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“La rebelión del Sindicato de Estudiantes contra Wert es un ejemplo a seguir”

Pedro Abellán, portavoz del Comité de Parados de Álava, en la entrada de los locales de la calle San Antonio.

Natalia González de Uriarte

El Comité de Parados de Álava ha celebrado su primera Asamblea General después de mes y medio de reuniones y trabajo con diversos colectivos con el propósito de sumar más apoyos, colaboraciones y aliados para la plataforma reivindicativa recién creada. Sus impulsores confían en el potencial de lucha del colectivo de desempleados, que llega para sumar fuerzas. “Seremos otra tropa más del batallón que defiende a los trabajadores. Pero nosotros nos hemos fijado objetivos más concretos, que van más allá de las generalidades expuestas por las organizaciones sindicales”, asegura el portavoz del Comité de Parados de Álava, Pedro Abellán. En su particular contienda se marcan un ejemplo a seguir, la estrategia del Sindicato de Estudiantes contra los recortes impuestos por el Ministro de Educación, José Ignacio Wert. “Su rebelión es ejemplar” manifiesta Abellán.

Pregunta. Más de 26.000 parados en Álava. Ustedes, de momento, han conseguido aglutinar a casi una treintena de miembros activos ¿confían en sumar muchos más?

Respuesta. Sí, sin duda, pero esto es una carrera de fondo. Es complicado organizar a los parados. Todos estamos muy ocupados y preocupados por buscarnos la vida, Es difícil llamar la atención de alguien para que se movilice cuando tienen una prioridad diaria que resolver. Su obsesión es buscarse el pan. De momento contamos con esos miembros activos, que no es poco.

P.¿Qué les diría a los parados que aún no se han animado a participar en este movimiento para conseguir su implicación?

R. Aquí les ofrecemos una alternativa diferente a la que van a encontrar en otras organizaciones como los sindicatos o plataformas de reciente creación en la provincia como Araba Borrokan. Nuestra propuestas son más concretas. Reclamamos subsidios de desempleo indefinido equivalente a un SMI de 1.100 euros al mes mientras dure la situación de desempleo, tarjeta de transporte público gratuito para todos los parados y familiares a su cargo, el reparto del empleo con una reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales sin reducción salarial, la supresión del copago y la congelación de las hipotecas para todos los desempleados.

P. ¿Por qué han dado el paso de crear su propia agrupación. ¿No se sienten bien representados por esos organismos que ha mencionado?

R. No, al contrario, pensamos que todas las organizaciones son necesarias, son una herramienta maravillosa para defenderse ante los abusos, vengan de donde vengan. Como creemos en la fuerza de la unión, decidimos no desaprovechar el potencial de los casi 27.000 parados que ya hay en la provincia. Pero no nacemos con el propósito de diferenciarnos sino de sumar apoyos. Seremos otra tropa más del batallón que defiende a los trabajadores y a la vez, presionaremos también a las direcciones sindicales para que sigan ejerciendo su labor y la mejoren. Pero sin ellas no somos nada.

P. No obstante, sí ponen pegas a la labor de las organizaciones sindicales. Ustedes han insistido desde sus inicios en la necesidad urgente de la unidad sindical. ¿Sus rivalidades y desencuentros están perjudicando a obreros y desempleados?

R. Sí. Lo que están consiguiendo es desmovilizar al personal. Unos por un lado, otros por otro, así no se avanza. Precisamente en este momento la unidad es más necesaria que nunca, es nuestro arma.

P. ¿Qué personas desempleadas lo tiene más complicado?

R. El joven porque es joven y el único empleo al que accede, con muchísima suerte, es por horas, temporal y con un salario miserable. Y a los mayores no les han dejado hueco, no tienen apenas posibilidades. Está muy mal para todos. Es misión imposible encontrar un trabajo digno a corto plazo. A la patronal le vienen bien estas listas de desempleados. Han conseguido lo que siempre se han propuesto, que la gente vaya a trabajar sin rechistar por una miseria. En cuanto levantas la cabeza prescinden de ti, tienen muchos haciendo cola a la puerta de las fábricas.

