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El plan de empleo de Jundiz prometido por Maroto hace un año sigue aparcado

Natalia González de Uriarte

El alcalde de Vitoria-Gasteiz, Javier Maroto, no parece que vaya a alcanzar ninguna de las metas que se ha marcado en materia de empleo. Dos de sus proyectos estrella de parques empresariales, el de Jundiz y el más antiguo, el de Betoño, de momento, no han obtenido mayores cotas de desarrollo. Después de crear expectativas, anunciando la generación de 2.000 puestos de trabajo para el primero y otros 1.000 que iba a reportar el planteamiento de Betoño, ninguno de ellos ha pasado de ser más que una mera propuesta.

Javier Maroto pretendía atender la máxima prioridad de los vitorianos en estos momentos y desde que las cifras del paro siguen en ascenso en la capital alavesa: el empleo. “Es el tema que ocupa y más preocupa a los ciudadanos”, declaraba hace un año en el debate sobre el estado de la ciudad, al tiempo que trasladaba a todos los concejales en el pleno monográfico aquella “experiencia piloto” de cesión de terrenos municipales ya urbanizados en régimen de alquiler a un “precio simbólico” para promover la implantación de 50 empresas en Jundiz. Uno de los requisitos que se iban a exigir a esas firmas era que el 25% de las contrataciones estuvieran reservadas para desempleados empadronados en Vitoria.

Para llevar a cabo esa cesión de suelo necesitaba el permiso de la Comisión Europea. Sprilur, sociedad pública del Gobierno vasco destinada al impulso del tejido empresarial, alertó al alcalde de Vitoria que su propuesta de venta y alquiler de parcelas debía “responder a precios de mercado y no ejercer competencia desleal con la iniciativa privada”, ya que la Comisión Europea no permite subvenciones de ese tipo, al considerarlas ayuda de Estado. La sociedad pública advirtió a Maroto que no apoyaría a empresas con medidas que puedan crear inseguridad jurídica para las propias firmas“. Y el proyecto quedó paralizado.

Este fue el segundo revés en sus planes de empleo. El primero lo recibió de la oposición que rechazó su planteamiento para Betoño, una de sus promesas electorales “a la que el resto de los grupos de este Ayuntamiento no ha dado ninguna oportunidad siendo un proyecto necesario para la ciudad”, lamentaba el máximo edil del consistorio victoriano. Quizás para camuflar esa derrota Javier Maroto presentó en un segundo asalto sus planes para Jundiz, aunque el Alcalde siempre insistió en que ambos proyectos eran complementarios, el segundo no sustitía al primero, su proyecto estrella durante la campaña electoral. Prometió a los votantes que la creación del parque empresarial de Betoño conllevaría 1.000 empleos directos y la generación de otros 5.000 indirectos al entrar en funcionamiento.

El alcalde dispone aún del resto de legislatura para hacer realidad estas propuestas. Pero a la luz de los apoyos logrados las posibilidades de darles la vuelta y sacarlos adelante son muy escasas por no decir nulas aunque se empeñe en insistir que no renuncia a ellos.

Denuncias por destrucción de empleo público

Pero estas no son las únicas promesas sobre creación de puestos de trabajo en Vitoria trasladadas por Javier Maroto. La puesta en marcha de todos los proyectos de ciudad contenidos en los presupuestos pactados con el PNV como la nueva Estación de Autobuses, la reforma del viejo Palacio de Congresos Europa o la transformación de la Avenida de Gasteiz iban a generar 1.930 empleos. Así lo han difundido los carteles publicitarios de las traseras de los autobuses urbanos. A día de hoy, ya iniciadas algunas de estas obras, según desvelan fuentes de la oposición, sólo se han creado un centenar de los puestos proclamados. “Hemos solicitado a los diferentes de departamentos en numerosas ocasiones los datos, pero no hemos conseguido recabar más información hasta el momento que la creación de esos 100 puestos”, aseguran. “No nos sorprende el número dado el retraso que sufren algunas de las construcciones y los pocos operarios que se ve a pie de calle trabajando es las obras. En concreto en la Avenida hemos contabilizado a 13 obreros”, añaden.

El gobierno del PP, llegado el ecuador de la legislatura, tiene que convivir con las críticas que arrastra por no cumplir con esas promesas de generación de trabajo en Vitoria y con las denuncias de sus propios trabajadores que le acusan de “destruir empleo público” al aplicar reducciones de jornada de “forma arbitraria” entre los empleados provisionales y al no renovarles los contratos.

El pasado sábado se manifestaron contra los recortes los comités de trabajadores del Ayuntamiento de Vitoria, Amvisa, Tuvisa, Ensanche 21, la escuela de danza, el conservatorio de música, SIC, Viveros Perica y FCC. Según los datos facilitados por los comités, 503 puestos provisionales no van a renovarse. “Lo que el Gobierno hace es revisarlos y, en función de las necesidades y del mantenimiento o no de las subvenciones, renovarlos o finalizarlos. Es falso que se estén rescindiendo, lo que hay es una valoración de los mismos por parte de los departamentos”, se justifican los responsables municipales ante las acusaciones del Comité de Empresa del Ayuntamiento.

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