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Urkullu anuncia más paro, pero ve 'brotes verdes' en 2014

Urkullu propone acordar un nuevo "estatus" para Euskadi ante el "agotamiento" del Estado autonómico

Aitor Guenaga

Vitoria-Gasteiz —

El lehendakari, Íñigo Urkullu, abandonó la tribuna del Parlamento vasco a las 18.21 horas con la voluntad de “no mirar atrás”. Y salió de la Cámara solo con el apoyo vigilante de su nuevo socio prefente, el PSE-EE, tras el acuerdo entre socialistas y peneuvistas de esta misma semana. El PP ofreció su brazo tendido para un “gran acuerdo, que es posible”, EH Bildu planteó la vía vasca para caminar hacia la soberanía y UPyD presentó una enmienda a la totalidad al Gobierno peneuvista y al acuerdo de país sellado el pasado lunes entre el PNV y del PSE-EE. El lehendakari anunció una “disciplina presupuestaria” que tendra su traslación a los Presupuestos de 2014, al tiempo que reconocía los recortes que ha realizado su gobierno durante estos nueve meses de legislatura. “Estamos peor que hace nueve meses” en materia económica, le admitió al líder del PSE-EE, Patxi López, pero le garantizó que dejará el Ejecutivo mejor que lo encontró.

“Los ejercicios 2013 y 2014 van a ser duros”, asumió con realismo. “Hay más necesidades y menos recursos”, pero reiteró que el Presupuesto que no llegó a nacer, por su minoría parlamentaria, era el “más social de la historia de Euskadi”. Y desplegó, en la réplica de la tarde, toda una serie de iniciativas gubernamentales para acallar las críticas de toda la oposición por su inacción gubernamental. “No nos vamos a esconder”, alertó a los que le ven inactivo y sin liderazgo, como coincidió parte de la oposición. Pero también garantizó que no va a prometer aquello que no pueda cumplir. Y no escondió la realidad y las previsiones: Euskadi acabará el año con la mayor tasa de paro desde que se inició la crisis (un 14%), pero vaticinó para 2014 un crecimiento cercano al 1%. “Son datos malos y solo mejorarán si nos ponemos de acuerdo”, le admitió su socio preferente, Patxi López.

“Estamos peor que hace nueve meses, pero le garantizo que lo vamos a dejar mejor que lo que lo encontramos”, le contestó a Patxi López, en alusión a la herencia recibida desde el gabinete socialista que él encabezó en la anterior legislatura. Pero, a renglón seguido, dejó claro que quería avanzar hacia adelante: “No he venido a mirar atrás”.

Tras las críticas recibidas por los socialistas sobre la compensación del copago farmacéutico, Urkullu aclaró que la medida no solo afectará a los pensionistas y jubilados con ingresos menores a 18.000 euros anuales. Habló también de “colectivos más desfavorecidos” y citó entre ellos a las personas desempladas que han agotado las prestaciones del paro. Y puso fecha para el decreto que reconocerá esas ayudas: el 15 de noviembre, con una aplicación de carácter retroactivo al 1 de julio. Dijo que las yudas de emergencia social “se mantienen” y garantizó “la protección social” actual.

Urkullu ha censurado las propuestas fiscales del PP -“no nos ponga de ejemplo España”, le espetó, contestando así a las criticas vertidas por los populares a las medidas fiscales que contiene el “acuerdo de país”. “No se ha leído el acuerdo o quiere usted confundir”, le espetó a Quiroga. El lehendakari, que agradeció el tono de su intervención, recogió el guante del diálogo ofrecido por el PP -tanto en el Plan de paz, como en el acuerdo fiscal-, pero no avanzó mucho más en esa vía. “Por encima de bloques y bloqueos, hay que recuperar la cultura del pacto”, dijo de manera genérica.

En materia de pacificación, el presidente vasco señaló que lo mas importante es “sanar bien las heridas abiertas con tacto y paciencia” y “favorecer una normalización de la convivencia”. “Este es el espíritu del Plan de Paz”, dijo, aunque también mostró su convencimiento de que “la sociedad vasca va muy por delante de la política”. Y animó a que cada partido defienda sus propuestas en el Parlamento y en la Ponencia de Paz y Convivencia, en la que ahora solo están presentes PNV y EH Bildu y está hibernada.

“Nuevo tiempo político”

En su discurso inicial, el lehendakari, por la mañana, ha repetido que “vivimos un nuevo tiempo político”. En el debate de política general que se ha desarrollado en el Parlamento vasco, Urkullu ha puesto en valor el acuerdo sellado esta misma semana entre PNV y PSE-EE. Pero ha anunciado que en ese nuevo clima de pacto que se abre en Euskadi -que se ha comprometido expresamente a extender al resto de instituciones vascas (diputaciones y ayuntamientos)-, solo desde la “disciplina presupuestaria” en 2014 se va a poder hacer frente a la “larga, grave y profunda crisis” que arrastra el País Vasco. Un territorio que sigue en recesión y con unos datos en el sector industrial malos, pero con una buena evolución de las exportaciones. Este año acabará con la mayor tasa de paro de la crisis (14%) y con la pérdida de 20.000 empleos, ha estimado el presidente vasco. Pero para insuflar un poco de ánimo, ha vaticinado que Euskadi “va a crecer” en porcentajes “cercanos al 1%” el próximo año.

