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Un antes y un después en el cooperativismo

Eduardo Azumendi

“La filosofía de pensar más en un colectivo que en un individuo se ha perdido en el Grupo Mondragón”. Es la opinión de Felipe Yarritu, ex director de Economía Social en el anterior Gobierno vasco y profundo conocedor del mundo cooperativo, con el que lleva tratando desde hace años. Según Yarritu, los actuales gestores se han olvidado de la filosofía de los fundadores y “si te olvidas de ella, te conviertes en un banquero y solo te fijas en los números y no en las personas”. “¿Alguien se ha preguntado qué haría en estos momentos don José María Arizmendiarieta?”, el fundador, se pregunta Yarritu acerca de que el Gripo Mondragón no aporte el dinero que precisa Fagor Electrodomésticos para evitar el concurso de acreedores.

El Grupo Mondragón está integrado por tres sectores y no es monolítico en su pensamiento. Está el sector industrial, del que Fagor Electrodomésticos era uno de los motores y emblema; el sector financiero, liderado por Caja Laboral y Lagun Aro; y el de distribución, donde figura Eroski. Se trata de diferentes culturas filosóficas y de actuación. “En otras situaciones más duras se ha visto el Grupo Mondragón y ha salido para adelante. Pero esta generación de dirigentes no ha bebido de las fuentes originales del cooperativismo y el criterio de generosidad que tenía antiguamente Mondragón y Caja Laboral para crear cooperativas se ido perdiendo. Y una cooperativa sin generosidad no tiene razón de ser”.

Lo que pueda suceder finalmente con Fagor Electrodomésticos va a poner a prueba algunos de los principales valores del grupo y que le han hecho resistir mejor la crisis: la solidaridad y la equidad. El principio de solidaridad impone que cuando el volumen de negocio se resiente se buscan soluciones alternativas para evitar despidos. Como las recolocaciones, las reducciones de sueldo y jornada.

¿Tiene el Grupo Mondragón margen para otra solución? “El Grupo ha vendido siempre la idea de cooperación entre las cooperativas para ayudarse y recolocar a las personas afectadas. ¿Cuando la cooperativa original pasa por graves problemas no son capaces de echarle una mano? Lo que se impone es el balance puro y duro”.

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