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“Solo cuando la izquierda abertzale asuma su responsabilidad en la violencia podrá reclamar credibilidad”

Vecinos de Leitza homenajean a un guardia civil asesinado por ETA.

Eduardo Azumendi

Y después del terrorismo de ETA, ¿qué hay? La sociedad vasca se debate entre ensoñaciones, posibilidades y realidades cuatro años después de que ETA anunciase el cese de su actividad. Los expertos comentan que pasarán generaciones hasta que la comunidad logre superar la actual división y se puedan restañar las heridas. Pero para que la herida no cicatrice en falso, “es preciso que la izquierda abertzale asuma su fracaso y su responsabilidad en la violencia de ETA”. Al menos así lo piensa Alberto López Basaguren, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad del País Vasco (UPV). Para Basaguren, la izquierda abertzale solo podrá resultar creíble si se somete a esta catarsis.

Basaguren ha intervenido en el XIII Seminario Fernando Buesa, que este año ha analizado lo que sucede en las sociedades que han sufrido un trauma colectivo debido a la violencia. “Los asesinatos cometidos por ETA no son posibles de entender sin la ayuda propiciada por la izquierda abertzale. Ahora, esa izquierda abertzale pretende salir del atolladero sin asumir su fracaso ni ninguna lección de lo ocurrido. Solo cuando lo hagan podrán reclamar credibilidad”.

Para el catedrático es preciso “seguir adelante” hasta que generaciones futuras pidan cuentan y se produzca una “catarsis social”. Sobre la realidad y las expectativas que la aguardan a la sociedad vasca después del terrorismo, Basaguren recalca el papel de las víctimas porque “solo su testimonio puede dar la medida exacta de la barbarie, de una persecución política hasta la muerte. La memoria exige justicia reconociendo el daño causado. El final del terrorismo no significa que automáticamente se pueda perdonar a ETA y a la izquierda abertzale”.

Precisamente, la batalla política por la memoria es la que marcará el futuro. “Veo intentos de la izquierda abertzale y del Gobierno vasco de meter todo en el mismo saco en un intento de diluir responsabilidades. Parece que el Gobierno vasco trabaja para que la batalla de la memoria fracase”. Basaguren también alerta sobre el uso partidista de las víctimas del terrorismo porque si se extiende el “fanatismo” en este colectivo el resultado final será una derrota de la memoria.

Imanol Zubero, sociólogo y profesor de la Universidad del País Vasco, también ha intervenido en el seminario de la Fundación Fernando Buesa. Para Zubero, el cese de la violencia de ETA supone quitarse un peso de encima, pero advierte de que “es pronto para levitar sobre las huellas y los crímenes de ETA como si no estuvieran ahí”. “Hay que pisar el suelo firme”, añade, “donde están esas huellas de la violencia para poder seguir adelante. Me preocupa que la sociedad vasca intente pasar a toda prisa”.

El sociólogo también aboga por construir “el ámbito vasco de la compasión”, donde “se pueda ver el dolor ajeno y abandonar las zonas de silencio en las que cada uno ha permanecido mientras se asesinaban personas. Cada uno debe descubrir su impiedad”.

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