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¿Por qué es tan difícil aprobar el examen EGA?

Estudiantes durante un examen tipo test.

Eduardo Azumendi

Jaime Grande, docente en la red pública, aún recuerda cuando pasó por el temido examen para obtener el título EGA (Euskararen Gaitasun Agiria; en español: Certificado de Aptitud de Conocimiento de Euskara). “Fue en 1999. No fue mi caso, pero recuerdo compañeros que solo se podían enfrentar al examen con tranquilizantes. El EGA, fundamentalmente, es una criba. No se trata tanto de medir conocimientos, como de hacer una selección”. Las pruebas de EGA y su equivalente, el HABE 3, solo son superadas por una de cada cuatro personas que se presenta a ellas. Al menos, eso es lo que pasó en 2014, cuando se realizaron cerca de 16.500 exámenes (la mayoría funcionarios y estudiantes) y el resultado fue de 12.200 suspensos.

El EGA certifica que una persona es capaz de escribir y hablar con corrección y soltura en euskera. No se trata tanto de un título específico para desempeñar un trabajo en concreto, pero es el título de los títulos: el que permite a su poseedor acceder a todos aquellos puestos de empleo (generalmente públicos) en los que se exige su conocimiento. Por lo tanto, el EGA es un bien extremadamente preciado. El examen se convoca dos veces al año, una en febrero y otra en septiembre, aunque el proceso íntegro, que consta de tres pruebas, se alarga un promedio de cuatro meses, según los expertos. Los resultados de los exámenes no se conservan entre convocatorias, es decir, aunque se aprueben las dos primeras partes si se suspende la tercera hay que volver a empezar.

El examen contiene tres pruebas: prueba inicial (atariko proba), prueba escrita y prueba oral. La denominada atariko proba es tipo test y consta de 85 preguntas de opción múltiple. Esta prueba inicial se incluyó en el examen en 1994 con el objetivo de incrementar los mecanismos de filtro, con lo que se ha erigido con el paso del tiempo en la fase más restrictiva para sacar el EGA. “Es de marcado carácter técnico”, señala Grande. En la prueba se integran items de diferentes campos, como el lenguaje oral, léxico, morfosintaxis, conocimiento del euskera unificado, comprensión de textos y fechas.

El filtro

“La única manera de entrenarla es haciendo test, como el examen teórico para sacar el carné de conducir”. La sorpresa, muchas veces, llega cuando alumnos que han realizado todos los estudios en modelo D (íntegramente en euskera) no son capaces de superar el EGA. “Para sacar el EGA hay que preparar el EGA. El estudiar todo en euskera ayuda claro, pero la primera prueba es técnica y en las escuelas no se enseña el euskera de esa manera”, apunta Grande. Su consejo es preparar durante un mes al menos la prueba. En la actualidad, los estudiantes que han cursado la mayor parte de las materias en lengua vasca durante su etapa escolar reciben la convalidación con el título B2, el peldaño inferior al EGA.

Pablo García de Vicuña, docente en la red pública y responsable de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras Euskadi, conoce bien el proceso. Después de mucho esfuerzo sacó el perfil lingüístico 2 (que faculta para dar clases de euskera o en euskera en la enseñanza). “La atariko proba es el filtro en el que cae la mayor parte de los aspirantes, es el mecanismo más rápido para excluir gente. ¿Qué pretende el legislador elevando de esta manera el listón?”.

Esa es la gran pregunta. “El EGA marca la diferencia y, tal vez por eso, el Gobierno va endureciendo su exigencia. Es un elemento de análisis y de revisión porque gente perfectamente capacitada y que habla y entiende perfectamente el idioma se frustra al no conseguir el título. Y claro, es un título que en Euskadi te abre las puertas de la administración….o te las cierra”.

A. J. tiene 32 años. Este año se enfrentará a su tercera convocatoria del EGA. A medida que han pasado los intentos, su ánimo también ha ido en descenso. “Una vez incluso superé la atariko proba, pero caí en la escrita. Es un examen diferente a todos los demás. Yo también estudié en modelo D y creo que hablo y entiendo euskera sin problemas. Pero……”.

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