todos los impuestos....

La lucha contra el fraude fiscal ha sido uno de los caballos de batalla de Podemos esta legislatura.

Hemos presentado muchas mociones para contratar más personal, para formar mejor a la plantilla, para crear un observatorio…

¿Hay voluntad política para luchar contra el fraude fiscal?

Lo que hay es miedo. El Gobierno foral no puede vender que lucha contra el fraude fiscal pidiendo a los bares y las panaderías el tique de compra cada vez que ponen un zurito o venden una barra de pan. Ahí no está el mayor nicho de fraude fiscal y todos lo sabemos. Eso es puro maquillaje El Gobierno sabe dónde está el fraude y conoce a las empresas que pueden hacer ingeniería fiscal.

¿Se ve formando gobierno con el PNV si se dieran las circunstancias?

No.

¿Y con el PSE?

Sí me vería si cambian las cosas, si deja muy atrás su historia reciente, de ser la muleta del PNV. Podría verme en un gobierno con PSE y EH Bildu, con el que hemos coincidido en las políticas sociales. Pero para que estuviera el PSE tendrían que cambiar muchas cosas. Por ejemplo, me resulta inconcebible que las instituciones digan que la reforma de Mendizorroza es un proyecto estratégico para Álava. Dicen que es una prioridad y después no hay dinero para construir una residencia pública para mayores. ¿Dónde están las prioridades? El gasto social es fundamental y es lo que tiene que diferenciar a un partido progresista del que no lo es. Es lo que permite que la gente pueda vivir dignamente.

Dice que no es de recibo ampliar un campo de fútbol, pero si esa ampliación consolida a un equipo en Primera supone un retorno de dinero para las arcas forales al aumentar los ingresos del equipo.

Ya, muchos ingresos de televisión que después no se pueden utilizar, que no sirven para financiar servicios de otro tipo, como los de las residencias.

¿Ahora hay más plazas concertadas que plazas públicas?

Mitad y mitad. Hemos tenido toda la legislatura a las personas que trabajan en residencias privadas con plazas concertadas delante de Diputación protestando por sus condiciones. Una residencia privada quiere tener ganancias y ¿cómo tienes ganancias en una residencia? Pues cobrando 3.000 euros a cada residente y, además, en vez de tener un trabajador por cada seis residentes pues tienes uno por cada diez y le pagas un salario muy bajo. Si coges una comida de calidad ínfima también ganas dinero. Se está rozando el paso definitivo hacia la privatización.

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