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Urkullu retira otra ley y muestra su incapacidad para cumplir el plan legislativo

El lehendakari Urkullu, en una intervención en el Parlamento vasco.

Aitor Guenaga

El final de legislatura para el Gobierno que lidera el lehendakari, Íñigo Urkullu, se está convirtiendo en un vía crucis en lo que al calendario legislativo se refiere. En un intento, ya prácticamente imposible, de cumplir los compromisos legislativos adquiridos hace cuatro años, el Ejecutivo vasco está aprobando a la carrera los últimos anteproyectos en los Consejos de Gobierno de los martes, pero en esas mismas reuniones está retirando anteproyectos para evitar revolcón tras revolcón en la Cámara autonómica.

Es lo que ha hecho este martes, en esta ocasión con la Ley de Puertos. El portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, ha anunciado que el Ejecutivo retirará este proyecto “ante la falta de un consenso político suficiente” que permitiera su tramitación, debate y aprobación en el Parlamento. Los socialistas no han tardado ni un minuto en afear esta “incapacidad” legislativa del Gabinete de Urkullu y su falta de “rigor” en ese campo. Con “el resultado inédito en la historia de Euskadi de cuatro leyes que se ven forzados a devolver al cajón”, en alusión a ésta última y a los primeros Presupuestos, la de Administración Pública en abril de 2015 y, recientemente, la Ley de los Servicios de Prevención y Extinción de Incendios y Salvamento, más conocida como la Ley de Bomberos.

Es cierto que en los estertores de la legislatura, el PNV ha salvado esa imagen que arrastra desde hace más de un año con la aprobación de una Ley en la que otros gobiernos fracasaron estrepitosamente durante 35 años: La Ley Municipal. Y lo ha hecho gracias al apoyo de los soberanistas. El Parlamento vasco aprobó a principios de abrir la Ley Municipal pactada entre PNV y EH Bildu que, con la oposición del resto de partidos, ha cerrado el diseño institucional de Euskadi.

Esta situación ya se hizo evidente al retomar la labor gubernamental en el primer Consejo de Gobierno de agosto del año pasado. En su programa, el Ejecutivo se había comprometido en unos plazos determinados a elaborar 29 proyectos de ley, pero a esas alturas de la legislatura -entonces tenía poco más de un año por delante para convocar las elecciones autonómicas de 2016-, no estaba tan claro que esa treintena de proyectos de ley fuera a acabar publicada en el Boletín Oficial del País Vasco tras su paso por la Cámara. Las sospechas y los peores augurios se están convirtiendo en realidades, máxime cuando estamos en los 'minutos basura' de la legislatura.

“Sin consenso y con prisas”

A día de hoy, según resaltan los socialistas vascos, la página web del Parlamento recoge 29 trámites de leyes, entre las del Gobierno y de los Grupos: se han aprobado hasta la fecha 10 leyes del Ejecutivo y 9 a iniciativa parlamentaria, “un balance inédito en la historia de Euskadi”, censura el portavoz del PSE en la Cámara, José Antonio Pastor. En estos tres años y cinco meses del Gobierno de Urkullu, su Gabinete ha remitido al Parlamento 28 proyectos -el calendario legislativo marcado por el gobierno peneuvista incluía un total de 29 leyes- de los que solo han podido sacar adelante 10.

La otra cara de la moneda legislativa es la que ofrece la labor de la oposición. Los diferentes grupos parlamentarios han presentado 34 propuestas y 9 aprobadas, a lo que se suman iniciativas legislativas populares y a propuesta de Juntas Generales. Por el contrario, en el mismo tiempo el Gobierno de Patxi López remitió 37 leyes y consiguió aprobar 22, según remarcan los socialistas, con el evidente objetivo de poner en valor el Ejecutivo del PSE-EE, apoyado entonces por el PP de Antonio Basagoiti.

Precisamente, el PP ha criticado la “incapacidad” del Gobierno para aprobar una Ley de Puertos “necesaria y esperada” por el sector y ha considerado que la retirada del texto supone un “nuevo fiasco legislativo” del Ejecutivo, al que ha acusado de querer elaborar la norma “sin consenso y con prisas”. Los populares han resaltado que Urkullu “ha repetido los mismos errores en las formas y en el fondo”, porque no ha hecho el “suficiente esfuerzo para buscar consenso” y que Euskadi cuente con una Ley de Puertos y Transportes Marítimos, que es un texto “demandado y esperado por el sector”. Y han criticado que este “rosario de fracasos representa un tercio de su paupérrima producción legislativa en una legislatura, que será recordada por ser una de las más planas de la historia”.

Fue el propio Urkullu quien zanjó definitivamente a principios de abril la posibilidad de adelanto electoral -que él mismo puso en circulación con sucesivas declaraciones- con la idea de que “no hemos terminado la legislatura”. Lo hizo el pasado 6 de abril, al asegurar en el acto de balance de los 'mil días' de su programa de Gobierno, que “no es el final de la legislatura” y remarcar que “seguimos trabajando” porque queda mucho “trabajo por hacer”. Pero el tiempo para cumplir el calendario legislativo y, sobre todo, sacar las leyes adelante en la Cámara con la oposición se achica.

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