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La controversia de los concursos de carteles enoja a los diseñadores profesionales

Patricia Burgo Muñoz

Carteles practicamente iguales y del mismo autor que ganan concursos -es el caso del la imagen ganadora de los Carnavales 2014 de Vitoria y Chiclana. La ciudad andaluza ha retirado el suyo tras la polémica suscitada-; el cartel de la Aste Nagusia 2013, que desató las críticas con ingeniosos comentarios, una página de Facebook dedicada exclusivamente a hacer sorna de la imagen de Marijaia frente a un espejo, y vídeos que se propagaron todo lo rápido que permite la red con ejemplos como éste:

A las críticas ciudadanas, que en muchos casos no van más allá de aspecto estético de los carteles elegidos, se unen las de los diseñadores gráficos que sí se fijan en otros elementos como las bases de los concursos o el jurado, y ven “preocupante” que se haya dejado de encargar los diseños de los carteles a profesionales.

Precisamente debido a esa preocupación varios diseñadores alaveses decidieron hace un tiempo unirse en la asociación DIGA (Diseñadores Gráficos de Álava). Los artistas, que trabajan en pequeñas agencias o por su cuenta, han constatado que en los últimos años los eventos mediáticos que dan más difusión a la ciudad ofrecen “una imagen muy pobre e incluso provinciana”, afirman. Su objetivo es denunciar “el desprestigio que tiene nuestra profesión y el desconocimiento que hay en la calle de nuestro trabajo”, explican.

Por su parte las opiniones de varios profesionales vizcaínos, que prefieren no dar su nombre porque trabajan para agencias que a su vez elaboran proyectos para instituciones, van desde la ironía al enfado más absoluto. Algunos se expresan resignados: “el asunto es preocupante, desde que se ha dejado de encargar el diseño de carteles, de todo tipo, a los profesionales que saben de qué va lo que tiene que ir, la calidad se ha disparado en relación inversa al panorama real que vive el género y que, en opinión de muchos, vive una pequeña edad de oro”.

Otro insinúa que en ciertas ocasiones los artistas aficionados se inspiran demasiado en obras de profesionales y es fácil oir aquello de: “el cartel que anunciaba el festival del año pasado se parecía sospechosamente a la obra de…”, y de hecho afirma que ocurre muy a menudo, “el artista se arriesga, lo expone, todo el mundo lo alaba (la crítica, otros artistas, el público...) y, cómo no, termina palmando dinero. Pero no le importa. Pasado un tiempo, alguien se apropia de la imagen, no de toda la obra, y a piezas comienza a verse aquí y allá, y entre unos y otros todos se aprovechan del despiece menos el artista, claro, que normalmente se queda con cara de tonto. Es lo que hay”, se queja.

Falta de calidad, bases y jurado

La falta de calidad artística es otro de los lamentos de los diseñadores, “qué gran dolor el que siento cada vez que veo algo tan cagarrutero y mediocre como esto”, se lamenta otro profesional. Uno más acude a la ironía para mostrar su enfado: “A mí me parece muy bien. De hecho todo debería hacerse mediante un concurso popular. Desde el trazado de las autopistas hasta el diseño de las políticas culturales”. Más en serio dice: “me parece que estos concursos nos hacen un flaco favor a los diseñadores. El mensaje que recibe la gente es que esto lo puede hacer cualquiera y eso, al contrario de lo que se pretende, aleja el mundo del diseño profesional de la gente”.

Precisamente, las bases de los concursos son otra de las quejas a las que se refieren los artistas. Como ejemplo ponen las del Festival de Cine de San Sebastián, “uno de los eventos culturales más importantes del país”, recuerdan, y que resumen de esta manera: “El concurso está abierto a todos los diseñadores que quieran presentar sus propuestas y contará con la participación del público para votar por sus favoritos. Un jurado elegirá al ganador entre los finalistas y se sortearán premios entre los votantes de las propuestas ganadoras”.

Por ello reclaman unas bases “más profesionales” que garanticen la calidad del producto y evitar degradar la labor de los diseñadores gráficos que enmarcan en el “poco respeto a la cultura”. Junto a unas bases más estrictas consideran necesario también profesionalizar el jurado y no dejarlo en manos de votaciones populares “fácilmente manipulables”, reclaman.

Vitoria estudia cambiar el sistema

Con todo esto sobre la mesa, la polémica ha llegado a las instituciones, y ya ha habido un encuentro entre los técnicos del departamento de Cultura del Ayuntamiento de Vitoria con representantes de DIGA, para estudiar posibles alternativas que eviten problemas como el de este año con la elección del cartel del Carnaval prácticamente identico al que el mismo autor presento en Chiclana y que también resultó ganador.

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