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La remodelación de Bizkaibus dejará sin su servicio habitual a un millón de viajeros al año

Gorka Ascorbebeitia

Bilbao —

Más de un millón de usuarios anuales de Bizkaibus están a punto de quedarse sin su servicio de referencia por la reestructuración de las líneas que acaba de licitar la Diputación Foral de Bizkaia. En algunos casos, la eliminación de las rutas quedará compensada por la oferta de otros medios de transporte públicos, pero en más de una cuarta parte de ellos, los viajeros se quedarán sin ninguna otra alternativa. Es el caso, por ejemplo, de los autobuses que a día de hoy suben desde Bilbao al monte Artxanda y al hospital de Santa Marina. Los más de 230.000 viajeros anuales que suman entre los dos tendrán que apañárselas por su cuenta.

A los vecinos bilbaínos de Uribarri no les ha hecho ninguna gracia la supresión de ambas líneas. Carlos Ruiz, presidente de las asociación Gure Etxea, explica que se trata de dos rutas “muy importantes porque son la única forma de acceso a la zona mediante transporte público”. “Lo triste es que ni siquiera se han puesto en contacto con nosotros para plantearnos una alternativa”, critica en referencia a la Diputación y el Ayuntamiento. El problema más grave lo ve en el caso de la línea de Santa Marina, de la que diariamente hacen uso más de 400 personas. “Los pacientes del hospital son de edad avanzada y muchos de ellos no se pueden permitir un taxi para subir hasta allí arriba”, censura Ruiz.

La principal argumentación expuesta por la entidad foral para eliminar estas dos rutas es que se trata de líneas urbanas y, a su entender, responsabilidad del Ayuntamiento de Bilbao. En este mismo saco caen también la que cubría los traslados entre El Regato y Barakaldo, con 120.000 viajeros al año, y la que iba desde Santurtzi a San Juan, 165.000 usuarios anuales. En este último caso, la Diputación ha hecho una excepción y alargará la línea Bilbao Santurtzi para que también llegue al barrio de la localidad marinera.

“La principal diferencia es que Santurtzi no tiene más de 50.000 habitantes y al ser un destino situado en la cabecera del trayecto era más sencillo alargarlo”, explican fuentes de la institución foral. Sin embargo, en contrapartida el consistorio marinero cargará con parte de los costes de la línea aunque hasta que no se produzca la adjudicación del servicio, hacia el mes de octubre, no se concretará la cuantía de su aportación. Además, la frecuencia de los autobuses se reducirá para ajustarse a los horarios de la nueva línea. El Ayuntamiento de Bilbao, por su parte, prefiere no hacer comentarios “de momento”, sobre una posible alternativa para los usuarios de los dos trayectos eliminados en Uribarri.

Junto a estas cuatro líneas, también desaparecerán las que cubrían las rutas Barakaldo-Sestao-Repelega, 75.000 usuarios al año, Bilbao-Basauri-Galdakao, 524.000 viajeros, y Bilbao-Etxebarri-San Antonio, 37.000 usuarios. En estos casos, las razones aducidas por la Diputación son que existen medios de transporte alternativos que alcanzan dichos destinos, ya sea el metro, Euskotren o Renfe.

Alegaciones no aceptadas

El pasado 12 de agosto, el Boletín Oficial de Bizkaia publicó la licitación de cinco de las seis zonas que conforman el servicio Bizkaibus: Ezkerraldea-Meatzaldea, Txorierri-Mungialdea, Busturialdea-Lea Artibai, Nerbioi-Arratia-Durangaldea y Enkarterri. El proyecto constituye uno de los concursos públicos más importante de Euskadi con un montante total que la Diputación calcula rondará los 1.000 millones de euros. La adjudicación se realizará alrededor del mes de octubre y la concesión durará una década. Actualmente el pago de los bonos de transporte por parte de los usuarios sólo cubre el 20% del coste del servicio.

Además de los usuarios que ven peligrar su medio de transporte habitual, la remodelación del servicio de Bizkaibus también ha cosechado críticas de los sindicatos. Tanto LAB como CCOO la han censurado al considerar que el proyecto genera un excedente de trabajadores, lo que a la larga creen que desembocará en despidos. Juan Carlos González de CCOO estima que de buenas a primeras desaparecen “más de 100 puestos de trabajo”. “No entendemos por qué hacen esto si en todo momento están diciendo que el motivo de la reestructuración no es económico”, comenta González.

“De primeras, la Diputación va a subvencionar a las empresas para que se hagan cargo del excedente de trabajadores, pero eso es pan para hoy y hambre para mañana”, critica el delegado de CCOO. “Lo peor es que van a crear un conflicto con los trabajadores donde no lo debería haber”, añade. En este sentido, Alberto Kurto está de acuerdo con él y vaticina que la reestructuración “traerá confrontación”. “No aceptaron ninguna de las alegaciones que hicimos al proyecto cuando lo único que buscábamos era que se mejore el servicio”, apunta Kurto. De hecho, tanto ellos como CCOO y el resto de sindicatos se quejan de que la institución foral pasó por alto todas sus aportaciones para mejorar la remodelación.

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