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A Aburto le toca bailar el monólogo social

El todavía consejero de Empleo y Políticas Sociales, Juan Mari Aburto.

Aitor Guenaga

Bilbao —

Dos no se enfadan si uno no quiere. Y para bailar un agarrado hacen falta, al menos, dos personas. Claro que también hay quien sostiene que en una cama, tres son multitud. También están los del amor libre, que son partidarios de llevarse por delante todas las convenciones sociales en materia de relaciones sentimentales y dar rienda suelta al desenfreno. Y luego está el aun consejero de Empleo y Asuntos Sociales, Juan Mari Aburto, y flamante candidato a la alcaldía de Bilbao por el PNV. Y está por ver qué baile prefiere en esta verbena camp en la que se ha convertido el diálogo social. ¿O haríamos mejor en denominarlo monólogo social?

Con la salida del Gobierno de Aburto, el lehendakari Urkullu pierde un puntal del diálogo social. Un convencido de la negociación. Ahora que las cosas han quedado muy claras -por si no lo estaban ya-, tras el anuncio de ELA y LAB de que no estarán en la mesa de diálogo social que el Ejecutivo pretendía poner en marcha antes de fin de año. Este escenario ya lo conocía el Ejecutivo de antemano. ¿O acaso pensaba Urkullu que como ya no estaban los socialistas en Ajuria Enea, los sindicatos nacionalistas iban a cambiar de opinión? Desde luego que no. Y no solo no han cambiado de idea, sino que el sindicato mayoritario, por boca de su secretario general Adolfo Muñoz, ha mandado un recado a Aburto: pretender saltarse la “mayoría sindical” en Euskadi, según recalca Txiki Muñoz, sería un comportamiento antidemocrático. Casi nada. Y eso que el Tribunal Supremo le acaba de dar en los morros a ELA en una sentencia en la que rechaza que se produjera una vulneración del derecho de libertad sindical de ELA en los acuerdos establecidos por la Comisión Paritaria del Preco en 2011, sin estar presente este sindicato, sobre convenios colectivos que contemplan en sus cláusulas el arbitraje obligatorio.

El Gobierno ha actuado en estos más de 21 meses de legislatura con un miedo reverencial a la central que lidera Txiki Muñoz. Es cierto que antes de que Urkullu tuviera que retirar sus presupuestos por la soledad parlamentaria -cuenta solo con 27 de los 75 representantes de la Cámara-, el lehendakari envió un mensaje muy duro a Muñoz. Pero poco más. Y se ha perdido un tiempo precioso en esta legislatura para hacer frente a la mayor preocupación de la ciudadanía: el paro. Mientras, las políticas públicas contra el desempleo apenas se han activado. Algunos planes gubernamentales duermen en algún cajón perdido si dotación presupuestaria conocida, según denuncia el secretario general de CC OO-Euskadi, Unai Sordo. Y al ritmo de reducción del paro que estamos viendo en Euskadi tardaremos 25 años en volver a los niveles de empleo anteriores a la crisis.

Aburto ha desaprovechado mucho tiempo a la espera de un escenario que no se iba a producir. De hecho, ni él, ni luego Urkullu, lograron un acuerdo para prolongar la vigencia de la ultraactividad en julio del pasado año. El anterior gobierno apostó por la mesa tripartita pese a la inasistencia de ELA y LAB. ¿Se atreverá Aburto a hacer lo propio antes de convertirse en candidato a la alcaldía de Bilbao? El documento de 40 folios que ha presentado a los sindicatos y patronal en las reuniones mantenidas en las últimas semanas bajo el título 'Propuesta del Gobierno vasco sobre un (“nuevo”) modelo de relaciones laborales y de diálogo social' ha sido desacreditado de saque por Txiki Muñoz. ELA considera que el único objetivo de la propuesta es tener unos sindicatos sumisos y cabizbajos. ¿Pero dónde lee el líder de la central mayoritaria eso en el texto?

El documento analiza el marco vasco de relaciones laborales, en donde los convenios sectoriales territoriales han tenido una importancia decisiva, mientras que la reforma laboral del PP ha venido a trasladar una perturbadora incertidumbre respecto al marco regulador cuando no existe un convenio estatal. Y se admite el deterioro en la condiciones laborales y el riesgo de conflictividad. E incluso se les dice a los empresarios que su cultura empresarial no debe estar centrada solo en el beneficio. El informe también admite el debilitamiento de un entramado institucional de determinadas entidades sociolaborales donde no están ELA y LAB (Hobetuz, CRL -ahí sí está LAB- o el CES).

Claro que también apuesta por la negociación colectiva sectorial y provincial (aunque con elementos más propositivos en lo pactado que permitan a las empresas mecanismos de flexibilidad y adaptación), mientras es conocido que ELA prefiere la negociación empresa a empresa, pese a que los datos revelan que el número de convenios pactados es pequeño y afecta a pocos trabajadores. ¿Es esto lo que no le gusta a Txiki Muñoz? Debería explicarlo. Porque la vocación del Gobierno es defender el marco propio de relaciones laborales que ha existido hasta la aplicación de la reforma laboral y el fin de la ultraactividad.

Independientemente, los próximos Presupuestos vascos deberían contar con dotaciones presupuestarias claras para luchar contra el paro. Y sería bueno que esas políticas públicas tuvieran el consenso no solo de los agentes sociales, sino la implicación de las principales empresas tractoras de este país. Por eso se entiende aun menos que Urkullu hable de unas Cuentas “ajustadas” y no expansivas porque “no podemos gastar lo que no tenemos”. El aumento en la recaudación, que según diversas estimaciones puede poner al menos 350 millones más en manos del Ejecutivo, debe tener una traducción presupuestaria en favor del empleo. Y si no, no será creíble eso que dice el lehendakari de que su prioridad es la lucha contra el paro.

Lo demás serán palabras, fotos y monólogos sociales. Cerca de 170.000 personas esperan mucho más que tener que sellar otro mes más en Lanbide su angustiosa situación, algo que se asemeja cada vez más a una maldición biblíca para unos Gobiernos que, en palabras del lider de Comisiones Obreras-Euskadi, Unai Sordo, se “limitan a analizar el paro como si fuera un efecto meteorológico”. Y para eso en el País Vasco ya está Euskalmet... y Aemet, que aquí las tenemos a pares porque debe ser que en Euskadi truena y nieva por duplicado.

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