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Euskadi: apenas dos alcaldesas de cada 10 alcaldes

Encuentro de mujeres electas convocado por EUDEL en 2012.

Natalia González de Uriarte

Por cada 10 alcaldes que todos los días toman decisiones sobre la vida de los vascos, hay solo dos alcaldesas que cumplen a diario con el mismo cometido. Euskadi fue la segunda Comunidad Autónoma con una mayor presencia de mujeres encabezando consistorios tras las elecciones del año 2011, un 22%. Tras las últimas elecciones municipales de 2015 el porcentaje de las alcaldías dirigidas por mujeres ha aumentado hasta el 25,5%.

Los datos, avanzados en un estudio de EiTB, y confirmados por el Instituto Vasco de la Mujer- Emakunde- así lo reflejan. La presencia femenina en la política va en aumento. En Euskadi- una de las comunidades con un porcentaje más elevado de mujeres electas- se da una evolución positiva al igual que en el resto de España pero no en los puestos de máxima representación que parecen seguir reservados para los hombres. La presencia equilibrada de ambos sexos en estos cargos aún está por llegar. La paridad en las alcaldías sigue siendo un espejismo. “Una cosa es la presencia equilibrada y otra la presencia equilibrada en los máximos puestos de decisión. Estos porcentajes son similares si vamos a observar la presencia de mujeres en los máximos puestos de decisión del mundo empresarial, bancario, académico, deportivo, etc”, explican desde Emakunde.

Las tres capitales siguen gobernadas por ellos y entre las 10 localidades más pobladas tan solo hay dos alcaldesas. En Barakaldo es Amaia del Campo quien se ha hecho con el bastón de mando y en Santurtzi, Aintzane Urkijo. En la distribución por territorios la mejor situada en cuanto a representación de regidoras es Álava, con un porcentaje que se eleva hasta un 26,42%, seguido de Gipuzkoa, con un 25,58%, y Bizkaia, con un 25%.

Estos datos se entienden al observar el número de candidatas que presenta cada formación como cabeza de lista a las elecciones: el 32,58% de las candidaturas llevaba en su primer puesto un nombre de mujer. “Vemos que ya las listas de las anteriores elecciones municipales y forales del 2011 cumplieron con la paridad, con lo que se mejora notablemente la situación anterior a las leyes para la igualdad, pero mayoritariamente los primeros puestos de las listas las encabezaron los hombres, al igual que ocurre en las listas actuales presentadas para el 2015. Hay que señalar en este sentido que el hecho de que haya equilibrio en las listas no significa que las mujeres tengan las mismas oportunidades de salir elegidas. En las candidaturas se viene cumpliendo con la paridad donde la Ley lo exige, pero la mayoría de las mujeres están situadas en los puestos de más difícil acceso, lejos de los llamados puestos seguros. Esta es principal razón por la que el número de alcaldesas es mucho menor que la de alcaldes”, sostiene Izaskun Landaida, directora de Emakunde.

Este desequilibrio podría solucionarse con las listas cremallera -los hombres y mujeres se alternan de forma equitativa- que empiezan a utilizar algunas fuerzas emergentes para potenciar la participación de las mujeres en la vida política. Pero ni la Ley obliga ni los partidos más tradicionales quieren autoimponerse esa condición.

“Perdiendo talento por el camino”

¿Y por qué las formaciones apuestan menos por ellas? En Emakunde consideran que la organización es este ámbito es reflejo de la realidad imperante en otros muchos espacios sociales. “Está habiendo cada vez más mujeres con más responsabilidades, pero ese cambio es paulatino. De igual modo que la presencia de las mujeres es mínima en los Consejos de Dirección de las grandes Empresas que cotizan al IBEX, por ejemplo, y hablamos del techo de cristal o suelo pegajoso que impide a las mujeres acceder a esos puestos, la política no es ajena a esta realidad. Está claro que también en este ámbito las mujeres tienen más dificultades para acceder a estos puestos y además no hay que olvidar el modelo androcéntrico en torno al cual gira la política en general, y otros muchos ámbitos en los que la presencia de mujeres en máximos puestos de responsabilidad es mínima. No están en general pensados para incentivar la participación y permanencia de las mujeres en los mismos, por lo que hay una labor ingente de deconstrucción de determinados estereotipos, etc. una necesidad porque entre tanto estamos perdiendo talento que va quedando por el camino”.

Por siglas, el partido que más mujeres ha presentado en Euskadi como cabezas de lista es el PSE-EE aunque sin llegar a la paridad, con un 43,36% del total; EH Bildu, con un 33,17%; el PNV un 30% y el PP con un 24,71%. Ante estos datos la directora de Emakunde llama de nuevo a la reflexión. “Se trata de aumentar la participación de mujeres en política con el fin de que se vayan normalizando su presencia y se vaya impregnado de otros estilos, modos de hacer y modelos de liderazgo, donde se tengan en cuenta no sólo las necesidades y situaciones diferenciadas de las mujeres que quieran estar en políticas con respecto a los hombres, sino que esa incorporación suponga un empuje a la integración de la perspectiva de género, es decir a la toma en consideración de las necesidades y situaciones diferenciadas de mujeres y hombres en las decisiones políticas. Creo que lo que realmente es necesario es un cambio de valores en toda la sociedad”.

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