P. ¿Cómo es la rutina diaria de una persona en paro?

R. En resumen la describiría como una gira interminable de fábrica en fábrica para entregar curriculums en la que te vas tropezando con muchos otros compañeros en la misma situación. En algunos sitios ya ni se molestan en quedarse con el documento.¿Para qué?. En otros, empalizan con tu situación y al menos lo recogen para no hacerte sentir aún peor de lo que te sientes.

P. ¿Y el trato que reciben de las instituciones es correcto?

R. Lo de Lanbide y la Renta de Garantía de Ingresos ha sido un escándalo. Yo he ido a las seis de la mañana a hacer cola para coger un número y después de repartir una treintena te quedabas a las puertas de ser atendido. Así que vuelves al día siguiente a repetir la misma operación a riesgo de que vuelvas a quedarte sin recibir atención. El papeleo es interminable. Tardan una media de seis meses en contestarte. Entonces te citan para comprobar que cumples con toda la reglamentación. Hay compañeros que, cansados ya de espera,r se habían convencido de que no iban a cobrar y de repente les sorprenden con un ingreso en la cuenta que agradeces, claro. Pero ¿cómo organizas tu vida con esa incertidumbre?

P. Usted cobra esa prestación. ¿Cómo afronta el mes con unos ingresos de 426 euros?

R. Las paso canutas y eso que no tengo que pagar hipoteca porque he vuelto a la casa que me dejaron de mis padres. Tienes que calcular cada gasto al milímetro y te hablo de gastos exclusivamente en comida porque no da para más.

P. Y ¿cómo se sobrelleva anímicamente un día tras otro sin recursos y sin trabajo?

R. Tu cabeza repite el mismo mensaje: no valgo, no encuentro nada. Es normal que cunda la desesperación. Tienes que enfocarlo desde una perspectiva general y ser consciente de que las personas que estamos en paro no somos los que hemos provocado esta crisis. Nosotros no somos los responsables de lo que está pasando. Si no haces ese ejercicio de reflexión diaria te invade un sentimiento de culpa que es muy difícil de esquivar.

P. ¿Usted cree que los políticos son conscientes de los dramas familiares que se esconden detrás de las cifras del paro?

R. Sí, lo son. Pero desgraciadamente muchos creen en este sistema en el que hay una minoría que se está forrando a costa del resto. Otros consideran que no lo pueden combatir. A la derecha española le viene bien que haya parados para seguir alimentando ese sistema que permite el enriquecimiento de una minoría, a la que están vinculados, claro está, a costa de tener a gente siempre dispuesta a trabajar por una miseria y a pelearse con el vecino por un puesto de trabajo. Así nos dividen y así nos manejan. Encima no hay una oposición de la izquierda ni de las direcciones sindicales. Les sirven de muleta al PP. Si al menos consiguiéramos desalojar a Rajoy del poder, sería más fácil presionar a un gobierno de izquierdas. Deberíamos seguir el ejemplo del Sindicato de Estudiantes. Su estrategia de ataque al Ministro Wert es el patrón que deberíamos copiar el resto para contratacar cada embestida de la brutal política de recortes que padecemos. Su rebelión es modélica.

P. ¿Por quién se siente respaldado el colectivo de parados?.

R. Sin ninguna duda por la familia. Es un estructura que siempre responde. Los amigos, casi siempre.

P. Se dice que la sociedad vasca es solidaria, en general, pero hay casos concretos que denotan lo contrario. Le hablo de lo ocurrido recientemente en el Ayuntamiento de Vitoria. El Alcalde asegura que ha planteado a sus trabajadores acogerse a reducciones de jornada para permitir la entrada de personal provisional. Tan sólo dos empleados se han mostrado dispuestos a acogerse a esta medida, según los datos facilitados por el consistorio. ¿Qué le parece?

R. Esa reducción de jornada implica reducción de salario y por ahí no pasan. Entiendo su postura porque saben que muchos de los directores y cargos importantes cobran una pasta. Que sean ellos los que se reduzcan la jornada y el salario. Además no se creerán que vaya a ser una medida reversible.

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