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El calor del hogar que se pierde, ahora se ve

Termografía de la fachada del Palacio de Congresos Europa en Vitoria.

Natalia González de Uriarte

El calor de nuestras casas se fuga por las cajas de las persianas o a través de unas ventanas con un aislamiento inadecuado. Los ciudadanos lo saben aunque nunca lo han visto. Por lo menos, hasta ahora. Estas fugas que a simple vista no son visibles pero que se hacen evidentes, por ejemplo, mediante silbidos provocados por corrientes de aire, han sido captadas por dos arquitectos, Iker Gómez Iborra e Itziar Gorosabel, a través de termografías. Se trata de imágenes que muestran la temperatura aparente de las superficies retratadas mediante la radiación infrarroja. Las vías de escape capturadas están localizadas en cerca de 400 fachadas de la ciudad. “Entre imágenes aéreas y fotografías de fachadas disponemos de un mapa que recoge casi la mitad de la ciudad y que está a disposición de cualquiera interesado en conocer el estado de los edificios de Vitoria a través de la página web. Pueden curiosear. Quizás su vivienda sea una de las retratadas”, explica el promotor del proyecto, Iker Gómez Iborra, arquitecto doctorando en construcción y tecnologías arquitectónicas.

El trabajo de investigación se trata de un proyecto de I+D+i nunca antes visto en el panorama internacional debido al amplio número de edificios retratados, un mapa de casi la mitad de la capital alavesa. “Esta técnica se utiliza de forma habitual pero lo que no se había hecho hasta el momento es una base de datos compuestas por un número tan alto de edificios”, dice Gómez Iborra.

Las termografías asignan el color blanco o amarillo a las altas temperaturas y el azul o morado a las bajas. A mayor temperatura, mayor pérdida de calor, y por tanto menos eficiencia. Las instantáneas térmicas tomadas en Vitoria presentan, casi siempre, “demasiadas” zonas blancas/amarillas. “En general, los edificios funcionan mal o muy mal. Pierden mucha energía aunque no se puede estimar la cantidad sin conocer la temperatura exacta del interior de los mismos. Además nada tiene que ver unas viviendas con otras. Las de las nuevas construcción son diferentes a los antiguos de ladrillo pero las filtraciones están presentes en muchos inmuebles”, asegura Gómez de Iborra. Los principales puntos por los que se pierde calor son las ventanas, las carpinterías, las cajas de persianas, los cajeados de los radiadores dentro de la pared, los encuentros del forjado y de los pilares con la fachada, la transición dentro-fuera de la estructura y suelo de los balcones y el no tener aislados los tubos de la calefacción que discurren por el exterior.

El objetivo principal de esta iniciativa persigue concienciar al ciudadano sobre la necesidad de actuar sobre los edificios y que resulta técnicamente posible y económicamente viable y rentable. “Es necesario transformar nuestros inmuebles. El derroche energético es inasumible. Además hay que pensar que, en un futuro, como pasaba en el pasado, habrá gente que no tendrá acceso a las energías fósiles. Es un bien caro y además finito. Es algo que se debe abordar ya que el uso de estos combustibles conlleva también preocupantes costes ocultos como la contaminación o la degradación del territorio”, sostiene el arquitecto.

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