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El colapso de las televisiones autonómicas

Telemadrid gasta 54 millones menos que antes del ERE, según el director general

Laura Murillo Rubio

Deudas, EREs, acusaciones de manipulación, plantillas sobredimensionadas, recortes, censuras o falta de rigor. No solo pasa en Euskadi. Las televisiones autonómicas, que vieron la luz en 1983 como un servicio público y que están presentes en 13 comunidades autónomas, se desmoronan en muchos casos como víctimas de una mala gestión, que las mantiene abocadas a un futuro más que incierto. La falta de audiencia y publicidad se suman a un colapso que viene de lejos.

El coste de las autonómicas el año pasado ascendió a los 925 millones, pero solo ingresaron 27 millones de euros y la cantidad de deuda que tienen acumulada supera ya los 1.600 millones. La vinculación entre los gobiernos regionales y su influencia en los contenidos de las televisiones públicas han quebrado el principio básico de las mismas: deberse a la sociedad que las financia.

Justo hace un año, la primera en caer fue Canal Nou. La televisión pública valenciana cesó sus emisiones el 29 de noviembre de 2013. Se fundía a negro tras doce horas de resistencia por parte de los trabajadores que narraron en directo el cierre del canal. 24 años de retransmisiones, no siempre ajustadas a la veracidad informativa como denunciaron sus empleados en la última etapa, fueron liquidados de un plumazo. Acorralada por una nefasta gestión con varios directivos imputados en la trama Gürtel, una desmesurada plantilla que pasó de 700 personas a 1.800 antes del ERE declarado nulo o el deliberado olvido del pluralismo informativo han incidido en su desaparición. Era la crónica de una muerte anunciada por un déficit de 1.300 millones de euros acumulado a lo largo de los años.

Con el cierre efectivo de Canal Nou, en la comunidad madrileña se habló de que la televisión regional podría haber seguido la estela de su homóloga valenciana. Por el momento, Telemadrid continúa viva, con acusados recortes en su programación, pero sobrevive. Y eso que hace un año también recibió amenazas de cierre por parte del presidente de la Comunidad. El Tribunal Supremo declaró el pasado marzo improcedente el ERE que afectó a 861 trabajadores, que suponen el 74% de su plantilla. Tras el fallo, el Gobierno regional destinó unos 20 millones de euros para indemnizar a los afectados. Según han declarado, Telemadrid pretende reincorporar a 60 empleados en 2015, a pesar de que perderá 3,18 millones durante el próximo ejercicio. La cadena llegó a acumular una deuda de 262 millones, acusada por un desplome de la publicidad debido a una considerable bajada de audiencia y el corte de crédito de las entidades financieras. También han sido constantes las acusaciones sobre su falta de rigor informativo.

Intereses partidistas

En Cataluña, el ente de TV3 no se libra de una deuda de casi 700 millones. Son varios los medios que han publicado que “sólo la televisión pública de Cataluña gasta más de lo que gastan las cadenas de Andalucía y Madrid juntas”. Además cuenta con 2.400 empleados, una cifra también superior a la suma de los trabajadores de Canal Sur y EiTB. La plantilla vive en un pulso laboral permanente con numerosas disputas contra la dirección. En septiembre de 2013, un total de 58 trabajadores fueron incluidos en el despido colectivo -según informaron desde la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA)- dentro de un ERE que afecta a 205 trabajadores de TV3. La Generalitat subvencionó a la corporación con 209,25 millones para este año, un esfuerzo económico que consideró “imprescindible” para “empujar a favor de la independencia y de la consulta soberanista”.

Siguiendo con las plantillas sobredimensionadas, Canal Sur también cuenta con 1.600 trabajadores. En 2012 registró 39 millones de euros en pérdidas, nueve más de lo previsto, cifra que se sumó a los 97 millones de deuda acumulada. Su presupuesto para 2014 ascendió a 163 millones con el 49,6% del total dedicado a personal. En septiembre de 2012 la Radio Televisión de Andalucía (RTVA) tomó la decisión de cerrar Canal Sur 2 para ahorrar 20 millones de euros.

Por su parte, Castilla-La Mancha TV ha pasado en octubre a ser la cadena regional menos vista de España, desbancando de este 'trono' a Telemadrid. En solo un mes ha perdido un 20% de audiencia, justo después de que en el mismo mes de octubre, trabajadores y la mitad del Consejo de Administración de la televisión pidieran el cese de su director, mostrando su repulsa hacia las prácticas que suceden en la cadena. “No puede ser que los informativos sean todas las semanas piedra de escándalo y burla de la profesión en toda España”, alegaban los trabajadores sobre una forma de actuar “absolutamente partidista” que solo persigue, según acusan, favorecer los intereses del Gobierno autonómico.

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