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Euskadi ante la amenaza yihadista: entre el refuerzo de la seguridad y el reto de la coordinación policial

Una patrulla de las nuevas PRI, en una intervención tras una reyerta en el centro de Vitoria

Iker Rioja Andueza

El 17 de agosto de 2017, a media tarde, la jefatura de la Ertzaintza recordó de urgencia a todas las unidades que la alerta terrorista de nivel 4 sobre 5 obligaba a extremar la seguridad también en el País Vasco, siguiendo las pautas marcadas dos años atrás, en junio de 2015. Esa tarde de verano, un joven a bordo de una furgoneta Fiat había irrumpido en Las Ramblas de Barcelona y matado y herido a decenas de personas. Todavía no se conocía el segundo atentado, el de medianoche en Cambrils. Tampoco que la explosión fortuita de Alcanar del día anterior frustró un ataque con explosivos de mucho mayor alcance. ¿Cómo está la situación un año después?

Formalmente, el nivel de alerta no ha variado, lo que supone para la Ertzaintza, como Policía principal de la comunidad autónoma, la obligación de efectuar operativos especiales de vigilancia de zonas críticas, patrullas con chalecos antibalas y armas largas e informes semanales de Inteligencia que se comparten en reuniones de la misma periodicidad del CITCO, la mesa nacional contra el terrorismo y el crimen organizado. Este mismo jueves se ha citado en Madrid, como lo hizo la mañana del jueves 17 de agosto de 2017. El mensaje oficial de los responsables policiales es que se hace un “esfuerzo importante” de prevención ante la amenaza yihadista global pero sin que haya un “riesgo específico” de atentados en Euskadi.

En España, en principio, Madrid, Valencia, Ceuta, Melilla y la propia Cataluña son los focos principales. Así lo concluyó también una investigación de los expertos del Real Instituto Elcano Carola García Calvo y Fernando Reinares, que presentaron en Vitoria sus conclusiones el pasado mes de diciembre. No obstante, ningún punto del mapa esta libre de un fenómeno global. En Mérida (Extremadura), por ejemplo, se detuvo hace unos meses a un terrorista que, según se dijo, preparaba atentados con drones para Daesh (el autoproclamado Estado Islámico). Atendiendo a la estadística oficial, Euskadi es junto a la Comunidad Valenciana la segunda zona con más operaciones policiales en 2018 contra yihadistas, sólo por detrás de Barcelona. La última se llevó a cabo a principios de agosto en una gasolinera de Lopidana, cerca de Vitoria, y se saldó con un detenido. Desde 2012 han sido 16 las personas capturadas.

Es una vieja pelea del Departamento de Seguridad que dirige Estefanía Beltrán de Heredia lograr una 'flexibilización' de las medidas de prevención frente al yihadismo. Públicamente, la consejera ha abogado en varias ocasiones por rebajar la alerta a un nivel 3 sobre 5. “En investigación y en la búsqueda información no cambia nada, pero mantener el 4 durante años genera un esfuerzo muy importante”, indican fuentes policiales en relación al protocolo recogida en la Instrucción 79 de la Ertzaintza, heredera de la Instrucción 53 vigente durante los años de ETA activa. ¿Es eficaz un medicamento contra una enfermedad puntual cuando se toma sistemáticamente? Los responsables de la Ertzaintza entienden que lo oportuno es ajustar la alerta en función de la época del año y del contexto, como planteó la propia Beltrán de Heredia en el Parlamento tras el atentado de Manchester.  Técnicamente, los atentados de Barcelona no supusieron ningún cambio, a pesar de la convulsión suscitada. El nivel 5 sobre 5, cuya activación se debatió en horas posteriores, supone la intervención del Ejército para garantizar el orden público.

“Desde Erne siempre hemos denunciado que para el Departamento el nivel 4 era una medida impuesta. Siempre han creído que Euskadi no tenía esa necesidad”, explica Roberto Seijo, secretario general de Erne, el principal sindicato de la Ertzaintza. “No ha cambiado absolutamente nada. Tenemos que hacer lo mismo. A las bases, al menos, no se le ha trasladado otra cosa”, apunta Aitor Rabanal, de la asociación Euspel, preguntado por los cambios de un año a esta parte. 

La novedad de las PRI para intervención rápida

Antes de los atentados en Cataluña, sin embargo, ya se habían adoptado algunas decisiones. Ahora prácticamente la totalidad de los ertzainas llevan chaleco antibalas en la calle, sea externo o sea interno. Y se creó una nueva unidad de Intervención rápida -las PRI o 'bizkor', en euskara- que lleva ya algunos meses operativa. Los sindicatos celebran esta novedad, aunque consideran que este grupo no está bien dotado. Hay una PRI, compuesta por tres agentes de la unidad de apoyo de la Brigada Móvil (antidisturbios), operativa en cada capital durante las 24 horas del día -se las puede ver en estaciones o eventos deportivos- y atiende también otro tipo de emergencias.

“Las PRI, sin duda, son una de las herramientas para hacer frente a una situación de riesgo, pero son necesarias más. Ahora mismo es insuficiente para actuación rápida ante un atentado o hecho grave. Son pocos y se ocupan de todo y al final volvemos a que siempre el primero en intervenir es la patrulla de Seguridad Ciudadana”, señala Seijo, que advierte que “en dos años viene la Eurocopa a Bilbao” y no ve en los actuales gestores de la Ertzaintza disposición a adoptar medidas de calado. “La seguridad pública, al final, es un tema de sentido común”, argumenta. “Si las PRI están siendo efectivas, que se aumenten a dos o tres por territorio”, abunda Eneko Urkijo (Esan).

