El dilema de elegir carrera
30 de enero. Feria universitaria organizada por la Universidad del País Vasco en la Facultad de Farmacia, en Vitoria. Los estudiantes de segundo de Bachillerato revolotean con una mezcla de nervios y emoción por las diferentes mesas informativas. Es el momento de informarse para encarar el salto a la universidad. El dilema de elegir carrera provoca el estrés en estudiantes y familias ante un destino que puede marcar su futuro.
“Aún no lo tengo claro. Me gusta Magisterio, pero mi experiencia con los profesores no es muy buena. Lo que tengo claro es que si al final soy maestra no voy a cometer los mismos errores que han cometido conmigo”. Naiara A. es una de esas estudiantes que en los próximos meses tendrá que decantarse por ese futuro. Ahora escucha con atención las explicaciones que ofrecen los orientadores, pero no consigue concentrarse. “Tenemos los exámenes encima. Sales de una evaluación y entras en otra”.
La ferias de orientación universitaria y las jornadas de puertas abiertas organizadas por las diferentes universidades pretenden facilitar ese complicado tránsito. En el caso de la UPV, profesorado de todos los centros se han trasladado tres sábados consecutivos a cada uno de los campus para informar al alumnado preuniversitario sobre el acceso a la universidad, tasas y becas, alojamiento y transporte universitario, actividades deportivas, programas de movilidad, postgrados…...
Rosa Ortega, orientadora de los centros de apoyo a la formación e innovación educativa del Departamento de Educación, apunta una serie de consejos que pueden ayudar en la elección. “Antes de nada conviene pararse a reflexionar sobre uno mismo. Es el momento de preguntarnos qué nos gusta y qué se nos da bien, para qué tenemos talento y cuánto esfuerzo estamos dispuestos a hacer”.
En segundo lugar, recomienda conseguir toda la información posible, revisar los temarios, las asignaturas. Todo encaminado para que no haya sorpresas. “Se puede acudir a ferias universitarias, hablar con estudiantes que estén cursando el grado que interesa o con profesionales que ya se hayan graduado y estén en el mercado laboral. Buscar información más allá de las webs de las universidades es una buena estrategia”.
Los padres deben ayudar en la recogida de información, según esta experta, pero no condicionar la elección. “Amigos, profesores y orientadores también influyen de manera relevante, pero la decisión ha de tomarla el alumno. El papel de la familia, profesorado y orientadores es el de acompañar en el proceso, pero el protagonista debe ser el estudiante, lo cual también supone asumir la responsabilidad de las decisiones que se toman”.
Vocación sí, pero sin perder la cabeza
Vocación sí, pero sin perder la cabezaSegún Ortega, muchos profesionales consideran fundamental que el aspirante a universitario conozca su vocación, sea fiel a ella y elija en consecuencia, pero sin olvidar el sentido práctico de la elección. “No se aconseja jugar exclusivamente la baza de las salidas profesionales ni el dinero que podría reportar el futuro trabajo. Es difícil predecir la situación del mercado laboral de aquí a unos años, porque está cambiando rápidamente: surgen nuevas profesiones y desaparecen otras. Cuando terminen su formación inicial los actuales estudiantes se encontrarán con profesiones que ahora no existen”.
La experta recomienda no descartar comenzar por una carrera generalista y después descubrir lo que realmente se quiere estudiar una vez comenzada la universidad. “La oferta de estudios universitarios es muy amplia. Elegir estudios generalistas y dejar la especialización para cuando se conoce más el terreno puede ser una buena opción para los indecisos. La carrera ya no es tan determinante para nuestra salida profesional”.