Y la receta que plantea para las Cuentas de 2014 se basa en la “disciplina presupuestaria”, en el “rigor en el gasto corriente” y el endeudamiento contenido para “sentar las bases del crecimiento” de la mano de políticas de formación, emprendimiento y la innovación y la estrategia “Basque country”. Y ha admitido que la reforma fiscal pactada entre PNV y PSE, que aún debe ser pactada con otro socio para lograr su luz verde en las juntas generales de Alava y Gipuzkoa, no tendra efecto en los presupuestos de 2014.

Para este año, ha revelado que las tasa de paro se situará en el 14%, “la más elevada de todo el periodo de crisis”, con 20.000 empleos perdidos en 2013 y 50.000 hogares con todos sus miembros en paro y con uno de cada tres jovenes sin posibilidad real de encontrar empleo. “Hemos contenido el golpe, estamos tocando fondo”, ha asegurado. Pero en el dibujo que ha realizado ha tenido que admitir que “no estamos bien, aunque vamos a estar mejor”. “Euskadi está en un momento crítico”, tanto económico, como en los retos que se presenta para “afrontar la Paz definitiva y la Convivencia” y ha anunciado que pese a la “escasa receptividad” encontrada en Mariano Rajoy, “nos comprometemos a seguir buscando el diálogo y el acuerdo”.

La idea de que “vivimos un nuevo tiempo” político lo ha repetido en varias ocasiones en su intervención, de entorno a hora y cuarto. El lehendakari ha reiterado su idea de trasladar el acuerdo entre peneuvistas y socialistas al resto del entramado instucional vasco. Pero en esta ocasión se ha comprometido con ello. “Me he comprometido a favorecer la extensión de este acuerdo” a diputaciones y ayuntamientos. Y ha apelado a la necesidad de “hablar y acordar un nuevo futuro para Euskadi”. Estabilidad política en las instituciones.

Apoyo al Plan de Paz

En su discurso inicial en el debate de política general, ha apoyado la Ponencia de Paz y Convivencia y ha leído la demanda de “Las razones para encerrarse en el inmovilismo de la política penitenciaria y las apelaciones a ilegalizaciones de formaciones políticas no son fáciles de entender”, ha apuntado, en una clara crítica a la política del Gobierno de Mariano Rajoy en materia antiterrorista y de normalización tras el cese definitivo de la violencia de ETA.

Iñigo Urkullu ha puesto en valor la reunión de la mesa 21 de mayo -“gran trascendencia política”, “momento ilusionante” que ha permitido el acuerdo entre socialistas y peneuvistas-, algo que negó el PSE porque ese día “no empezó nada”.

En materia de pacificación -“sin equiparar ni excluir ninguna vulneracion de derechos humanos”-, ha defendido el Plan de Paz y Convivencia. Pero ha dejado unos minimos que pasan por “clarificar críticamente el pasado”, el reconocimiento de la violencia y ha precisado que el plan “ni en su letra ni su espíritu” podrá interpretarse en el sentido de “minimizar, o mucho menos justificar o legitimar el terrorismo de ETA o cualquier otra vulneración de derechos humanos”. Sin “humillar a nadie”, pero ni excluir a ninguna parte de la sociedad vasca del proceso de integración social y político que el objetivo prioritario de la normalización de la convivencia requiere“, en clara alusión a la izquierda abertzale que nunca ha coonndenado a ETA.

“Nuevo estatus” desde la “pluralidad y el rigor jurídico”

Urkullu defiende la necesidad de “actualizar el estatus de autogobierno de Euskadi” sobre “una base acordada y compartida por todas las sensibilidades políticas”, aunque sin marcar un procedimiento concreto y sin tomar el proceso catalán como “referencia” -al que no ha nombrado-, algo que diferencia el camino que se puede recorrer finalmente en la segunda parte de la legislatura para la revisión del autogobierno vasco y en qué claves se debe dar esa actualización. “Avanzar en un proyecto político y jurídico compartido” porque, a su juicio “se ha agotado el café para todos'” Y el trabajo, según el lehendakari, corresponde a los grupos parlamentarios. El papel que reserva al Gobierno sería el de “propiciar el clima farovable”. Con tres principios: el de la pluralidad, el rigor jurídico y el procedimiento de trabajo con “altura de miras”.

“Nos encontramos en un nuevo tiempo, un tiempo de decisión del futuro de Euskadi. El chantaje terrorista ha desaparecido, el modelo de Estado autonómico se ha debilitado, el marco europeo ha cambiado”, ha enumerado para señalar después que esa nueva realidad se debe aprovechar para “actualizar nuestro estatus de autogobierno sobre una base acordada”.

En ese sentido, el portavoz del PNV, Joseba Egibar, respondió a EH Bildu que los peneuvistas “seguimos trabajando en la vía vasca”, admitió que es “necesario la acumulación de fuerzas” y le explicó al mundo político del soberanismo que “los mimbres para el nuevo estatus están en el programa electoral del PNV”.

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