“La batalla del acero será larga en Euskadi, pero las plantas deben seguir”
La crisis del acero se libra con toda su crudeza en las comarcas del Urola (Gipuzkoa) y de la Margen Izquierda (Bizkaia). El futuro de las plantas que Arcelor Mittal posee en Zumarraga y en Sestao (la ACB) pende de un hilo, de unos planes de viabilidad que les permita arrancar de nuevo. Los trabajadores y las comarcas viven con inquietud y nervios las noticias sobre las posibilidades de las fábricas de seguir adelante. Los hornos se apagan y la actividad languidece lentamente. Y mientras llegan las informaciones, organizan movilizaciones para mantener viva la llama. Por ejemplo, desde concentraciones en el exterior de las plantas hasta encierros pasando manifestaciones, como la vivida en la localidad de Urretxu.
“La batalla del acero va a ser larga, pero las plantas deben arrancar. Hay mucho en juego y son viables”, repite Juan Carlos Díaz, presidente del comité de empresa de la ACB, de Sestao. Desde que Arcelor anunció la parada de esta factoría a principios de febrero, los trabajadores no han dejado de movilizarse. “Llevamos 60 días de encierro. Todos los trabajadores estamos cansados, pero también comprometidos con las movilizaciones. Aquí, nadie baja la guardia. Nos va mucho en ello y creemos que el proyecto resulta viable”, clama Díaz.
Por su parte, los trabajadores de Zumarraga han decidido seguir concentrándose en la puerta de la planta todos los días que haya reunión con la empresa y también llevarán a cabo un paro general el próximo día 20 “donde se pedirá a toda la comarca de Urola Garaia el apoyo para hacer un día de lucha contra el cierre de Arcelor Mittal”.
Respecto a la situación de los trabajadores, una vez que ha comenzado el proceso para el cese de la actividad de la planta con la parada del horno, el personal de acería tendrá seis días de fiesta remunerados y, a partir de la sexta jornada se empezará a aplicar el ERE. Posteriormente entrarán en esta dinámica los operarios de laminación.
Leo Bote es el presidente del comité de empresa de Arcelor Mittal de Zumarraga. Frente a la información que traslada la dirección de que la planta ya no resulta viable ni rentable, Bote se revuelve. “El último año se sacaron 400.000 toneladas de producto laminado, cuando hablamos de una planta de 800.000. Este tipo de fábricas de estructura compleja necesitan inversiones que han brillado por su ausencia”.
Dispuestos a pelear
Dispuestos a pelearBote asegura que los trabajadores están dispuestos a “pelear” para mantener la fábrica, con el apoyo de las instituciones. Pero Arcelor Mittal prevé mantener solo la actividad en el parque de chatarra, en el que trabajarán ocho de los 350 empleados de la fábrica, según la propuesta de la empresa. La dirección mantiene invariable la propuesta que trasladó la semana pasada al comité en la que ofrece al resto de empleados de la planta, 342 personas, la recolocación en otras fábricas de la multinacional en el País Vasco o en Asturias.
El alcalde de Zumarraga, el socialista Mikel Serrano, observa con inquietud los movimientos de la empresa. “En otras épocas, como en los años 70, los trabajadores de esta acería mantuvieron una huelga de dos meses, con la fábrica totalmente cerrada, y la empresa sobrevivió. Por eso, las movilizaciones deben seguir porque son justas”. Serrano asegura que el municipio guipuzcoano vive en una “tristeza total” desde que Arcelor Mittal anunció, el pasado 15 de marzo, su plan para cerrar la factoría. “Repercute en el día a día, en las familias, en los comercios y en toda la gente que se mueve en torno a lo que es Arcelor”, ha enfatizado el alcalde.
