Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“En Senegal no tendré las medicinas que aquí han salvado mi corazón”

Natalia González de Uriarte

Vitoria-Gasteiz —

“Desde que conocí la resolución, no puedo dormir por las noches. Si vuelvo a Senegal, no me curaré. Allí no puedo costearme las medicinas que me han dado aquí y han salvado mi corazón”. Morbacke M.F. ha eludido durante su conversación con el eldiarionorte.es pronunciar la palabra muerte, pero por sus explicaciones, parece que eso es lo que le espera si finalmente la Subdelegación de Gobierno le obliga a volver a su país de origen.

Sufre una grave dolencia de la que está siendo tratado por el equipo de cirugía cardíaca del hospital de Basurto. En octubre del 2010 se le realizó una sustitución valvular aórtica y otra de la válvula mitral. Este portador de prótesis mecánicas requiere de por vida estar sometido a un tratamiento farmacológico y controles periódicos y exhaustivos. Según indica el informe de su facultativo de Osakidetza, “sin los controles médicos no se puede asegurar el funcionamiento de sus válvulas, lo que implica complicaciones y un grave riesgo para su salud y su vida”.

El mismo documento se añade que consideran “improbable” que dichos controles puedan hacerse con la periodicidad necesaria en su país de origen. Pese a la advertencia médica la subdelegación de Gobierno dictó una resolución contraria a la petición de asilo por causas humanitarias presentada por el inmigrante senegalés. Ahora Morbacke M.F. tiene todas sus esperanzas puestas en el recurso interpuesto por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, CEAR. “Tomó seis pastillas al día. Allí no puedo acceder a este tratamiento. Allí no puedo ni costearme un paracetamol. Todas las medicinas son muy caras. La mayoría de la población no tiene acceso a ellas”, lamenta.

El joven de origen africano obtuvo el año pasado una primera Autorización de Residencia por Circunstancias Excepcionales y Razones Humanitarias. Entonces el subdelegado del Gobierno en Bizkaia, Ignacio Erice, reconocía que “estaba imposibilitado para trabajar por sus graves dolencias”. Ahora, pese a que sigue precisando tratamiento médico y farmacológico, la Subdelegación de Gobierno en Bizkaia considera que no procede la renovación de sus tarjetas porque se encuentra “curado” de su dolencia, que además “ya no es grave”, por lo que puede ser atendido en su país de origen.

“Tengo dolores y no puedo respirar”

CEAR ha explicado que, si quiere quedarse en España con asistencia sanitaria y manteniendo situación de legalidad, deben justificar según los requerimientos gubernamentales, que dispone de unos ingresos mensuales mínimos de 2.130 euros. “Yo no puedo trabajar. Muchas veces tengo dolores y no puedo respirar. El propio médico de la empresa que hace los reconocimientos me advirtió que corría riesgos la realizar ciertos esfuerzos. Mis ingresos actuales son la ayuda de 866,13 euros del Servicio Vasco de Empleo, que me conceden por mi incapacidad para trabajar”, relata Morbacke, que ha estado empleado como encofrador en la construcción durante varios años desde su llegada a España en el 2007. Ahora consigue pagar el alquiler y su sustento alimenticio diario gracias a la ayuda institucional y el apoyo de una entidad social.

Para CEAR, esta resolución junto a otra redactada en los mismos términos en contra de la renovación de residencia de un ciudadano nigeriano también enfermo, son “inéditas e incomprensibles”. Para Javier Calparsoro, abogado del CEAR, supone una “salto cualitativo en la política de extranjería que se está llevando a cabo por parte de nuestras autoridades”. Por ello han recurrido las resoluciones por vía judicial ante los Juzgados de los Contencioso Administrativo de Bilbao y han elevado una queja ante el Defensor del Pueblo.

El caso ha despertado el interés de los grupos parlamentarios. El portavoz de Amaiur Jon Iñarritu, interpelará en el Congreso a los responsables sobre los criterios seguidos para tomar la decisión y al mismo tiempo han solicitado una revisión del dictamen. “El listón impuesto por el Gobierno es de 2.130 euros mensuales y los afectados tienen unos ingresos mínimos. Cómo pueden aspirar a obtener ese dinero si ambas enfermedades les incapacitan para trabajar”, reprochan.

Etiquetas
stats