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200 vitorianos más con hambre

Natalia González de Uriarte

Vitoria-Gasteiz —

Durante septiembre del pasado 2012 una media diaria de 127 personas sin recursos hicieron uso del Comedor Social de la parroquia de los Desamparados. Un año después, la media registrada durante ese mes se eleva a 326 usuarios.

Este recurso está destinado únicamente a personas que viven solas y no pueden costearse su manutención diaria. Los servicios sociales de base no derivan hasta las mesas del centro social, financiado por el Ayuntamiento y gestionado por la comunidad de la Esclavas de Cristo Rey, a las familias en situación de necesidad, ya que para éstas disponen de prestaciones diferentes y adecuadas para ellas.

El incremento experimentado, además de a la crisis, puede deberse a que los requisitos exigidos para acceder al servicio se relajaron el pasado año. Se les exigía un empadronamiento de al menos seis meses en Vitoria. El listado de personas que en situación de extrema necesidad que no cumplían esa condición es amplio y crecía mientras se reducían a un ritmo paralelo los asistentes al comedor, a pesar de que cada vez hay solicitantes de ayudas sociales en la ciudad. Finalmente el departamento de Bienestar Social dirigido por Ainhoa Domaica eliminó esa exigencia. Desde entonces el número de usuarios no ha dejado de subir.

Tarjeta personal e intransferible

Otra de las modificaciones aplicadas para mejorar el servicio fue la expedición de tarjetas de uso personal e intransferible para usuarios a los que los agentes de servicios de base les conceden el uso del comedor. Este sistema se implantó en sustitución de los vales por comida y cena. Según los datos proporcionados por la propia concejala delegada de área, a 8 de diciembre del 2013, 461 personas tienen ese documento sin embargo ese mismo día sólo 298 hicieron uso de él. “Esto nos permite llevar un control y seguimiento que antes no teníamos, nos permite saber quién acude al comedor y quién no. Es una herramienta más de trabajo con la que van a contar los trabajadores sociales para determinar la prorroga de esta prestación estudiados los casos durante un periodo de tiempo de forma personalizada”, explicaba Ainhoa Domaica que añadía que el gasto el servicio se ajusta a las necesidades que plantean las propias gestoras del comedor.

En la ciudad funcionan otros espacios como el de la Catedral de Santa María, que ofrece almuerzos todos los lunes a quien lo necesite y se financia a través de donativos o el comedor de iniciativa privada ubicado en la zona universitaria de Vitoria, que da comidas todos los miércoles y viernes. Bultzain, en Puente Alto ofrece alimento y cama a personas con problemas de alcohol y drogas, a las que se veta la entrada en otros centros por no ajustarse a las normas mínimas.

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