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La cooperación al desarrollo, ¿en vías de extinción?

Acción teatralizada de la CONGD de Euskadi para denunciar los recortes en cooperación internacional.

Natalia González de Uriarte

El ansiado 0',7 % es un espejismo. Aquel compromiso asumido en Euskadi en materia de cooperación internacional, el de destinar a estas políticas solidarias el 0,7% del Producto Nacional Bruto, se evapora. La filosofía que impulsó aquel pacto ya no impregna las decisiones presupuestarias de las institucionales. Aunque el 2014 no ha sido un ejercicio tan malo como otros anteriores en lo referente a las partidas económicas, la cooperación fluctúa en la misma medida que lo hacen los pactos políticos y este es un riesgo que no se pueden permitir los más débiles. Los consensos sociales y políticos que durante dos décadas han permitido avanzar en la dimensión y la calidad de la cooperación se han quebrado. Ese es el primer reproche de las ONG.

Estas organizaciones han reprendido con dureza a las formaciones políticas de las instituciones vascas para que reconduzcan esta deriva que les sume en una incertidumbre constante. Sus proyectos, de los que depende la supervivencia de miles de personas, penden de un hilo cada vez más fino, desgastado por la concatenación de recortes presupuestarios desde que se inició la crisis.

La crisis como coartada

Su grito de auxilio lo lanzaron ya a mitad de año. En julio se desnudaron públicamente para mostrar su estado de debilidad. La coordinadora que agrupa a un total de 84 ONGD en Euskadi destapó cifras preocupantes: un 28,6% de ONGs vascas se ha endeudado en el último año y más de la mitad de ellas, el 56%, ha abandonado zonas internacionales por falta de fondo. El conjunto de las ONGD miembro de la Coordinadora con proyectos en el Sur, que abarcan las intervenciones en Ámerica Latina, África y Asia, mayoritariamente, han sufrido una pérdida de ingresos del 35,5%, una reducción especialmente destacable en las organizaciones de tramo bajo, que alcanzan el 76,1% de pérdidas. El impacto de los recortes se ha dejado notar también en su estructura asociativa. El número total de personas contratadas ha descendido un 17%, pasando de 429 personas a 356 y el descenso de fondos privados en las organizaciones “de tramo bajo” se eleva hasta un 68,9%.

La tendencia no mejora de cara al próximo ejercicio. Las ONG confiesan que tienen previsto reducir sus plantillas un 24,2% el próximo 2015.

Se ha pasado de ocupar lo alto del podio en materia de cooperación internacional a ser líderes en recortes. Mila Domínguez, portavoz de la Coordinadora de ONG de Euskadi, asegura que las instituciones están utilizando la crisis como coartada para reducir el dinero que destinan a la cooperación. En una entrevista concedida a eldiarionorte.es acusa al Gobierno vasco de un doble juego y de realizar recortes encubiertos en las políticas de cooperacióm. “Este año se ha producido un incremento de tres millones de euros en los presupuestado para cooperación en relación al ejercicio anterior. Pero, este mismo Gobierno ha aprobado un recorte de 11 millones de euros correspondientes a compromisos presupuestarios de años anteriores pendientes de desembolsar, por lo que el balance final es dramático, ya que podría situarse a esta institución en un porcentaje de 0,24% destinado a cooperación sobre su presupuesto total”.

A la calle en busca de un asomo de filantropía

Cuando echan la vista atrás, el balance es áun más demodelor. En los últimos tres años, las organizaciones de cooperación vascas han sufrido una pérdida de ingresos públicos de más de 25 millones de euros.

La coyuntura actual de la ayuda al desarrollo en Euskadi provoca que “cada vez sea más complejo trabajar en proyectos transformadores a largo plazo”. Algunas de ellas han volcado sus esfuerzos en conseguir apoyos en otros foros externos. Se asoman a la calle en busca de un asomo de filantropía. De hecho, las brigadas del 'face to face'- término acuñado del inglés que hace alusión a la comunicación directa, el cara a cara- han invadido las calles céntricas de la ciudades para comunicar su labor y sensibilizar al ciudadano de a pie con esas causas para así, de paso, lograr aportaciones económicas en la medida de las posibilidades del potencial benefactor. Algunas no les va mal con esta fórmula.

Otras, que se decantan por otros métodos, han conseguido también buenos resultados. Es el caso de Alboan, que ya desarrolla el 55% de sus proyectos gracias a las aportaciones ciudadanas. Los ciudadanos están rescatando la cooperación con el tercer mundo ante el desplome de la ayuda pública.

Reclamación teatralizada bajo las instituciones

Mientras estas organizaciones se empeñan en revertir la delicada situación que atraviesan, los más débiles sufren a miles de kilómetros las consecuencias de los recortes. Pero la distancia amortigua el impacto que debería causar la visión de esas vidas al límite. “Sus efectos no llenan portadas de periódicos ni son tan visibles como otros sectores pero no por ello son menos dolorosos, ya que, son las personas más vulnerables las que –nuevamente- sufren sus principales efectos. Creemos que, con interés y compromiso, es posible cuadrar a cero las cuentas públicas sin que la cooperación se vea más afectada que el resto de políticas”. Así se pronunciaban hace unas semanas Iñaki Orube y Fernando Vaquerizo, de CONGD Euskadi en un artículo de opinión publicado en eldiarionorte.es . “Ahora que las instituciones públicas preparan sus presupuestos para 2015 pedimos a los partidos políticos que consideren la cooperación para el desarrollo como una auténtica política pública”.

La coordinadora ha llevado su reclamación a las puertas de las instituciones. En concreto al Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Bajo sus balcones han desfilado recientemente banqueros, militares y otros personajes teatralizados “causantes de pobreza y desigualdad” para denunciar el estancamiento en las políticas de cooperación internacional en Euskadi, una tendencia más acusada en el Ayuntamiento de la capital alavesa. “Además de la falta de compromiso del Gobierno de Maroto hacia estas políticas, que hace que su subsistencia quede a merced de los pactos o acuerdos políticos, la prórroga presupuestaria de 2015 pone de nuevo en la cuerda floja a las políticas de cooperación. Llueve sobre mojado, ya que en 2012, en un escenario también de prórroga, Maroto redujo casi en un 90% las partidas de cooperación al desarrollo en comparación al año anterior”, advierte el colectivo.

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