La Ertzaintza dispone de un total de 8 furgonetas 'bizkor' para montar equipos de PRI. A las tres operativas de manera permanente se le añaden refuerzos ocasionales para eventos como las fiestas de las capitales que se suceden en agosto. Además, se está probando la fórmula de desplegar la Brigada Móvil en trinomios con funciones similares a las de la PRI. Se probó esta misma semana en la Semana Grande donostiarra, que recibió la visita del Rey emérito, Juan Carlos I, y de algunos miembros de su familia.

“Pero la Brigada Móvil está en su peor momento. Hay un absentismo terrible, por encima del 20%”, señala Seijo, en un análisis compartido con el Departamento de Seguridad. En plena época de vacaciones, con buena parte de la plantilla de baja, cuadrar los operativos especiales -como el de Vitoria para blindar el centro durante la bajada de Celedón- está siendo un verdadero quebradero de cabeza. Se están ampliando turnos y realizando llamamientos en días libres. Tras la polémica suscitada por la muerte de un agente durante el operativo especial con motivo de un partido del Athletic, Erne y Esan acordaron precisamente con el Gobierno “modernizar” esta unidad, pero los cambios no serán efectivos hasta el 1 de enero de 2019.

Todavía sin acceso a las bases de datos

Uno de los puntos de análisis tras los atentados de Cataluña fue calibrar si la coordinación policial había funcionado. Euskadi tiene un modelo policial gemelo al catalán, con un cuerpo propio con amplias competencias en materia de Seguridad Ciudadana y que comparte las labores de Información e Investigación con la Policía Nacional y la Guardia Civil. En junio de 2017 se reunió por vez primera en años la Junta de Seguridad, el máximo órgano bilateral entre los responsables estatales y autonómicos en materia policial y uno de los acuerdos fue el impulso a la coordinación y al intercambio de información.

El entonces ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, accedió a que la Ertzaintza se sentase en el CITCO como miembro de pleno de derecho, aunque hasta entonces asistía a todas las reuniones como invitado. En esa mesa en la que están las Fuerzas de Seguridad del Estado, las Fuerzas Armadas, el CNI y los Mossos d'Esquadra, la Policía vasca tiene un enlace. Allí se coordinan las investigaciones y se ponen en común los riesgos. Su éxito más tangible en lo relativo a Euskadi ha sido reciente y no precisamente relacionado con el yihadismo. Allí también se coordinan asuntos de crimen organizado y una investigación de la Ertzaintza a un barco permitió que cayera el clan de los Charlines. Representantes de todos los cuerpos celebraron la incautación de droga con una fotografía de familia.

Sin embargo, aún no se han completado los desarrollos informáticos pactados hace 14 meses para que la Policía vasca, creada en 1980, accede a bases de datos policiales estatales y europeas como Siena, Sirene o la de Europol. Hasta ahora, se canaliza a través de enlaces con las Fuerzas de Seguridad del Estado. Se espera que esta adaptación técnica se complete en los próximos meses.

Dos cuerpos con el mismo imam

Desde el otro lado, Mariano Rodado, del Sindicato Unificado de Policía (SUP), exige también al Gobierno vasco que haga lo propio y comparta sus bases de datos. “Hay coordinación en el CITCO, con los servicios centrales, pero aquí no la hay de ningún tipo”, manifiesta este representante sindical, que explica que este tipo de investigación hay que extenderlas a ámbitos como las empresas de alquiler de vehículos, centros de menores o servicios sociales. 

Un agente indica que las alertas de vehículos o sospechosos se notifican de manera inmediata. Ahí la coordinación se amplía incluso a policías de Francia o Bélgica. Juega un papel esencial la comisaría conjunta hispanofrancesa de Irún-Hendaya (las hay también en la zona catalana), donde se trabaja físicamente de manera conjunta para todo tipo de emergencias. Otra cosa son las investigaciones o seguimientos. “No sería la primera vez que vamos a hablar con un imam y que nos diga que el día anterior vinieron a verle compañeros de otro cuerpo”, ironiza un policía. Dos de las fuentes consultadas por este reportaje han indicado que es habitual dar una matrícula 'sospechosa' durante un operativo y que la respuesta sea que es una placa de un vehículo policial. Y no es un problema entre la Policía vasca y las del Estado, ya que también se ha dado entre policías nacionales y guardias civiles.

En la Fuerzas de Seguridad del Estado, el grueso del contigente destinado a investigar a ETA y su entorno se dedica ahora a la lucha contra el yihadismo. “Los grupos de ETA pasaron al islamismo y tienen mucho trabajo”, indica Rodado. Seijo reconoce que “casi todas las detenciones en Euskadi las realizan las Fuerzas de Seguridad del Estado” gracias a “informaciones de fuera con utilidad aquí” y porque “en la Ertzaintza son pocos los que se dedican a esto”. La unidad de Información de la Policía vasca se llama ahora OCI y ha heredado la estructura de la DAI, antes UIA o AVCS. 

En lo que coinciden Erne y SUP es en la importancia de que se especialice a los agentes dedicados al yihadismo. “Siempre falta formación. No podemos cambiar unidades de la noche a la mañana [de ETA al yihadismo] y pensar que funcionará perfectamente. No todo el terrorismo es igual: ni los informadores son los mismos ni los seguimientos y operativos son iguales”, explica Rodado. “Mi pregunta es si estamos preparados de verdad a pesar de tener tantas Policías. No es ser alarmista, pero hay que saber que pueden pasar cosas. La única vía es la prevención y la colaboración”, concluye el responsable del SUP en Euskadi. Hasta la fecha nunca se ha aplicado la orden operativa número 6 para responder a atentados más allá de en simulacros controlados.

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