Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El reloj presupuestario de `Gatzaga´ está oxidado

El lehendakari charla con su consejero de Hacienda en presencia de Patxi López. /EFE

Aitor Guenaga

Bilbao —

Un gran canción del rockero canadiense Neil Young recordaba en los años 70 que el óxido nunca duerme. Para entonces, el sueño hippie había pasado a mejor vida y la desazón y la falta de horizontes se habían convertido en moneda común entre la nueva generación. Solo el punk sacudiría años después una foto fija depresiva que décadas después parece haberse impuesto de nuevo en Europa.

Ningún verso de una canción resume mejor la situación en la que se encuentra el consejero de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria -`Gatzaga´ para todo el mundo- en su búsqueda de un pacto que evite la devolución de las cuentas gubernamentales. La maquinaria de su reloj presupuestario se ha oxidado en apenas un par de rondas negociadoras que toda la oposición ha calificado de “ficción” casi al unísono. ¿Cómo se puede explicar si no que Gatzagaetxebarria empleara esta semana apenas 30 minutos en la reunión que matuvo con el negociador socialista, José Antonio Pastor, mientras la víspera, el líder del PNV, Andoni Ortuzar, reiteraba los guiños al PSE para alcanzar un pacto que desbloquee la tramitación de las Cuentas? Es como si el reloj presupuestario de Gatzagaetxebarria en la negociación estuviera completamente oxidado.

Cuando Urkullu se subió a la tribuna de la Cámara el viernes ya tenía decidido bajar a la arena de la negociación presupuestaria. Algo que hará de inmediato. De hecho, tiene citas cerradas para la semana que viene. Y aprovechó la interpelación del líder popular, Antonio Basagoiti, para anunciar que se calzaba las botas presupuestarias. A buen seguro que al presidente del PP vasco le gustó escuchar en boca del lehendakari aquello de que “no vamos a gastar lo que no tenemos”, máxima del presidente Mariano Rajoy en todos esos meses de recortes y ajustes en España. Pero seguro que no tuvo igual acogida en su antecesor en el cargo la apelación a no dar la manivela de la deuda, de no agrandar la bola del endeudamiento.

Patxi López llegó el viernes a pie al Parlamento. Había dejado el Ipad en el coche. En sus manos llevaba unos papeles sobre su obsesión política en los últimos cuatro años: la fiscalidad. Ayer tenía previsto desgranar en Badajoz su propuesta de fiscalidad para el PSOE, ajeno completamente a los rumores sobre su salto a Madrid. En resumen: menos “austeridad expansiva” como la que impone Angela Merkel en la Unión Europea y más inversión pública, lucha contra el fraude, revisar las exenciones y deducciones que reducen la recaudación tributaria y aumentar la progresividad en los tramos altos de las rentas. Una política fiscal, en definitiva, en la que paguen más los que más tienen. Merkel, Rajoy y Urkullu no hablan el mismo idioma que López o Mintegi.

Y, mientras tanto, el lehendakari no se apea de una cifra: 9.316 millones de euros como techo de gasto para los Presupuestos de 2013. En frente, PSE y EH Bildu le sacan tarjeta roja desde la izquierda. Y PP y UPyD se reafirman en su idea de enmienda a la totalidad. Los socialistas están convencidos de que puede haber un chorro de ingresos de 800 millones de euros solo este año. Y no van a entrar a presentar enmiendas parciales para discutir sobre “cómo repartimos la miseria”. El portavoz peneuvista en la Cámara, Joseba Egibar, está empeñado en abrir la ventanilla de las enmiendas parciales porque cree que eso “desactivará” las enmiendas a la totalidad. No parece, a tenor de la idea que tienen los socialistas, la clave para controlar el óxido que ha copado casi toda la negociación. En realidad, lo que Urkullu y el PNV esperan es que el PSE se introduzca en la senda de la responsabilidad. “No vamos a ser la muleta del PNV. Eso se ha acabado. Pediremos por responsabilidad la devolución de estas Cuentas mientras el Gobierno se niegue a negociar el capítulo de ingresos”, ha apuntado con rotundidad el líder socialista.

El óxido nunca duerme, cantaba Neil Young. `Gatzaga´ está pensando en cambiar de reloj. Urkullu se pondrá este mismo lunes a la tarea de la negociación presupuestaria, en una semana clave para la presentación de las enmiendas a la totalidad. Pero Euskadi sigue avanzando con velocidad de crucero hacia la prórroga presupuestaria, lo que previsiblemente todo el mundo interpretará como el primer revés político de calado para el gabinete en minoría de Urkullu. Todos menos el Ejecutivo y los 27 parlamentarios peneuvistas que lo apoyan. Un escenario que amplificaría aun más la debilidad que arrastra el lehendakari desde que formó Gobierno, pero que, paradojas de la vida política, deja las manos más libres al Ejecutivo en sus Cuentas, dado que la oposición tendrá menos capacidad de control desde el Parlamento. Y mientras tanto la ciudadanía teniendo que solventar con los mismos problemas de siempre.

Etiquetas
stats