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Vitoria prueba unas fiestas sin toros

Celebración antitaurina en Vitoria

Iker Rioja Andueza

Vitoria aprobó hace unos años una ordenanza sobre animales que vetó las fieras en el circo pero que permitió en las fiestas de la ciudad toros, vaquillas, carreras de burros, idi-probak (bueyes) y serpientes en el zoco árabe. El Ayuntamiento argumentó entonces que se ponía coto al uso de animales salvajes pero que no se regulaba a las especies “domésticas”. El tiempo ha pasado y la ciudad ha prescindido también de las carreras de burros de Santiago (2016) y ahora de las corridas de toros. Este viernes, día grande de las fiestas de La Blanca, el coso vitoriano, el Iradier Arena, ha programado a las 18.00 horas un 'show' de “humor amarillo”, un cambio histórico. Pero las fiestas sin toros no responden a una prohibición expresa, más bien a un escaso interés municipal en continuar programando una feria cuyo tirón para el público había caído en picado precisamente desde que se inauguró hace una década la nueva plaza.

En efecto, desde 2006 hasta 2016 la asistencia a las corridas cayó un 70%. Los festejos apenas reunían una media de 2.000 asistentes, el 20% del aforo total. El 7 de agosto de 2014, por ejemplo, se batió todo un récord negativo: únicamente 873 personas. En 2015, con el PP aún en el Gobierno local, se dio una última oportunidad a la feria con una empresa extremeña. Pero el promotor José Coutiño ni siquiera optó a la prórroga después de 2016. En ese contexto, el Ayuntamiento sacó a concurso la plaza, aunque con condiciones leoninas, según las empresas que se interesaron, ya que se advirtió de que no habría ni un euro público para subvencionar la actividad. Una de ellas, vinculada a la familia Chopera, realizó posteriormente una oferta en firme para alquilar la plaza, pero recibió un ‘no’ por respuesta.

Así, el programa de fiestas ha mantenido las vaquillas pero no ya los toros, que sí continúan en Bilbao, en Azpeitia, en San Sebastián o en Pamplona, gobernadas por los mismos partidos (PNV y EH Bildu) que en Vitoria se han opuesto a los festejos.

Este viernes, por vez primera en años, también ha desaparecido la ya tradicional manifestación antitaurina. En su lugar, los ecologistas de Equo han organizado un pequeño acto de “celebración” por el “primer año sin toros”. “Durante muchos años ha habido muchas personas y colectivos que nos hemos manifestado el 5 a las cinco contra la feria taurina y que este año no haya es motivo de celebración. Ha sido una victoria del movimiento antitaurino y de la sociedad gasteiztarra”, explicaba a eldiarionorte.es el concejal ‘verde’ Óscar Fernández en la plaza frente al Iradier Arena, donde algunos ciudadanos se han acercado a acompañarles.

Fernández asegura que la “situación es buena” pero explica que seguirán manteniendo la “presión” para que el veto a los toros pase a ser “para siempre”. En San Sebastián, por ejemplo, el regreso del PNV al poder tras el mandato de EH Bildu devolvió los toros a Illunbe con visita de Juan Carlos I incluida. En todo caso, el deseo del Ayuntamiento de Vitoria, al menos de cara al año próximo, es no convocar nuevamente el concurso para explotar la plaza de toros en fiestas.

En Vitoria, en todo caso, queda un reducto taurino. En declaraciones a Efe, el portavoz de Vitoria Protaurina, Txemi Corres, denuncia primero la “trampa” del concurso de explotación, segundo que se denegara el alquiler a los Chopera y tercero la intencionalidad política de la decisión, que vincula directamente a la necesidad del Gobierno de PNV y PSE-EE de contar con los apoyos de la oposición de izquierdas para aprobar los presupuestos locales. Corres, asimismo, cita los casos de Pamplona o Azpeitia, gobernadas por la izquierda abertzale y con ferias taurinas muy consolidadas.

La ausencia de corridas, asimismo, ha obligado a retocar el que es el acto central de las fiestas de Vitoria, el paseíllo de los blusas y las neskas que históricamente se realizaba como ida y vuelta a los toros. Aunque ya en los últimos años muchas cuadrillas ni pisaban el Iradier Arena y optaban por otras actividades durante la tarde, el ritual del paseíllo se mantuvo inalterado. Ahora se ha reconvertido en ‘kalejira’, aunque la esencia es la misma que la de los paseíllos de toda la vida. Una cuadrilla vitoriana, por otro lado, ha decidido organizar un viaje a Estella (Navarra) durante las fiestas para asistir a una corrida de rejones.

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